El IMPI notificó a la máxima casa de estudios de Veracruz su registro de patente el pasado 12 de enero.
Surgió de una investigación extracurricular que tiene el potencial de beneficiar al sector agrícola veracruzano.
09/02/2021, Xalapa, Ver.- La Universidad Veracruzana (UV), mediante la investigación realizada por los académicos Lourdes Georgina Iglesias Andreu y Marco Antonio Ramírez Mosqueda, obtuvo oficialmente el registro de patente del “Proceso para la micropropagación a escala comercial de stevia spp” ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), que les fue notificada el 12 de enero del presente año.
Desde 2014 fue sometido al proceso de registro, dando cuenta de “un producto eficiente que hoy puede ser explotado industrial y comercialmente”, aseguró Ramírez Mosqueda, quien actualmente es académico de tiempo completo en la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias campus Peñuela, en la región Orizaba–Córdoba.
Así, el Instituto de Biotecnología y Ecología Aplicada (Inbioteca) obtuvo su tercer registro de patente otorgado por el IMPI, gracias al trabajo “Método para micropropagación de Stevia ssp”, precisó Iglesias Andreu.
La investigación fue reconocida por la máxima casa de estudios el pasado 7 de diciembre y la rectora Sara Ladrón de Guevara entregó un galardón a la investigadora por este logro que incrementó el número de patentes registradas por la institución.
“Fue por iniciativa de la doctora Iglesias Andreu, quien impulsó desde un principio la búsqueda de patentes para la UV, que inició con el proceso para la micropropagación a escala comercial de Vainilla spp empleando biorreactores semiautomatizados”, reconoció Ramírez Mosqueda.
En el caso del trabajo realizado con stevia, fue algo que se desarrolló de forma extracurricular con Marco Antonio, dado que su tema de investigación era la vainilla, comentó la investigadora.
Ambos buscaron la asesoría del biólogo Sergio Aguilar Valtierra, consultor con amplia experiencia en el trámite de patentes, al igual que con la Oficina de Transferencia de Tecnología (OTT) de la Dirección General de Vinculación de la UV.
“Nosotros comenzamos con vainilla porque el presidente del sistema producto-vainilla nos pidió apoyo y comenzamos a trabajar en la búsqueda de una vía para micropropagar vainilla; registramos la patente en 2012 y ya fue aprobada, ese fue el antecedente”, detalló Iglesias Andreu.
“Fueron actividades extracurriculares y no teníamos proyectos aprobados para desarrollar estas labores, así salieron dos patentes y además varios alumnos se titularon con trabajos basados en el tema de la stevia; demostramos así que a veces no necesitamos recursos específicos para desarrollar el trabajo”, agregó.
Ramírez Mosqueda explicó que en este caso la patente tiene como objetivo aumentar los propágulos comerciales que se pueden obtener de stevia a partir del uso de técnicas de tejidos de cultivos vegetales; ello debido a que es una especie la cual, en su germinación de semillas, su reproducción sexual es muy limitada por los bajos índices de germinación.
De 100 semillas de stevia pueden germinar alrededor de 20 e incluso menos y puede hacerse reproducción asexual con pequeños segmentos del tallo que logran enraizar en promedio de 30 a 40 por ciento, aproximadamente.
“Con esta técnica que se patentó, podemos obtener una mayor propagación, hasta 22 plantas de un pequeño segmento del tallo”, dijo.
La técnica patentada se basa en un sistema de inmersión temporal, lo que representó un problema en la etapa de réplica de las patentes, porque se basa en dos técnicas conocidas; sin embargo, “el problema técnico que resuelve esta invención es que determinamos las diferentes características que debe tener el proceso en los sistemas de inmersión temporal para obtener los resultados que logramos”, continuó el académico.
Lourdes Iglesias advirtió que en el ámbito biotecnológico “hay ocasiones en que los árbitros no lo ven tan claro, lo que generó algunas dificultades en el proceso”.
Al respecto, Ramírez Mosqueda comentó que el registro de una patente “es un proceso largo y siento que algunos revisores carecen de la preparación adecuada y realizar críticas apegadas al tema”.
Stevia tiene un gran potencial de desarrollo
“La stevia, además de ser reconocida por su valor como edulcorante, es muy importante porque tiene numerosas ventajas y beneficios reportados en la literatura; posee vitaminas como la A, B y E, minerales, además tiene ventajas al ser hipocalórica y cardiotónica, antiséptica y desintoxicante, son muchas las características beneficiosas que tiene”, explicó la investigadora de Inbioteca.
Señaló que en años recientes y debido a sus condiciones climáticas y geográficas, ha crecido el interés en dedicar áreas en los estados del sur para su cultivo y explotación comercial, inclusive sustituyendo el cultivo de la caña de azúcar, lo que llevaría a una diversificación agrícola con un potencial muy grande.
“Es a lo que queremos llegar: brindar las herramientas para que en la práctica productiva se puedan implementar estos logros”, enfatizó.
En tal sentido, consideró además que la OTT puede apoyar a que las patentes otorgadas por el IMPI se puedan comercializar, en el sentido de llegar a ser introducidas en las prácticas del sector productivo.
“Tengo claro que si un resultado es bueno y no se introduce a la práctica, no tiene tanto valor, por eso tenemos que seguir luchando, no porque aprueben las patentes sino para que éstas puedan incidir en las prácticas productivas y generen beneficios para todos”, precisó Iglesias Andreu.
Ambos académicos reconocieron que en años recientes la UV ha estado interesada en que sus investigadores registren patentes y se han logrado grandes avances en corto tiempo y tarde o temprano este impacto se hará evidente; en igual medida, los investigadores ya están considerando en sus trabajos el tema de la propiedad intelectual.
“Lo que más nos interesa a nosotros es haber contribuido al impulso de esta actividad, no a la patente en sí, sino a la necesidad de proteger toda la información valiosa que tiene la UV, la propiedad intelectual del conocimiento”, apuntó la académica.
“En la misma medida en que la OTT se consolide, en esa medida podemos optar a que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) nos apruebe proyectos para la introducción en las prácticas productivas de muchas de estas patentes; lo bueno es que se ha ido abriendo un camino para muchos de los investigadores que en estos momentos están en el análisis a fondo de sus patentes”.
Ramírez Mosqueda recordó: “Esto nos costó mucho trabajo, fueron muchas reuniones hasta que finalmente logramos que se fueran creando las condiciones; es una de las pocas cosas con las que hemos podido contribuir a la Universidad”.
Al día de hoy tal vez no existan numerosas empresas para la micropropagación de stevia, pero la propia UV podría crear un centro en el que se desarrollara éste y otros cultivos con propósitos de explotación industrial, plantearon los entrevistados. Para ello sería necesario crear una bioempresa que explote vainilla, stevia y otros productos con posibles patentes que generar, investigando especies que crecen en el estado y pueden generar beneficios.
Iglesias Andreu recalcó que el trabajo continúa, enfocándose en “cómo vamos a proteger nuestra propiedad intelectual y en que los estudiantes vayan formándose en esta cultura, lo que contribuirá mucho y hay que pensar que esto es esencial para toda actividad educativa”.
Reconoció además que haya casos como el propio Marco Antonio Ramírez, quien siendo estudiante de posgrado y sin tener la presión que implica una actividad extracurricular, obtuvo el registro de dos patentes, “aparte del trabajo de tesis que realizó con otro cultivo; es lo que en la Universidad resalta, que en medio de todas las dificultades surgen trabajos de esta calidad”.