En 2004, cuando persuadido por el alcalde en funciones Reynaldo Escobar –a petición del entonces candidato del PRI a gobernador Fidel Herrera Beltrán– Ricardo Ahued decidió incursionar en la política partidista, el empresario mostró gran pasión y entusiasmo por gobernar la ciudad que lo acogió en su niñez, cuando sus padres, procedentes del estado de Hidalgo, llegaron a establecerse a la capital veracruzana.
Ahora, en cambio, después de tanta resistencia y titubeos, el empresario finalmente accedió a contender de nueva cuenta por la presidencia municipal de Xalapa, pero sin el mismo interés de hace 17 años.
El senador morenista, que tiene fama de ser un hombre congruente y honesto, deberá responder al quisquilloso electorado xalapeño qué fue lo que realmente lo movió a volver a desempeñar un cargo políticamente menor al que hasta hoy ocupa como representante de los veracruzanos ante el Congreso de la Unión y que concluye hasta 2024.
¿Quién lo presionó y con qué lo amenazaron? ¿O quién lo convenció y que le prometió? Ahued está moralmente obligado a sincerarse con los xalapeños antes de solicitarles su voto y su confianza.
Y es que este sábado, en cuento trascendió que siempre sí participaría en la contienda municipal, en las redes sociales algunos internautas se sorprendieron con su decisión y otros de plano la desaprobaron porque, en su opinión, el senador estaría siendo utilizado por el grupo en el poder para no entregar a la oposición la capital veracruzana y asegurarle una salida tersa e impune al alcalde morenista Hipólito Rodríguez Herrero, cuya desastrosa administración ha sido una calamidad para los xalapeños y el partido que lo postuló en 2017.
Versiones van y vienen desde que este sábado trascendió que Ahued Bardahuil se había registrado como precandidato de Morena a la alcaldía de Xalapa. Extrañamente ni siquiera él lo anunció de manera formal y, hasta ayer, de manera inexplicable no había hecho todavía alguna declaración. Ello, sumado a que a diferencia de otros y otras aspirantes a la alcaldía que desde hace más de medio año han andado recorriendo las colonias xalapeñas, él no se ha movido para nada con esa pretensión.
Uno de los rumores que corren presume que quien finalmente habría logrado persuadirlo para que contienda por la presidencia municipal de Xalapa habría sido el poderoso senador Ricardo Monreal, coordinador del grupo legislativo de Morena en la Cámara alta del Congreso de la Unión y uno de los más activos aspirantes a la Presidencia de la República en 2024.
Y es que cuando Ahued decidió renunciar a finales de abril de 2020 como titular de la Administración General de Aduanas, quien lo llevó a Palacio Nacional para informarle al presidente Andrés Manuel López Obrador de su retorno al Senado fue el político zacatecano.
Monreal Ávila ha estado colocando sus alfiles en varios estados. A su hermano David lo perfiló para la gubernatura de Zacatecas; en Guerrero sostiene para el mismo cargo al senador Félix Salgado Macedonio pese a las denuncias de violación de tres mujeres, y la semana anterior se reunió en Monterrey con la alcaldesa de Escobedo, la ex priista Clara Luz Flores Carrales, quien será la candidata de Morena al gobierno de Nuevo León. Y a su suplente en el Senado, Alejandro Rojas-Díaz Durán –a quien utilizó para hacer mancuerna con Mario Delgado para sacar a Yeidckol Polevnsky de la dirigencia e impedir que Bertha Luján la sustituyera en el Comité Ejecutivo Nacional del partido obradorista–, lo ha usado también para golpear al gobernador Cuitláhuac García igual que como ahora lo está haciendo con la diputada federal Dolores Padierna y su esposo René Bejarano que le disputan la codiciada alcaldía de Cuauhtémoc, en la Ciudad de México, que el líder senatorial gobernó hasta 2018.
¿Acaso el zacatecano le habrá prometido a su tocayo hacerlo candidato a gobernador de Veracruz en 2024? ¿Y su paisana Rocío Nahle, la secretaria de Energía, que tiene como aliados al mandatario veracruzano y a la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, otra fuerte aspirante de Morena para suceder al presidente López Obrador dentro de tres años? A ver si ello no termina atizando contra el empresario el “fuego amigo” y de otros aspirantes a la gubernatura veracruzana que intentarían acabar de una vez con el “mito Ahued” en esta elección.
‘Tato’ Vega pesca morenistas
Por cierto, derivado de las pugnas por el control del partido y acentuado por la disputa de candidaturas, este fin de semana se anunció una desbandada en Morena encabezada por el secretario general Gonzalo Vicencio, quien finalmente terminó por darse cuenta que ya no tiene cabida en el partido obradorista.
Pero el ex alcalde ex perredista de Chicontepec no se va solo, pues pese a lo que digan sus malquerientes, Vicencio representa una corriente del morenismo veracruzano que los pudiera mermar.
El que hizo a tiempo una buena lectura del tema fue Eduardo “Tato” Vega Yunes, el dirigente estatal de Fuerza por México.
Por un lado, a este nuevo partido político nacional le viene como anillo al dedo que el secretario general de Morena y sus seguidores se integren a sus filas, no a su dirigencia, sino a las estructuras en distritos y municipios, donde aportarán algo a la causa del partido rosa. Y por otro lado, Gonzalo Vicencio y los morenistas relegados tendrán posibilidades de acceder a las candidaturas que en su propio partido les han negado.
Además, el “Tato” Vega ayuda de rebote a Morena, pues les permite transitar de manera más tersa en el proceso electoral, aunque el partido en el gobierno perderá una cantidad de votos, de eso tampoco hay duda.
De cualquier forma habrá que esperar a los próximos días para conocer si este cambio de camiseta se hace realidad, donde ganan todos, menos Morena.
Así que como bien reza el sabio dicho popular: “a río revuelto, ganancia de pescadores…”