Las células solares de perovskita destacan por ser fabricables a bajo costo. Se caracterizan por poseer cristales con una estructura especial, la que se conoce como “perovskita,” por el mineral con ese nombre que es el que posee de manera natural una estructura de ese tipo.
Una de las clases más prometedoras de células solares de perovskita es la de haluro de plomo, ya que puede convertir la luz solar en electricidad con la misma eficacia que las células solares de silicio comerciales actuales y tiene el potencial de ser mucho más barata y fácil de fabricar.
El problema que esta perovskita ha venido afrontando es que se descompone a temperatura ambiente. Concretamente, de las cuatro posibles configuraciones atómicas, o fases, que puede adoptar este material, tres son eficientes pero inestables a temperatura ambiente y bajo condiciones ambientales cotidianas, y vuelven rápidamente a la cuarta fase, que es del todo inútil para las aplicaciones solares.
Ahora, unos científicos de la Universidad de Stanford en Estados Unidos y el Laboratorio del Acelerador Nacional estadounidense SLAC, han encontrado una solución innovadora.
Para resolver el problema, basta con colocar la versión inútil del material en una celda de yunque de diamante y someterla a una presión y temperatura lo bastante elevadas. Este tratamiento fuerza su estructura atómica a adoptar una configuración que es eficiente para aplicaciones de energía solar. La configuración así adoptada es estable y se conserva incluso a temperatura ambiente y con un nivel de humedad relativamente alto.
“Este es el primer estudio que utiliza la presión para controlar esta estabilidad, y realmente abre muchas posibilidades”, destaca Yu Lin, del SLAC y miembro del equipo de investigación que ha descubierto y probado este nuevo tratamiento.
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