Mientras las disputas por la detención del opositor Alexei Navalny los aleja, cierta desesperación por el abastecimiento de vacunas los acerca. Europa, escéptica inicialmente de su efectividad y reacia de hacer negocios con Vladimir Putin, ahora se siente persuadida por establecer algún contrato de coproducción para sumar el desarrollo anticovid Sputnik V al bloque.
Las disputas pueden tener una tregua. Presionada por las dificultades de producción y entrega de vacunas, la Unión Europea ahora está analizando el desarrollo del Instituto Gamaleya, en especial luego de la publicación de la eficacia del producto en la revista The Lancet.
La canciller alemana, Angela Merkel, el presidente francés, Emmanuel Macron y la titular de la comisión europea, Ursula von der Leyen, han alineado discursos, forzados por la escasez, para abrir negociaciones rápidas con el objetivo de vacunar al menos al 70% de los adultos en el viejo continente para finales del verano.
Una decisión alemana
La primera semana de enero, la líder alemana Angela Merkel y el presidente ruso Vladimir Putin, mantuvieron una conversación donde surgió el primer respaldo europeo para Sputnik V, condicionado a la publicación de estudios de Fase 3.
Nueva esperanza en el frente de la lucha contra el coronavirus. Los resultados publicados el martes en la revista médica, y validados por expertos independientes, indicaron que la vacuna rusa Sputnik V, es 91,6% efectiva contra formas sintomáticas de Covid-19.
“Todos aquellos que obtengan una autorización de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) serán absolutamente bienvenidos, hablé precisamente sobre este punto con el presidente ruso”, indicó la canciller alemana. Hasta el gobierno español se acopló diciendo que estaba “abierto” e incluso “entusiasmado” con el uso de la vacuna Sputnik V una vez que fuera autorizada.
Ahora, tal autorización del organismo regulador parece posible. De esta manera seguir las autorizaciones en diecisiete países, incluidos aliados de Rusia (Irán, Venezuela) pero también Corea del Sur, Argentina, Argelia y México. En territorio europeo, Hungría dio luz verde a Sputnik V y ordenó con urgencia en enero y acaba de recibir las primeras miles de dosis.
Evaluación europea
El 26 de enero, ante el Parlamento Europeo, Emer Cooke, CEO de la Agencia de Medicamentos Europea, indicó que se estaban llevando a cabo conversaciones con el Instituto Gamaleya.
Según fuentes europeas, hace dos semanas tuvo lugar un primer encuentro entre el instituto ruso y la reguladora continental, que además ya tiene en carpeta la “revisión continua” del desarrollo Novavax.
En enero, el establecimiento emitió una solicitud de “asesoramiento científico”, un paso preparatorio para la presentación formal de una solicitud de autorización de comercialización. Este último aún no ha intervenido, de acuerdo a lo comunicado por la agencia reguladora, con sede en Ámsterdam.
Rusia busca un fabricante
El gobierno de Moscú planea reservar las dosis producidas en el país para los rusos. La estrategia es desarrollar asociaciones para poder garantizar el abastecimiento de las naciones que están realizando pedidos de Sputnik V.
Hasta ahora, Kazajstán, India, Corea del Sur y Brasil se suman a la fabricación de la candidata del Instituto Gamaleya. En caso de un pedido de los veintisiete, la UE debería solicitar, al igual que para las otras vacunas que utiliza, que las dosis en cuestión se produzcan en Europa.
El primer paso fue dado este miércoles. El Ministerio de Salud alemán dijo que Rusia se había puesto en contacto con el laboratorio alemán IDT para este propósito. La posible cooperación entre Alemania y Rusia, está probando una producción en Sajonia-Anhalt.
El contacto provino del desarrollador de IDT Biologika en Sajonia-Anhalt , el Instituto Gamaleya de Moscú, y el fondo de inversión directa del estado ruso (RDIF).
¿Qué es IDT?
IDT Biologika es un fabricante por contrato para compañías biofarmacéuticas y tiene su sede principal en Dessau, con otras sedes en Magdeburgo y EEUU. La propia empresa no quiso comentar sobre una posible cooperación con respecto a la vacuna rusa, escudado en la confidencialidad de los acuerdos de este tipo.
El precursor de la empresa actual IDT Biologika se fundó hace 100 años en Dessau como el “Instituto Bacteriológico de Anhaltische Kreis” y en 1980 pasó a llamarse “VEB Impfstoffwerk Dessau-Tornau”. Después de la reunificación, IDT fue privatizada y rebautizada como “Impfstoffwerk Dessau-Tornau GmbH”. Pertenece a la empresa familiar Klocke Gruppe de Baden-Württemberg.
La empresa alemana es una de las que recibió financiamiento del Ministerio Federal de Investigación para desarrollar una vacuna contra Covid-19. El país dividió apoyo económico entre BioNTech, CureVac NV y el laboratorio IDT Biologika GmbH. Sin embargo, el posible futuro socio de Gamaleya, no habría avanzado en su desarrollo anticovid, por lo cual el camino seria usar su capacidad para la coproducción de una candidata aprobada.
Rusia quiere responder a la demanda
El viernes pasado, el fondo soberano ruso (RDIF), que financia Sputnik V, adelantó que estaba listo para entregar 100 millones de dosis (se necesitan dos para una vacunación completa) a Europa en el segundo trimestre. “En un futuro muy cercano, tenemos la intención de comenzar la producción en países extranjeros para satisfacer la creciente demanda en más y más países” , explicó el miércoles Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin.
No obstante, serán necesarios largos meses para que la vacuna, cuyos ensayos clínicos de fase III aún no se han completado, pase esta etapa final. Varios puntos también plantean un problema: para ver su producto puesto en el mercado, Rusia tendrá que demostrar que sus productores tienen un establecimiento legal dentro de la Unión Europea.
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