La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, aseguró que con la llegada de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos, la política migratoria tendrá un cambio positivo, por lo que los migrantes que soliciten asilo en aquel país ya no esperarán en México.

“El tema es que la política de Joe Biden sí va a cambiar. Esto de quédate en México para esperar a que se resuelva tu solicitud de asilo ya no va a ser; estoy segura de que la política va a cambiar sobre el tema migratorio”, señaló la secretaria de Gobernación.

Sánchez Cordero explicó que se que México tendrá un diálogo permanente con las autoridades estadunidenses entorno al tema migratorio.

De acuerdo a lo que este jueves publicó el diario The Washington Post, el gobierno de México ya no acepta a las familias centroamericanas migrantes “expulsadas” por Estados Unidos por las razones de salud que han llevado a más de 390.000 expulsiones desde marzo.

El cambio, que según el diario no se ha anunciado públicamente, ha forzado a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) a dejar en libertad un número creciente de adultos y niños detenidos en la frontera.

“En un comunicado, la portavoz de CBP, Stephanie Malin, reconoció el incremento en el número de familias dejadas en libertad después de haber cruzado la frontera”, indicó el artículo.

“CBP ha visto un incremento sostenido de las detenciones en la frontera lo cual, agravado por las restricciones debidas a la pandemia y las normas de distanciamiento social, ha causado que algunos sitios (de detención) alcancen el máximo de su capacidad de alojamiento”, agregó Malin.

La Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR), que depende del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) y es responsable del cuidado temporal de los menores de edad que llegan como migrantes sin la compañía de adultos, y que han sido detenidos por las autoridades, anunció la reactivación del centro para menores en Carrizo Springs, Texas”.

La agencia planifica ubicar en el centro de Carrizo Springs a los niños mayores de 13 años de edad que hayan pasado por la cuarentena y no estén contagiados con el coronavirus, y esa instalación “acomodará aproximadamente 700 niños dentro del edificio”.

En 2019 el gobierno del presidente Donald Trump, dentro de su programa denominado Protocolo de Protección de Migrantes (MPP), empezó a devolver a México y América Central a los migrantes llegados a la frontera solicitando asilo.

Más de 60.000 personas quedaron en campamentos al otro lado de la frontera a la espera del trámite de sus solicitudes de asilo.

En marzo de 2020, el gobierno autorizó a CBP a que usara las instrucciones del Centro para Control y Prevención de Enfermedades (CDC) para rechazar en la frontera a los migrantes solicitantes de asilo por precaución para evitara la expansión de la covid-19.

Bajo esta orden “las autoridades han llevado a cabo más de 390.000 ‘expulsiones’ a lo largo de la frontera con México, permitiendo que los agentes eludan los trámites normales de migración y devuelvan rápidamente casi el 90 % de los migrantes que han cruzado la frontera ilegalmente”, detalló el diario.

Un funcionario citado por el Post, que pidió no ser identificado, indicó que “ahora México sólo acepta a migrantes adultos, no a las familias o los niños”.

Según el diario, el cambio de política en México ha causado preocupación en las comunidades fronterizas y en el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), porque la liberación a gran escala de padres y madres con sus niños, o de menores no acompañados, en Estados Unidos han dido en el pasado el germen de éxodos desde América Central y México.

Durante su campaña electoral, el ahora presidente Joe Biden prometió una reforma integral del sistema inmigratorio guiada por un enfoque “justo y humanitario”, especialmente en lo que se refiere al asilo, y desde su inauguración el presidente ha emitido varios decretos relacionados con la inmigración.

Activistas y defensores de los inmigrantes se han quejado esta semana porque, a pesar de los anuncios del gobierno de Biden, continúa la incertidumbre para las decenas de miles de migrantes que esperan, en condiciones precarias y peligrosas, una audiencia sobre sus pedidos de asilo, y continúan las deportaciones de personas que estaban dentro del país y habían solicitado el asilo.

INFORMACIÓN/INFOBAE

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