Las dietas ricas en ciertos alimentos de origen vegetal están relacionadas con la presencia de microbios intestinales que se asocian con un menor riesgo de desarrollar afecciones como obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, según los resultados de un estudio internacional a gran escala de investigadores del King’s College de Londres, la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, el Hospital General de Massachusetts (MGH), la Universidad de Trento (Italia) y la empresa emergente de ciencias de la salud ZOE.
El estudio PREDICT 1, publicado en la revista ‘Nature Medicine’, analizó datos detallados sobre la composición de los microbiomas intestinales de los participantes, sus hábitos dietéticos y los biomarcadores sanguíneos cardiometabólicos.
Los investigadores encontraron evidencia de que el microbioma está relacionado con alimentos y dietas específicas y que, a su vez, ciertos microbios en el intestino están relacionados con biomarcadores de enfermedades metabólicas. Sorprendentemente, el microbioma tiene una mayor asociación con estos marcadores que otros factores, como la genética.
La doctora Sarah Berry, lectora de Ciencias de la Nutrición en el King’s College de Londres, destaca que, “como científica nutricional, es emocionante encontrar nuevos microbios que estén relacionados con alimentos específicos, así como con la salud metabólica. Dada la composición altamente personalizada del microbioma de cada individuo –continúa– nuestra investigación sugiere que podemos modificar nuestro microbioma intestinal para optimizar nuestra salud eligiendo los mejores alimentos para nuestra biología única”.
Por ejemplo, los hallazgos revelan que tener un microbioma rico en especies de ‘Prevotella copri’ y ‘Blastocystis’ se asoció con el mantenimiento de un nivel de azúcar en sangre favorable después de una comida. Otras especies se relacionaron con niveles más bajos de grasas en sangre después de las comidas y marcadores de inflamación.
El profesor Tim Spector, epidemiólogo del King’s College de Londres, quien inició el programa de estudio PREDICT y es el fundador científico de ZOE, explica que, “cuando comes, no solo estás nutriendo tu cuerpo, estás alimentando los billones de microbios que viven dentro de tu intestino”.
Los investigadores también descubrieron que la composición del microbioma intestinal de los sujetos estaba fuertemente asociada con nutrientes, alimentos, grupos de alimentos y composición general de la dieta específicos.
También encontraron biomarcadores robustos de obesidad basados en microbiomas, así como marcadores de enfermedades cardiovasculares y tolerancia alterada a la glucosa, que son factores de riesgo clave para COVID. Estos hallazgos se pueden utilizar para ayudar a crear planes de alimentación personalizados diseñados específicamente para mejorar la salud.
“Estoy muy emocionado de que hayamos podido traducir esta ciencia de vanguardia en una prueba en casa en el tiempo que ha llevado la investigación para ser revisada y publicada –reconoce Spector–. A través de ZOE, ahora podemos ofrecer al público la oportunidad de descubrir cuáles de estos microbios tienen viviendo en sus intestinos”.
Los investigadores encontraron que los sujetos que consumían una dieta rica en alimentos saludables de origen vegetal tenían más probabilidades de tener altos niveles de microbios intestinales “buenos”. Por el contrario, las dietas que contenían alimentos de origen vegetal más procesados tenían más probabilidades de estar asociadas con los microbios intestinales “malos”.
“Nos sorprendió ver grupos tan grandes y claros de lo que informalmente llamamos microbios ‘buenos’ y ‘malos’ emergiendo de nuestro análisis”, afirma Nicola Segata, profesor e investigador principal del Laboratorio de Metagenómica Computacional de la Universidad de Trento y líder del análisis de microbiomas en el estudio.
“También es emocionante ver que los microbiólogos saben tan poco acerca de muchos de estos microbios que ni siquiera han sido nombrados todavía –prosigue–. Esta es ahora un gran área de enfoque para nosotros, ya que creemos que pueden abrir nuevas perspectivas en el futuro sobre cómo podría utilizar el microbioma intestinal como un objetivo modificable para mejorar el metabolismo y la salud humanos”.
PREDICT 1 fue una colaboración internacional para estudiar los vínculos entre la dieta, el microbioma y los biomarcadores de la salud cardiometabólica. Los investigadores recopilaron datos de la secuencia del microbioma, información dietética detallada a largo plazo y resultados de cientos de marcadores sanguíneos cardiometabólicos de poco más de 1.100 participantes en el Reino Unido y Estados Unidos lanzado hace unos meses.
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