Obligado por las circunstancias ante el peor día de la pandemia –ayer se rompieron de manera simultánea los récords de muertes y contagios para un día- y el fracaso del plan de vacunación, el Presidente confirmó este viernes lo que su gobierno había negado sistemáticamente: los gobernadores y las empresas sí podrán comprar y aplicar las vacunas contra el Covid-19.
Pero en su delirio persecutorio, López Obrador echa a perder hasta las buenas noticias. Explicó que esta decisión la toma “porque no queremos que nos estén criticando… ya me imagino el Reforma…”, en lugar de convocar a todos los actores políticos y económicos porque en este momento lo más urgente es vacunar a la mayor cantidad de personas en el menor tiempo posible. Lo dijo el mismo: le preocupa más la crítica que la crisis sanitaria. El plan de vacunación fracasó.
El anuncio llegó apenas unas horas después de que el zar anti Covid, Hugo López-Gatell dijera que los estados no intervendrían en la compra y distribución de la vacuna. La tarde del jueves, el polémico Gatell rechazó la petición de los gobernadores del país de poder invertir en la compra de vacunas para avanzar en la estrategia contra el covid-19 en sus estados.
Durante la reunión que sostuvieron funcionarios federales con mandatarios y representantes de 25 entidades, el subsecretario informó a la Comisión de Salud, que encabeza el gobernador de Yucatán, Mauricio Vila, que no será posible que ellos importen el reactivo, ya que esto “contravendría la estrategia nacional de vacunación”.
Por la noche, durante la conferencia diaria de la situación de la pandemia, insistió en que los Gobiernos estatales no pueden adquirir vacunas contra covid-19 de manera independiente, porque contravienen los lineamientos del Plan Estratégico Nacional, definido por un grupo multidisciplinario de 21 expertos. Pues resulta que la opinión de Gatell y los expertos se fue a la basura y el Presidente hoy anunció exactamente lo contrario.
¿Qué hizo cambiar de opinión al Presidente? El peor día de la pandemia. Este jueves 21 de enero se registraron las cifras más altas desde el inicio del brote de Covid-19 con ¡¡22 mil 339 nuevos contagios y 1,803 muertes en las últimas 24 horas!! Es decir, cada minuto están muriendo 1.2 y se contagian 15.5 mexicanos.
López Obrador sabe que con estas cifras el problema no sólo estará en la capacidad hospitalaria, sino que se vendrían abajo las etapas del plan de vacunación y su propósito de reiniciar clases al menos en el estado de Campeche. La mayoría de los estados del país están cada vez más cerca de la alerta máxima y la parálisis sería un golpe brutal para Morena y sus aspiraciones electorales.
En su conferencia de este viernes, el Presidente arrió banderas y emprendió la retirada en la estrategia de monopolizar la vacuna; rumiando su fracaso, nuevamente culpó a los medios de su fallido plan de vacunación que hoy es completamente incierto. Abrió la puerta a gobernadores y empresas privadas para intentar salvar lo poco que queda: si la vacuna fluye, habrá sido gracias a la decisión del Presidente; si fracasan, podrá justificar su resistencia inicial y repartir las culpas.
Sin embargo, la buena noticia es que hoy se anunció que los estados y las empresas sí podrán comprar y aplicar las vacunas, aun cuando él mismo intente echarla a perder; la única condición para este permiso es que las empresas y gobiernos locales anexen a la solicitud de compra el contrato de adquisición de las vacunas, la cantidad y el nombre de las farmacéuticas, y a quienes la van a aplicar para no duplicar esfuerzos con el plan nacional de vacunación.
Los únicos requisitos son el contrato, cuándo va a llegar la vacuna y que sea de una farmacéutica autorizada -por ejemplo Pfizer, AstraZeneca-, las que ya están autorizadas en México o están por autorizarse y también en dónde las van a aplicar, para que no haya duplicidades, es decir, enviar las vacunas a donde haga más falta. Curiosamente, está pidiendo a gobiernos locales y empresas exactamente la misma información que su gobierno ordenó reservar por cinco años.
Empujado por la frustración, pidió a los estados no hacer politiquería con este tema y tampoco engañar a la gente diciendo que sí van a comprar y no es cierto, precisamente lo que ellos han venido haciendo todo este tiempo. Con su singular optimismo, dijo que “tampoco está nada fácil porque los laboratorios están produciendo para entregar las vacunas a naciones que ya pagamos por ellas, llevamos 8 meses con la negociación y nos ha ayudado nuestra buena relación con los países y las farmacéuticas.”
Si empresas y gobiernos locales logran allegarse vacunas antes que el propio gobierno federal, entonces estará en un lío gordo. Sin duda es una estupenda noticia la que ha dado el Presidente, aunque insista en echarla a perder.
Las del estribo…
- Pues resulta que las cifras del enfrentamiento entre policías y secuestradores nomás no cuadran. Entre el informe dado a conocer por la policía estatal ese mismo día y lo dicho ayer por la Fiscal del Estado hay diferencias en todo: detenidos, número de muertos y hasta secuestrados. El gobierno tampoco ha explicado cómo fue que dos víctimas fallecieron y a manos de quien. Por eso es que la historia oficial poco refleja lo que pasó en la capital del estado, a pocos minutos del palacio de gobierno y la Secretaría de Seguridad Pública.
- En diciembre pasado, en una exclusiva para Formato7, la magistrada presidenta del Tribunal Superior del Justicia (TSJ), Isabel Inés Romero Cruz, adelantó que todos los jueces de Veracruz serían investigados por el Consejo de la Judicatura, ya que antes “estaban sueltos” y “hacían lo que querían”. Sin embargo, hoy se olvidó de la autonomía y dijo que la decisión responde a una instrucción del Gobernador del Estado.