En esta segunda parte de la conversación, Sergio Ábrego nos habla de sus experiencias en JazzUV, desde su ingreso hasta su examen de titulación, y de sus experiencias en la enseñanza musical.

La ciudad de las flores

Un año después, en el 2013, decidí hacer la convocatoria a JazzUV —igual que siempre, de golpe y porrazo— y mis papás nuevamente creyeron en mí. Viajé a la ciudad de Xalapa en compañía de mi amigo Alberto Esquivel, quedé en la escuela y pasé siete años de mi vida viviendo en Xalapa, Veracruz.
Llegué a Xalapa de veintitrés años y lo vi como la perfecta oportunidad para aprender de mí, siempre me ha gustado la cocina y disfrutar de mi espacio personal, entonces creía estar al menos algo preparado. Como te comento, no creo en las casualidades y la vida me puso a una amiga desde el día cero, desde que iniciamos la convocatoria; mi mejor amiga, Cecilia Cancino, ella viene de Chiapas, me acompañó durante toda la carrera y me hizo sentir en casa aunque no lo estuviera, para mí es algo muy importante porque soy una persona de círculos que, simplemente, de manera natural, se dan pequeños, entonces para mí fue algo de muchísima ayuda.

JazzUV

JazzUV representó adaptarme a una nueva escuela, yo venía de una escuela muy vieja y llegué a una escuela en la que fui parte de la quinta generación, es una institución muy particular donde las carencias se compensan con las actividades dentro, por ejemplo, fue la oportunidad que tuve, a través de la malla de materias, de explorar con la música que más me gusta a través del arreglo, también pude entrar al ensamble vocal, ahora ya no existe pero para mí era muy importante empezar a tener un contacto más cercano con la voz, también tomé clases de canto con la maestra Jelena Ćirić, que estuvo como dos años, porque para mí, la voz siempre ha sido muy importante.

JazzUV (foto: Google)

Yo creo que generarse cuestionamientos es importante si queremos sacar nuestras propias conclusiones y, la verdad, para mí JazzUV fue un espacio en el que cuestioné todos los contenidos que se impartían y creo que al final sí me hice las preguntas necesarias para entender o para tener las respuestas relacionadas a mi camino profesional.
En las escuelas de música clásica nos casamos con el maestro de instrumento, si nuestra carrera es de ocho años, pasamos los ocho años con el mismo maestro, pero en JazzUV tuve la oportunidad para probar completamente lo opuesto porque estudié con todos los maestros de guitarra: Édgar de la Torre, Roberto Picasso, Frank Forke, Alberto Jiménez y Pancho Lelo de Larrea. Fue muy importante tener a este referente del jazz, para mí, Pancho es un jazz star nivel Nueva York, y él me dio panorama, me dio pauta, me dio una vara para poder medir el quehacer musical en México, y le agradezco mucho que me habló bien franco de lo que es ser jazzista, de lo que es ser un líder, de lo que es dirigir un ensamble a través del instrumento, y que incluso me dio consejos fuera de la institución.
También fue importante Rafael Alcalá, yo creo que su claridad dentro de las clases es sustentada por su experiencia y preparación, obviamente preparaba sus clases, pero yo creo que era más su conocimiento y su experiencia lo que hacía que pudiera dar una clase en el nivel en que la daba.
Todos estos elementos —principalmente mi acercamiento con Rafa y con Pancho— me dieron un compromiso aún mayor con mis estudios profesionales. Sinceramente, muchas veces resbalé con la institución, muchas veces rocé con la institución, pero yo creo que de los resbalones se aprende.
Además de mis estudios, la Universidad Veracruzana me dio otras cosas: practiqué deporte en la alberca olímpica de la Zona Universitaria, estudié un año de italiano y oficialicé mis estudios de inglés, también me brindó asistencia médica, la cual, por supuesto que utilicé. La UV es mi alma mater y mi labor siempre será representarla a través de mi quehacer.

El maestro con cariño

Yo creo que para lograr integralidad en una disciplina hay enseñar en esa disciplina, en el 2018 llegó a mí la oportunidad de ser maestro, primero como parte de mis prácticas docentes en las que pude enseñar iniciación al lenguaje musical a un conjunto de adultos que eran parte de un coro. Esto fue en el Ágora de la Ciudad, cuando llegué, la chica que me abrió las puertas a estas clases me preguntó si necesitaba algún tipo material: un pizarrón, una grabadora, un teclado, pero solo le pedí unas bocinas y le dije que con mi celular y esas bocinas podía dar las clases, la intención de esto fue probarme a mí mismo que podía ser elocuente, que podía hacer una clase dinámica a través de lo que yo era, a través de lo que yo sabía y a través de mi propio interés por enseñar.

Fue una experiencia muy padre, en el Ágora de la Ciudad hay muchísimos talleres, entonces se conjugan muchísimos perfiles, ahí encuentras gente muy variada, llegaban familias y yo les enseñaba el ritmo, la melodía, pero a través de canciones que ellos iban llevando y creo que logramos una dinámica muy padre. A partir de ahí, un chico se interesó por lo que yo podía enseñarle y se inició una relación alumno-maestro para enseñarle guitarra jazz, y fue un augurio porque a partir de entonces empezó mi actividad como maestro. Le di clases a perfiles muy distintos, a este chico del que te cuento, a una pianista de la Ciudad de México, la cual estudió música clásica y quería aproximarse al jazz por lo que le enseñé el lenguaje del jazz, y a dos familias chinas que buscaban un maestro que supiera inglés para enseñarle a un niño, fue la primera vez que le di clases a un niño, le enseñé guitarra casi desde cero, y le di clases a una mujer china que quería mejorar sus aptitudes en la guitarra. Al mismo tiempo, un viejo compañero de la prepa me buscó como maestro de ukelele, realmente yo no toco ukelele pero me di cuenta de que es muy similar, en cierta zona la guitarra es idéntica a un ukelele, entonces me eché el paquete.
Con toda esta serie de alumnos a los que les tuve que enseñar de diferentes maneras, yo creo que logré asimilar mejor lo que es la disciplina de la música. Al mismo tiempo desarrollé un sistema basado en la voz, como te he contado, la voz ha sido importante en muchísimos aspectos de mi vida, y yo sé que la voz es uno de los instrumentos musicales que tenemos dentro y que es con el que mejor podemos explicar conceptos y llegar a la teoría a través de la imitación, hay muchas cosas que puedo enseñar simplemente esperando que el alumno las imite y las asimile, desde mi perspectiva, eso le da muchísima dinámica a la enseñanza.
Todos mis alumnos eran de la Ciudad de México e inicié una plataforma online que, de una manera muy bizarra, fue la única alternativa en el 2020, para cuando vino la pandemia yo ya tenía la experiencia de los correos, la retroalimentación por mensaje instantáneo, el Skype de aquel entonces, y para mí fue una oportunidad de enseñar como a mí me hubiera gustado aprender, por eso es que meto esto de la voz, trato de generar dinámicas más musicales, menos teóricas, y el reto fue poder explicarme en diferentes lenguajes en cuanto a idioma, edad, instrumento.
Realmente, a mí me gusta muchísimo enseñar, me gusta muchísimo propagar el conocimiento, ser como una especie de profeta de los beneficios de la música en la vida cotidiana, como te comento, a mí la música me hizo un chico enfocado, un chico que creía en sí, un chico que se hizo autodidacta, curioso. Yo sé que todos estos elementos pueden impactar de una manera tan positiva en la sociedad que es lo que ahora difundo en mis clases o en mis enseñanzas, un abogado puede hacerse de los beneficios de la música en su vida, en su día a día, esa es mi filosofía en mi carrera como maestro, más que como docente, como maestro.

Tablas de sumar

Estudiantes de JazzUV (foto: Universo. El periódico de los universitarios)

He tenido varias presentaciones: como te comenté, fui parte de la big band de la Facultad de Música de la UNAM y con ellos pude abrir uno de los festivales de la Escuela Superior de Música, es un festival totalmente estudiantil que reúne a los músicos de la escena nacional, es una iniciativa súper padre porque, hasta donde sé, no cuenta con un presupuesto, se hace con muchísimo compromiso por parte de todos los que la integran, con la finalidad de difundir y preservar el lenguaje del jazz en México. También, como parte de las actividades del Festival JazzUV, en los conciertos pre-festival que hacen los alumnos tuve la oportunidad de presentarme en el Octavo Festival —el 2017—. También fui parte de un grupo que armamos con mi amiga Cecilia, de quién te conté, y con otros compañeros; fue un ensamble de música latina como el bolero cubano y este tipo de música más de ritmos afrocaribeños, se llamaba Wuané y tocamos en el Festival Cervantino Barroco de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, y en otros lugares.

Mientras suene el encordado

Cuando uno hace una licenciatura, más allá del conocimiento que recibe, lo que a uno le queda es la experiencia transformadora que nos somete casi a un proceso de metamorfosis, es la titulación, el momento cumbre dentro de la universidad. Es una gestión total por parte del egresado y tratándose de un esfuerzo tan grande, me di a la tarea de hacer un proyecto que funcionara también en mi vida profesional, que me impulsara ya a nivel profesional. El concierto se realizó el seis de marzo en el Teatro J. J. Herrera, fue el último concierto presencial de titulación y no creo que haya sido coincidencia, yo soy una persona que tiene el hábito de tener todo en orden, y tenía los papeles en orden, los metí a tiempo y se me dio esa fecha.
Me puse a pensar en qué quería que tratara el concierto en cuanto a lo artístico y llegué a la conclusión de que, como yo he sido siempre tan introspectivo, me gustaría relatar mi relación con la música desde mis recuerdos más antiguos hasta ese momento, por lo cual formé un repertorio en el que está (Joan Manuel) Serrat, Vinicius de Moraes con estos ritmos brasileños de los cuales también soy bastante fan, Joao Bosco, también brasileño, e hice dos composiciones a manera de homenajes, una a Violeta Parra y la otra a Astor Piazzolla. A partir de esta selección de piezas se me ocurrió ponerle el título «Mientras suene el encordado», el encordado es el conjunto de cuerdas que tiene la guitarra y es una manera poética de hablar sobre la guitarra porque este concierto también pretendía ser un homenaje hacia la guitarra.

Mientras Suene el Encordado (óleo)

Pensé que la mejor manera de que fuera un contenido que me ayudara de forma profesional era captarlo en video, me acerqué a Adolfo Gurrola, de Cinemamode, y al encargado de la iluminación del Teatro J. J. Herrera, Ángel Rivera, realmente es un placer trabajar con personas tan apasionadas de su trabajo como son ellos dos. Tomé como referencia a un director de cine español que se llama Carlos Saura que ha hecho un conjunto de películas que reciben el nombre de Flamenco, Fado, Tango, son películas homenaje a esos estilos, entonces, colocamos hasta atrás el ciclorama con el que cuenta el J. J. Herrera y lo teñimos de rojo a través de la iluminación, eso creó muchísimo dramatismo e hizo al espacio parte activa del concierto, que era lo que pretendíamos. Todos los músicos somos multiinstrumentistas y nos colocamos en el escenario sentados en media luna, como referencia a la disposición de los músicos en el flamenco, y nuestras sombras fueron tomando vida en el ciclorama, como era tan rojo, nuestra silueta también se hizo parte activa del concierto, siempre con la intención de apelar al espectador de diferentes maneras.
También se comisionó una imagen para el concierto, que estuvo en el programa de mano. Siempre he sido un enamorado de las artes visuales y esa imagen fue un homenaje a Dalí, que es un artista que siempre me ha inspirado mucho, es un oleo en el que aparezco yo, sin mayor pretensión, de frente y exponiendo mis facciones y mi piel, de las que estoy tan orgulloso, un poco como esta parte latinoamericana que soy yo. La intención era hacer referencia a ese tipo de cosas y al mismo tiempo que cumpliera con el canon que esperaba JazzUV, entonces fue una tarea bastante difícil, pero a partir de ese concierto se generó una vocación autogestiva, la empecé a poner en práctica y empecé a saber que tal vez este sea mi camino.

 

(CONTINÚA)

 

PRIMERA PARTE: El canto de la guitarra
TERCERA PARTE: Lirios y delirios

 

 

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