Después de haber sobrevivido al 2020 nos encontramos de frente a la primera curva del año en la que desde siempre se han puesto a prueba nuestras estrategias financieras para comenzar sin preocupaciones económicas mayúsculas un nuevo ciclo, sólo que a diferencia de los anteriores en ésta ocasión venimos del inicio de una crisis sin precedentes.
Endeudados, sin ahorros, y en algunos casos sin ingresos logramos terminar un año que se caracterizó por las consecuencias de la enfermedad en el plano económico; cierres, quiebras, despidos, falta de ventas y nuevas deudas provocaron la incertidumbre de las familias por la incapacidad para responder de las necesidades de sus integrantes.
Sin duda en breve tendremos los informes oficiales que nos confirmarán que una mayor brecha de desigualdad se abrió entre quienes pudieron conservar su empleo trabajando desde casa, contra quienes por cuestiones de vulnerabilidad y riesgo se vieron impedidos para continuar su actividad de salir a las calles para buscar sustento diario, haciendo más pobres a los pobres.
En ambos casos tuvimos que aprender una nueva forma de afrontar la vida para ponerla en práctica todo el 2021; el que ya nos recibe con aumentos de precios en productos de la canasta básica y una primera plana diaria en impresos de voces de auxilio de representantes de diversos gremios que por ser clasificados como no esenciales se encuentran al borde de la quiebra definitiva.
Sin embargo una gran lección que por ningún motivo debemos olvidar es que mientras haya vida y salud habrá esperanza, y habrá solución para cualquier problema incluso de tipo económico, de esos que parecen imposibles; pues tal parece que la cartera vencida, el impago, las deudas, los embargos, la cobranza y demás también habrán de marcar este nuevo año en el que la enfermedad sigue presente.
Por ello es importante recordar que no se debe sucumbir al terror de la cobranza cuando se torna abusiva, que ninguna deuda puede arrebatarnos la libertad, ni la dignidad; pues nada está por encima del respeto a nuestros derechos esenciales de los que gozamos por el solo hecho de ser humanos, personas con derechos y libertades consagradas en nuestro Máximo orden legal que es la Constitución General de la República.
De ahí la importancia de mantenernos siempre informados y debidamente asesorados para saber cómo defender nuestro patrimonio desde el ámbito familiar, laboral, o de nuestra comunidad, espacios en dónde es frecuente que se presenten actos que pueden irrumpir en nuestra paz personal.
Ya hemos dado en ocasiones anteriores pláticas y talleres sobre cómo enfrentar la cobranza abusiva, así mismo desde el 2014 el Barzón opera la Cruzada Estatal para prevenir los abusos de los despachos de cobranza. Este año estamos programando ya la segunda etapa de la Jornada Estatal para la Protección y Defensa del Patrimonio Familiar que inicio el 27 de agosto de 2020, que incluirá más charlas y talleres sobre el tema pero en el campo de embargos y cobros judiciales, les pido que estén atentos al seguimiento de estos temas para estar mejor preparados en el conocimiento de tus derechos como deudor.
Éste es nuestro compromiso social de ayuda a la ciudadanía para enfrentar juntos la crisis, ¡Feliz año a todos!
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