Este jueves, al comparecer ante diputados locales, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, tuvo un verdadero día de campo. La razón por la que uno de los mandatarios peor evaluados del país ni se despeinó en su visita al Congreso es porque encabeza un gobierno que no tiene oposición política.
Arropado por la mayoría de su partido y grupos parlamentarios timoratos y sumisos, el mandatario estatal maquilló cifras, justificó fallas e incluso, se dio tiempo para ironizar sobre la alianza electoral de sus adversarios. Presumió haber tranquilizado a la entidad, bajado los índices delictivos y poner orden en las finanzas. No hubo una sola voz capaz de exhibir la situación que hoy se observa en Veracruz.
El gobernador aseguró que con su llegada al Poder Ejecutivo hace dos años “se terminaron las historias de corrupción que desde el poder político protagonizaron” quienes lo antecedieron, aunque nuevamente echó en cara el estado en que pasadas administraciones dejaron a Veracruz en materia de deuda pública, inseguridad y deudas con proveedores.
“A dos años del inicio de las grandes transformaciones podemos reiterar que el pueblo de Veracruz no se equivocó cuando con su voto consciente logró que Andrés Manuel López Obrador sea presidente y en dicho triunfo también se terminaran las historias de corrupción que desde el poder político protagonizaron quienes me antecedieron. Vamos logrando el objeto de tranquilizar el estado” dijo ufano y seguro.
En realidad hay muchas historias de corrupción que saldrán a la luz cuando deje el poder, de la misma forma en que han salido las de Fidel Herrera, Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes. Se sabrá de los grandes negocios que se realizan en la SEV, en la SIOP, en Seguridad Pública y desde la consanguineidad de la Secretaría de Finanzas.
Y de alcanzar el objetivo de tranquilizar al estado aún está por verse. Las peores masacres cometidas en el sur de la entidad siguen sin resolverse, sin bien es cierto que la incidencia delictiva ha hecho un alto en la espiral que mostraba desde hace varios años. Ayer el gobernador ni siquiera recordó la emergencia humanitaria con que inicio su gobierno ni el número de feminicidios que se siguen cometiendo.
Cuitláhuac García por fin se mostró cómodo y confiado. Mostró lo aprendido en dos años. Ni siquiera la medrosa beligerancia panista lo inmutó, al contrario, le permitió ironizar y burlarse de las aspiraciones electorales de sus adversarios. Como Fidel, el mandatario estatal empieza a embelesar con mentiras.
Presumió que uno de los mayores logros a dos años de gestión fue disminuir 24.67 por ciento la incidencia delictiva en general y ubicar a Veracruz en el lugar 17 a nivel nacional en materia de homicidios dolosos. Destacó que lo anterior ha sido posible gracias a la coordinación con fuerzas federales, el cambio radical en la procuración de justicia estatal, nuevos aires en el Poder Judicial y la decisión irreversible de terminar con el legado de violencia.
“No es que no sucedan los delitos, sino que los aliados de los delincuentes ya no están en el Gobierno ni en la Fiscalía General del Estado”. Durante su mensaje, el mandatario señaló que actualmente “ya no hay pactos con la delincuencia”.
Ambas afirmaciones son temerarias. La primera porque hasta ahora, fuera de su discurso y el caso excepcional de Jorge Winckler –acusado de tortura y no de asociación delictuosa- no se ha inculpado a nadie; no se ha procesado a nadie y ningún personaje del pasado se encuentra bajo proceso por ser “aliados de los delincuentes”, aun cuando han sido señalados de la misma forma en que lo son actualmente los responsables de la seguridad del estado.
Pero donde mostró mayor desparpajo y astucia fue en el mensaje político. A pesar de que el diputado panista Omar Miranda prácticamente pidió disculpas por cuestionar un “gobierno de fábulas”, el gobernador le regaló un compendio de sus acciones de gobierno durante este segundo año y le recordó que “el pueblo se cansa de tanta transa”.
Además, le dedicó el libro al panista, a quien le recordó que fueron gobierno durante dos años y dejaron todo abandonado. «Reciba usted estas pruebas fotográficas de la transformación que hemos iniciado del estado que tan lastimosamente en ruinas usted y sus aliados dejaron, con todo respeto, atentamente un servidor y un pueblo que hace dos años dejó de creer en las mentiras», decía el texto, al tiempo que dijo desconocer si se trataba de un representante del PAN o del PRI.
El resto de los grupos parlamentarios ni siquiera alcanzaron lugar en las reseñas de los medios estatales y nacionales. No salieron a la tribuna los dirigentes estatales de los partidos ni líderes empresariales o religiosos. Veracruz padece de un gobierno sin oposición.
La del estribo…
1. En su mensaje de ayer, el Gobernador puso énfasis en el manejo de las finanzas públicas; ponderó el trabajo que se realiza desde la Sefiplan, que permitió obtener logros como la disminución de deuda hasta por 4 mil 822 millones de pesos; y gracias a la contracción del gasto público, el plan de austeridad, mejorar la calificación, se pudo hacer frente a la pandemia y destinar más de mil millones de pesos.
2. El ex alcalde de Xalapa, David Velasco Chedraui deshoja la margarita sobre si deberá presentarse a la elección del próximo año como candidato independiente. En el PAN las cosas ya se definieron en pos de la alianza: Sergio Hernández sería el candidato a la alcaldía y Omar Miranda a diputado federal. El resto de las posiciones serán para el PRI y el PRD. Pero los nuevos partidos pueden dar la sorpresa.