Benjamín Montalvo Cruz uno amigo leal y verdadero.

Colaboró con Dante Delgado durante muchos años.

Una historia que merecía ser escrita y contada.

La última vez que vi a mi querido amigo Benjamín Montalvo Cruz -Benja, para los cuates- fue en un café de la avenida Lázaro Cárdenas, en donde estuvimos platicando por espacio de más de dos horas, en las que me platicó su trayectoria política al lado de Dante Delgado Rannauro y me reveló el motivo por el cual decidió guardar sana distancia.

Al inicio de la plática, cuando le pregunté cuál fue el motivo por el que dejó de formar parte de los más cercanos colaboradores de Dante Delgado, me contó su historia, que comenzó en su natal Córdoba, porque su padre quien le gustaba tocar la guitarra, de muy joven le enseñó a tocar ese instrumento.

Como su papá era amigo del padre de Teresa Morales, la esposa de Dante, le pidió que lo llevara a colaborar con el dirigente cañero, con quien estuvo durante algún tiempo, yendo incluso a trabajar en la Ciudad de México.

Hasta que Dante empezó a trabajar para buscar la alcaldía de Córdoba, entonces el papá de Teresita lo mandó a apoyarla en la organización de las reuniones y eventos a favor del entonces también joven político.

Uno de los primeros eventos que le encargó organizar, fue una reunión masiva, en unos cuantos días, que fue un total éxito, por la notable asistencia de cordobeses.

Igual ocurrió con otras encomiendas, en las que Benjamín pudo demostrar su capacidad de organizar y llevar a cabo todo tipo de encargos que se le hacían.

Y cuando Dante le preguntaba a su esposa Teresa como fue que salió todo bien, la respuesta era la misma, que Benjamín se había encargado de apoyarla.

Lo que finalmente llamó la atención de Dante Delgado, quien lo jaló para trabajar en su equipo y así lo hizo durante muchos años.

Recuerdo que cuando Dante Delgado fue gobernador sustituto de Don Fernando Gutiérrez Barrios, en varias ocasiones, lo fuimos a saludar junto con su compadre y amigo de toda la vida Raúl de la Huerta, en su despacho de palacio como Oficial Mayor del gobierno del estado.

Pero luego ya Dante se fue a México, para ser Procurador Agrario, en tanto que Benjamín se quedó en la banca, en espera de seguir a su amigo.

Pero como suele suceder en esta vida, de quien menos lo esperas, te llega el apoyo.

Froylán Ramírez Lara, otro de los cercanos colaboradores de Dante, -que actualmente es el representante de Movimiento Ciudadano ante el OPLE- lo invitó a que fuera delegado estatal de INI en Guerrero y hasta allá marchó.

Luego regresó a Xalapa, en donde durante varios años, estuvo trabajando en la Comisión Estatal del Agua Potable, ahí en las oficinas de la avenida Lázaro Cárdenas.

En aquella ocasión, cuando nos reunimos a tomar un café, Benjamín me recomendó que pidiera unos molletes con mantequilla y mermelada, porque estaban mucho más ricos, que los que preparaban en un restaurante frente a la terminal de CAXA que por cierto ya cerró.

Al finalizar la plática, le recomendé a Benjamín, que debería de escribir esas memorias que me platicó con gran estilo literario.

Quedamos que para la próxima vez que viniera su compadre Raúl de la Huerta, nos volveríamos a reunir, para ir a comer y platicar como lo hacía siempre.

Ahora que inesperadamente se nos adelantó, solo me queda recordar al buen amigo, y mandarle un fuerte abrazo a su querida esposa Angeles Albuerne Rodríguez y a sus hijos.

La misa de cuerpo presente para Benjamín Montalvo Cruz, será a las 2:30pm. En la iglesia María Madre.

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