En la víspera del inicio formal del proceso local electoral de Veracruz, el tema de la posible alianza entre PAN, PRI y PRD llama la atención entre quienes se interesan por los asuntos de la política veracruzana.
En la cancha de Morena, mientras tanto, la incertidumbre no sólo se relaciona con la selección de candidatos, sino también con la designación de la dirigencia. Esteban Ramírez Zepeta y Gonzalo Vicencio Flores luchan por ese reconocimiento; el primero, como alfil del grupo en el Gobierno del Estado; y el segundo, instalado como secretario general en funciones de presidente del Comité Estatal.
En el Movimiento, los grupos luchan por el terreno, ahora la dirigencia y las posiciones en el Comité; y mañana, las candidaturas.
Las dos cabezas reales de esos dos grupos eran Rocío Nahle y Manuel Huerta, secretaria de Energía y delegado en Veracruz de programas federales, respectivamente; y el gobernador Cuitláhuac García a través del titular de Segob, Eric Cisneros. Sin embargo, en los días recientes ha trascendido que Gonzalo Vicencio Flores ya habría tenido un acercamiento con el ejecutivo veracruzano, a efecto de presentar un frente común ante la proximidad de las elecciones del próximo año.
Ese acercamiento también tendría un grupo que hasta hoy había marcado distancia del gobernador, el del diputado local José Magdaleno Rosales, Jessica Ramírez, Cristina Alarcón, Nahúm Álvarez; León David Jiménez; y José Andrés Castellanos.
De acuerdo con dichas versiones, en Morena-Veracruz no sólo pusieron orden, sino que existe la disposición de llegar en unidad a los comicios de 2021.
En cuanto a la posible coalición entre PAN, PRI y PRD; las dirigencias de esos tres partidos trabajan en la preparación de la elección de 2021; es una labor que los mantiene en tres pistas: la organización de las estructuras, los acuerdos internos de los partidos –que incluye los métodos de selección de candidatos–, y las negociaciones de la posible suma de fuerzas.
Se trata de un escenario que hasta hace pocos años resultaba impensable; sin embargo, hoy panistas y priistas ven en esa posibilidad la oportunidad para quitar a Morena el control del Congreso local y dejar acomodadas las piezas para la sucesión de 2024, con escala en el plebiscito de 2022.
El proceso de la negociación se encuentra en los comités nacionales, cuyos dirigentes tendrán la última palabra. En el ámbito local, los grupos internos del PAN se encuentran en la disputa de las posiciones; el comité estatal del blanquiazul y la comisión política estatal están controlados por el dirigente panista Joaquín Guzmán Avilés; no así algunos comités municipales.
En tres semanas, días más o menos, esos tres partidos tendrán que presentar su convenio de coalición ante el OPLE; y será entonces cuando sabremos en cuántos y cuáles municipios habrá alianza.
Lo cierto es que el proceso de 2021 en Veracruz pinta como una batalla entre dos grandes fuerzas, con pronóstico reservado: Morena y lo poco que representan los partidos Verde y del Trabajo, por un lado; y PAN-PRI-PRD por el otro; con un tercer ingrediente: la lucha de los nuevos partidos nacionales y locales por conservar el registro y ganar alguna posición.
@luisromero85