Otra mala ocurrencia del presidente López Obrador.
Hasta publicó un decreto en el Diario Oficial.
Tuvo que dar marcha atrás y dejarlo como voluntario.
Como ya no se sabe en la administración de la Cuarta T, de dónde más sacar dinero, luego de la desaparición de los fideicomisos, ahora nuestro señor presidente Andrés Manuel López tuvo la brillante ocurrencia, que había que bajarle a la mitad el aguinaldo a los funcionarios y trabajadores del gobierno federal.
Así como lo ve usted, el jueves de la semana pasada, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el decreto de la Presidencia de la República “que establece las disposiciones para el otorgamiento del aguinaldo correspondiente al ejercicio fiscal de 2020”.
Sin tomar en cuenta la mismísima Constitución General de la República, las leyes y reglamentos en donde está establecido los montos que como dirían los abogados “por ley” se tiene que entregar a todos los trabajadores, nuestro presidente simplemente tuvo la ocurrencia de que era mucho dinero lo que se tenía que pagar y en consecuencia lo mejor era que en lugar de cuarenta días fueran nada más veinte días de aguinaldo y a los funcionarios de alto nivel, de plano no les dieran aguinaldo, total para qué.
En una verdadera “joyita” del autoritarismo del bien llamado “pinche poder” pues simplemente mandó a publicar un decreto en el Diario Oficial de la Federación, que entre otras cosas ordena lo siguiente:
ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, en ejercicio de la facultad que me confiere el artículo 89, fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, con fundamento en los artículos 75 y 127 de la propia Constitución; 42 Bis de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, Reglamentaria del Apartado B) del Artículo
123 Constitucional; 31 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal; 2, fracción XLVI, 64 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria; 4, fracción V y 20 de la Ley Federal de Austeridad Republicana, y 18 y 19 del Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2020, y CONSIDERANDO
Que con motivo de la emergencia sanitaria derivada por el virus SARS-CoV2 (COVID-19) y que ha repercutido en la situación económica en México, el Ejecutivo Federal a mi cargo ha establecido una serie de medidas de austeridad y racionalidad en el gasto público de observancia en las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, con el propósito de reorientar recursos para enfrentar la pandemia generada por el virus;
Ese fue el mismo pretexto que se utilizó para la desaparición de los fideicomisos, pero hasta la fecha, nunca se ha transparentado la información, de en qué y en donde se va a invertir los millones de pesos “recuperados”.
En el decreto se asegura que el moche al aguinaldo de la burocracia y altos jefes será para Que sin dejar de observar el propósito antes referido, para el presente ejercicio fiscal el Ejecutivo Federal a mi cargo ha decidido “otorgar un aguinaldo al personal operativo de confianza, enlace, mando, categorías y personas físicas que prestan sus servicios mediante contrato de honorarios a las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, con cargo a recursos del capítulo de servicios personales, así como a las personas que reciben haberes de retiro, pensión militar, pensión civil, pensión de gracia, y los deudos de dichas personas a quienes se les haya otorgado una pensión del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado o con cargo al erario federal”
Pero para que no se hagan ilusiones, se aclara: Que el otorgamiento del aguinaldo debe ser congruente con los principios de austeridad republicana que se han establecido en la administración del Ejecutivo Federal a mi cargo. y
Que a fin de ser coincidente con las medidas de austeridad que he venido impulsando, “he tomado la decisión de reintegrar a la Tesorería de la Federación el 100 por ciento del monto que reciba por concepto de aguinaldo y gratificación de fin de año en términos de las disposiciones jurídicas aplicables, y que históricamente equivale a 40 días por esos conceptos, para que se destinen a dar atención a las necesidades derivadas de la emergencia generada por el virus SARS-CoV2 (COVID- 19) en México”, he tenido a bien emitir el siguiente DECRETO
Artículo Primero. – El presente Decreto tiene por objeto establecer las disposiciones para el otorgamiento del aguinaldo correspondiente al ejercicio fiscal de 2020, que efectúen los ejecutores de gasto siguientes:
Dependencias: las Secretarías de Estado, incluyendo a sus órganos administrativos desconcentrados, los Órganos Reguladores Coordinados en Materia Energética, y la Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal. Para los efectos del presente Decreto, quedan comprendidas en esta fracción la Oficina de la Presidencia de la República y los tribunales administrativos, y Entidades: las entidades paraestatales de la Administración Pública Federal.
Lo bueno fue que al parecer, alguien se atrevió a decirle que esa ocurrencia era una tremenda barbaridad jurídica y por eso, en la siguiente conferencia mañanera, desmintió su propio decreto presidencial y dijo que no era obligatorio, que sería voluntario -como si hubiera alguien en sus cinco sentidos que quiera que le bajen a la mitad o de plano no le den su merecido aguinaldo- ¡hágame usted el favor! Como diría mi abuela ¡venga más y líbranos señor!
Bien dice Pancho López el filósofo de mi pueblo: “no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace gobernante.”
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