El diputado Juan Javier Gómez Cazarín, presidente de la Junta de Coordinación Política de la LXV Legislatura local, quiere mucho su familia.

Ahora que está en la plenitud del poder –lo que no imaginaba todavía en 2017, cuando perdió la elección municipal de Hueyapan de Ocampo–, el líder del grupo legislativo de Morena ha sido espléndido con hermanos, primos, sobrinos y, sobre todo, con su padre Juan Gómez Martínez, (a) “Yona”, a quien en 2021 pretende hacer alcalde “a huevo”, como aseguran que lo anda pregonando en su terruño natal.

Esa prepotencia, obviamente, poco ayuda a su progenitor, pues no sólo ha unido a sus detractores y enemigos políticos –internos y externos de Morena– sino que ha propiciado también una despiadada campaña en contra de don “Yona”, en la que a través de videos difundidos en las redes sociales lo ridiculizan y hacen escarnio de él retomando sus propios dichos.

En el último que circula, donde retoma un sketch de unos populares comediantes de televisión para mofarse de él, se exhibe a Gómez Martínez respondiendo a sus detractores que “no somos tan honraditos, pero tampoco somos tan cochinos.”

Quién sabe cuál sea su parámetro de la corrupción. Lo cierto es que hace casi cuatro años, en diciembre de 2016, “Yona” tuvo que renunciar como tesorero municipal de Hueyapan de Ocampo, luego de que cuatro de los cinco regidores del Ayuntamiento lo denunciaron ante el Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) y el Congreso local por presuntos desvíos.

Ese negro episodio, posiblemente, terminó afectando a su hijo, quien al año siguiente contendió como candidato de Morena a la alcaldía y perdió ante el abanderado del Partido Nueva Alianza (PANAL).

Las protestas de los ediles contra “Yona” Gómez iniciaron desde marzo de 2016, cuando en la víspera de la Semana Santa dejó sin gasolina a las unidades de Protección Civil, ambulancias, patrullas de la Policía Municipal y hasta los vehículos de la presidenta del DIF. El enojo de los regidores y funcionarios explotó cuando se enteraron que el tesorero había suspendido la línea de crédito de la gasolinera que abastecía de combustible a los vehículos del Ayuntamiento, mientras que a su sobrino Andrés Marcial Gómez le había entregado un cheque por 180 mil pesos, al cual señalaron de que al día siguiente andaba promocionando a Morena, el partido de su familia, en la zona serrana.

Marcial Gómez es el primo del líder del Congreso local que en el proceso interno de Morena les ordenó a los militantes que “andamos en el proyecto de la Cuarta Transformación de Juan Yona”, que ni se asomaran a una reunión que estaba organizando el diputado federal y ex alcalde Eulalio Ríos Fararoni para Mario Delgado, pues les advirtió que el entonces aspirante a la dirigencia nacional del partido obradorista “es corriente contraria al Presidente de la República Andrés Manuel (López Obrador), es corriente contraria a los ideales del gobernador Cuitláhuac García Jiménez y es contrario a Juan Javier Gómez Cazarín”.

En marzo de 2016, los ediles le reclamaron también a “Yona” por qué favorecía con obras a su hijo, las cuales, acusaron, eran de mala calidad, señalándole concretamente las realizadas en Tierra Nueva y Juan Díaz Covarrubias.

Por eso ahora, como buen hijo, el líder de los diputados de Morena quiere hacer alcalde a su padre… ¡a huevo!, lo que él no pudo conseguir hace tres años. Supone que le puede cumplir el capricho, pues en 2018 Gómez Cazarín arrasó como candidato a diputado local. Sin embargo, parece olvidar que su triunfo se lo debe al llamado “efecto López Obrador”, lo que en los comicios de 2021 difícilmente se repetirá, pues el nombre del Presidente ya no aparecerá en la boleta electoral.