La carta que este jueves envió el presidente municipal de Xalapa, Hipólito Rodríguez, al presidente López Obrador, en lugar de generar solidaridad e indignación entre los xalapeños, penduló entre la burla y el ridículo de quien resultó una de las peores autoridades que haya tenido la capital en mucho tiempo.

En cada línea, el alcalde mostró su incapacidad como gobernante, su insignificancia como militante y el absoluto abandono político como autoridad. Rodríguez Herrero ha sido vilipendiado por la gente e ignorado por Morena, el partido que lo llevó al poder. Ni Américo Zúñiga fue tratado tan mal por el gobernador Miguel Ángel Yunes a pesar de las diferencias familiares y de partido. La carta confirmó que cuando la transformación es brava hasta a los de la casa muerde.

La misiva al Presidente también alimentó el debate sobre el federalismo pendenciero que intenta imponer López Obrador a los gobernadores, y en consecuencia, a los gobiernos municipales. Tal vez Hipólito Rodríguez no se enteró de la sentencia lópez-obradorista de que no “habrá ni un peso más para los estados” y que no tendrán en sus manos dinero federal. El alcalde xalapeño ya lo comprobó en carne propia con la excusa pueril de Banobras.

Reveló también la candidez de quien no entiende la forma de gobernar del Presidente –el uso del dinero público es decisión exclusiva-, y que el gobierno federal tiene enormes boquetes financieros que no sabe cómo resolver. Si acaso Banobras cuenta aún con reservas, no serán para financiar proyectos de estados y municipios, sino para estar a la disposición de las crecientes urgencias del Presidente.

Todo el conflicto se generó porque el Banco Nacional de Obras y Servicios Público (Banobras), se negó a aceptar la solicitud del Cabildo de Xalapa para acceder a un adelanto de 37 millones de pesos a sus participaciones de 2021 para la construcción de cuatro tanques de agua que permitirían compensar el tandeo del servicio en colonias populares.

El Banco se justificó al afirmar que no admitió la solicitud porque fue avalada sólo por 9 de los 14 ediles que integran el cabildo, cuando los votos para autorizarlo debían ser al menos diez. Quien sabe en qué momento se reformó la Ley del Municipio Libre y la Constitución de Veracruz para decretar que ahora los acuerdos de cabildo requieren de mayorías calificadas para ser válidos.

Pero si la justificación de Banobras carece de sentido, también la pretensión del Ayuntamiento de buscar cómo financiar una obra estratégica para un amplio segmento de población.

Según la propia autoridad municipal, este año el Ayuntamiento ejercerá poco más de mil 615 millones de pesos de acuerdo con la Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos 2020 que aprobó el cabildoDe esta cifra, al combate a la desigualdad se destinarían 722 millones pesos, pero resulta que el alcalde no tuvo la precaución de reservarse tan sólo 37 millones para construir una obra que ha requerido incluso la intervención del Presidente de la República.

El otro asunto del que el alcalde seguramente tendrá una buena excusa, es que la obra se aprobó por el cabildo apenas el 15 de octubre pasado, cuando se supone que el programa de obras es autorizado desde principios del año. Según el propio dicho del alcalde, “se bloquea nuestra posibilidad de iniciar en diciembre las obras requeridas para enfrentar la próxima temporada de sequía y atender a un importante número de familias afectadas gravemente por los tandeos que desafortunadamente se han vuelto permanentes”. ¿Tenía que esperar hasta el último trimestre del año para realizarla? ¿Por qué la “premura” que tiene hoy no la tuvo en febrero o marzo?

Hipólito se quejó ante López Obrador de haber sido ninguneado, que ni siquiera le toman las llamadas y que menos aceptan comunicarse por video conferencia, por lo que tuvieron que mandar un escrito que pasará rápidamente al archivo de la oficialía de partes.

Aunque el quejumbro del presidente municipal de Xalapa dista mucho del activismo desafiante de los gobernadores integrantes de la alianza federalista, el fondo es el mismo: el gobierno dispone discrecionalmente de los recursos que llegan a la federación por la vía de la actividad económica de estados y municipios.

Por supuesto que siempre ha sido así. Los Presidentes gustan convertirse en el Rey Midas del gasto público; sin embargo, en el pasado esta discrecionalidad se resolvía con negociaciones entre gobiernos de distintos niveles y partidos. Ahora en cambio, no hay margen de negociación ni siquiera con los gobernadores y presidentes municipales de Morena. La carta de Hipólito al Presidente sólo exhibirá la inocencia de uno y la indiferencia del otro.

Por cierto, luego del portazo de Banobras y el vergonzoso gimoteo público, ¿será capaz de mantener su desvarío de construir una ciclo pista de 14 millones de pesos en lugar de garantizar el suministro de agua a la ciudad?

Las del estribo…

  1. Ayer el gobernador Cuitláhuac García se reunió en privado con la nueva titular del Tribunal Superior de Justicia, Isabel Inés Romero Cruz. Tiene razón la Presidenta cuando dice que Sofía Martínez Huerta nunca entendió para qué la pusieron. Al parecer tampoco entendió porqué la quitaron y que lo suyo es un acto consumado.
  2. Sin excepción, todos los gobiernos –tanto federales como estatales- han dicho que las escaladas de violencia son resultado de las acciones para combatir la delincuencia. Esto tendría sentido si las acciones se reflejaran en la reducción de la incidencia, pero resulta que la situación es cada vez más grave. Falta escaso un mes para que se cumplan los dos años que ofreció Cuitláhuac García para terminar con la violencia. Las cifras hablan por sí solas.