28/10//2020, Xalapa, Ver.– Artistas, académicos e investigadores analizaron el 21 de octubre la inusual situación por la que atraviesan las manifestaciones artísticas en medio de la pandemia por Covid-19 que azota a México y al mundo, en las mesas 1.1 y 1.2 del Foro “Artes en emergencia”.
Este evento que continuará el 28 de octubre y el 4 de noviembre, es organizado por el Centro de Estudios, Creación y Documentación de las Artes (CECDA) de la Universidad Veracruzana (UV).
Los participantes de ambas mesas dialogaron en torno a las preguntas: ¿cuáles son las posibilidades y los límites de experimentar, apreciar e interactuar con las artes mediadas por la tecnología, y con obligación de mantener distanciamiento social? y ¿qué nuevas expresiones artísticas o formas de aproximarse a la creación han emergido o se han potenciado en esta situación de contingencia?
La Mesa 1.1 contó con la participación de Carina Cagnolo, investigadora de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba; Wilfrido Terrazas, del Departamento de Música de la Universidad de California en San Diego; Milena Koprivitza, curadora del Instituto Veracruzano de la Cultura; Evoé Sotelo, de la Coordinación de Danza de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y Alberto Lomnitz y María Sánchez Artista, actores teatrales. La moderación fue realizada por Carlos Gutiérrez Bracho, investigador del CECDA.
Carina Cagnolo mencionó que en Argentina al principio el gremio artístico se preocupó más por ver cómo sería la situación post-pandemia que por encontrar nuevos modos de expresar las artes visuales.
Enunció que el estado de emergencia provocado por la situación actual precipitó la conformación de asociaciones colectivas y con ellas la búsqueda de cambios sustanciales en la situación de vulnerabilidad generalizada.
Evoé Sotelo explicó que los movimientos del cuerpo tan indispensables en la danza se perciben de una manera distinta al ser mediados por una plataforma digital, pero que a la vez ésta les ofrece una gama infinita de oportunidades que no existen en el espacio presencial.
Declaró que a través de la tecnología y los medios digitales los danzantes encontraron microuniversos en el tiempo y formas de diálogo con el espacio poco exploradas.
“El arte dancístico no va a dejar de existir y vivimos un momento único en la historia contemporánea en que debemos hacer una pausa y replantear nuestras formas de expresión, lo que brinda una gran oportunidad para explorar terrenos insospechados”, enfatizó.
Milena Koprivitza afirmó que la contingencia ocasionada por Covid-19 permitió a los museos ocupar medios que nunca habían utilizado para mostrar las piezas que exhiben.
Aseguró que el Internet permite difundir la riqueza de los museos y logra que las personas se sientan identificadas y apropiadas de las obras que están en ellos.
“El quédate en casa significa que podemos llevar el arte a todos”, manifestó.
La Mesa 1.2 contó con la presencia de Ana Lucía Ramírez, actriz, dramaturga y fundadora del Foro Área 51; Guadalupe Colorado, investigadora de la Facultad de Música; Gladys Villegas, académica de la Facultad de Artes Plásticas; Alonso Alarcón, del Doctorado en Historia del Arte de la UNAM, y Gabriel Yépez, del museo del Chopo. La moderación corrió a cargo de Emil Awad, investigador del CECDA.
Lucía Ramírez afirmó que la pandemia de Covid-19 llevó al mundo a una crisis sanitaria, política y económica, y que en este sentido el arte resultó muy afectado.
Comentó que la oferta desmedida de manifestaciones artísticas a través de Internet ha reducido los costos de los productos, y muchos creadores han debido casi regalar su trabajo para subsanar las heridas de la situación actual
Destacó que el más grande logro de la comunidad artística ante la pandemia fue la creación de redes gestadas desde lo individual y lo colectivo.
“La crisis ocasionada por esta enfermedad es un aliciente para repensarnos como artistas y comunidad en todos los sentidos”, aseveró.
Guadalupe Colorado declaró que la experimentación con herramientas digitales iniciada por los artistas durante los meses de confinamiento abre horizontes y posibilidades infinitas, entre las que están los museos, bibliotecas y salas de exposiciones virtuales.
“Estos recursos online ya existían, pero la pandemia de Covid-19 aceleró su proceso de popularización, creación y expansión”, mencionó.
Enunció que en la actualidad el Internet es una ventana para los museos y teatros, y que los millones de pantallas de computadoras, tabletas y celulares hacen las funciones de repertorio.
Alonso Alarcón manifestó que durante la contingencia se potenciaron los vínculos entre la danza y la tecnología, y que el Internet y los aparatos electrónicos se utilizaron como medios de supervivencia.
Comentó que no se deben romantizar las circunstancias en que la pandemia de Covid-19 colocó a bailarines, coreógrafos, productores, docentes, gestores e investigadores de la danza.
“En estos tiempos convulsos en los que nuestro país suma más de 68 mil muertes, es necesario hacer una revisión crítica desde el lugar que creadores e investigadores de la danza ocupamos en la sociedad”, enfatizó.