Con el título “La lectura en tiempos de pandemia”, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana  difundió un texto sobre la forma en que la población emplea su tiempo en la etapa de confinamiento.

Destaca que como consecuencia de la contingencia sanitaria por Coronavirus, la lectura es una es una de las actividades más prolíficas.

La Cámara retoma un estudio realizado por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, cuyo objetivo es la creación, fomento y desarrollo de actividades culturales.

El estudio intenta responder a la pregunta ¿qué hace la gente en sus casas como consecuencia del Covid-19?. De acuerdo con el mencionado trabajo, el 46 por ciento de la población mundial emplea su tiempo en aplicaciones de mensajería; el 39 por ciento, en películas y series en streaming; y el 34 por ciento, en la lectura de libros o el uso de audiolibros.

La Cámara de la Industria Editorial menciona otros dos trabajos similares: el de ExLibric, servicio español de edición bajo demanda, que establece que 63.8 por ciento aumentó sus prácticas lectoras durante el confinamiento; y el de la Federación de Gremios de Editores de España, que revela que el índice de lectura en dicho país subió en 4 por ciento en la etapa de la pandemia.

En México no hay un estudio confiable sobre los hábitos de lectura durante la etapa de confinamiento por Covid-19; el más reciente trabajo fue difundido en abril pasado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática; y en él se establece que 41.1 por ciento de la población alfabeta de 18 o más años declara leer al menos un libro en los últimos 12 meses.

La población que declaró leer libros en los últimos 12 meses, en promedio lee 3.4 libros al año, de acuerdo con INEGI, que también reveló que los lectores de libros en formato digital aumentaron de 7.3 a 12.3.

El tema surge hoy a propósito de la labor que realizan instituciones como la Universidad Veracruzana y el Instituto Veracruzano de la Cultura, que han puesto a disposición de la población un importante acervo literario. En el caso de la UV, la comunidad universitaria tiene acceso a una base de 90 mil títulos, por ejemplo.

Morir no es un crimen

Por otro lado, hay esfuerzos particulares que son dignos de reconocer; Magno Garcimarrero Ochoa, por ejemplo, presentan su libro Morir no es un crimen, una novela policiaca que si bien se desarrolla en la Ciudad de México, tiene a xalapeños como protagonistas.

En su libro, Garcimarrero aborda la muerte de una joven y la investigación para saber si se trató de un homicidio o de un suicidio.

El autor es un prestigioso abogado que incursionó en la política; fue diputado local y senador de Veracruz por el PRD, que hasta hace poco más una década era la única opción de izquierda en México; es escritor y humorista xalapeño; es un personaje respetado y apreciado en el ambiente de la cultura veracruzana.

Es, además, uno de los escritores más prolíficos del Veracruz contemporáneo; ha publicado con el sello editorial del Ayuntamiento de Xalapa, de la Editorial Punto y Aparte, de la Universidad Veracruzana y de la Universidad Nacional Autónoma de México; ha escrito poemas, cuentos, novelas, como Morir no es un crimen, y hasta circulares administrativas. En tiempos del confinamiento por la temible pandemia, el trabajo es muy recomendable.

@luisromero85