¿Bueno, y aquí en la aldea ya admitieron que no ganó Don Porfis o van a jugarle otra vez a la división?
Chopenjawer
Cuentan que se enamoró de una jovencita, muy chula, de veintitantos años, estudiante del Tecnológico. La enamoró y sorprendió a todos porque tenía fama de tener muchos “sobrinos».
Pero como dicen en la cuenca: «tuvo su luna de hombre», y de ese romance tan intenso, se fecundó una nueva vida.
El político tuxtleco se desesperó y perdió la cabeza, pese a los años de experiencia y a ser un personaje que mueve hilos en la región y hasta en el estado.
Al saber del embarazo, la llevó con un médico de la región para que le practicara un legrado. El problema fue que la muchacha se puso muy grave y la tuvieron que internar.
El político cometió un error: en lugar de responder como machito, machita o machete (ya sabe, el lenguaje inclusivo) dejó que las cosas siguieran creciendo y sencillamente comenzó a ignorar el tema, como si se fuese a resolverse solo. El problema lo quería dejar botado.
Pero había una familia ofendida: no sólo engañó la pequeña de la familia, sino que también puso en riesgo su vida. Y eso no se iba a olvidar tan fácilmente.
Esa familia acudió a un cacique de la región, con harto peso. Dicen que es como de esos jefes de la vieja guardia. La escena es parecida a la de Bonasera cuando va a pedirle justicia a Don Corleone para haga justicia en el caso de su hija violada y golpeada por unos barbajanes.
El cacique no lo pensó mucho: mandó a traer al político.
Y por «traer», significa que no era por voluntad o si el político así lo quería: eran órdenes que se tenían que cumplir.
Por eso se dio su desaparición por unos días. Dicen que el encuentro no fue nada amable, pues hasta le tuvieron que apuntar con una pistola para hacerle entender que había ofendido a una familia y que tenía que responder por el daño.
Fue entonces que soltó una fuerte cantidad de dinero. No propiamente como un «rescate» como se quiso manejar, sino como pago a la deshonra, las ofensas y los daños.
Dicen que tuvo que intervenir por él otro político muy pesado de la región, de esos de la vieja guardia priista, por aquello de que no le fueran a hacer algo más grave. Chiquito, pero cabrón.
Pero el drama no terminó ahí.
La familia del político se enteró del asunto y quiso evitar el escándalo. El problema es que ya había trascendido la desaparición momentánea que la prensa llevó al extremo de calificarla como «secuestro». El mismo político intentó victimizarse diciendo a los periodistas que, efectivamente, lo habían secuestrado y que se le hacían raras las declaraciones del gobernador en el sentido de que nunca hubo tal secuestro.
Finalmente, el político tuvo que pagar por lo que había hecho.
Pero también la aplicaron la de Cascarita: «te quitamos todos los bienes para asegurar el patrimonio y futuro de los nuestros. Nos tienes que heredar en vida”.
Y ni modo, tuvo que hacerlo. Para el tuxtleco ese era el castigo de su propia familia.
Dicen que solamente se quedó con un departamento en la CDMX. Tuvo que entregar acciones de la fábrica de puros, de la línea de transporte, un par de abarroteras y hasta parte de la estación de radio, en la que era socio.
El castigo por andar de calenturiento; por no responder como debía; por no resolver como hombre, aunque sea por un rato.
NOTA PARA PEGAR EN EL REFRI: Que Carlos Valenzuela y Rogelio Franco son los que están armando una estructura alterna en el PRD, que en una de esas salta para Movimiento Ciudadano. No les queda de otro al grupo de los neo-yunistas: este sábado literalmente fueron sacados del Comité Estatal; se quedaron sin cartera. En el caso del PRD-MC, es porque están analizando la posibilidad de un plan B donde nuevamente salgan los Yunes a buscar el poder, pero ahora cobijados por el Sol Azteca (penita ajena, en verdad) y el partido del Tío Dante (más penita ajena). Suerte, no éxito.
OTRA NOTA: ¿Cómo está eso de que los diputados locales cercanos al exgobernador Yunes Linares son los que reciben la lana destinada a asesores y no se la dan a la bancada de los panistas tradicionales? ¿A poco ya traen acuerdos con ellos? En una de esas, hasta el Checo Pedorro se hace moreno y va por la alcaldía de Xalapa para sustituir al Hipólito… ¡Chiiaaaaaaaleee!… Con razón ni repelaron las huestes de «Cascarita» cuando llegaron los nuevos magistrados al Poder Judicial.
LA ÚLTIMA PORQUE HAPPY BIRTHDAY, DARLING: Que la secta-culto-uloquesea de los Tostados-Maistros de Legisver son los que andan «operando» para quedarse con todo en el Poder Judicial. Hablan por teléfono para amenazar y le hacen al abogangster pedorro tipo Tom Hagen, región 4. Ya sabe, hay grupos que en los nuevos tiempos se crecieron… y se la creen. Algo así como una prelatura de la 4T, heredada de lo más rancio del priismo.