Durante la sesión de hoy en la Cámara de Diputados, Morena intentará cumplir la voluntad el Presidente López Obrador para desaparecer un total de 109 Fideicomisos que reúnen más de 68.4 mil millones de pesos. De alcanzar los votos necesarios, dirán adiós todos los fondos destinados a la ciencia, el deporte, el cine, el campo y hasta la atención de desastres naturales, entre muchos otros. El gobierno intenta echar mano de su último “guardadito”.

La tarde de este martes, la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública alistó el dictamen que será presentado esta mañana con un pronóstico reservado: la negativa pública del PAN, PRI y el PRD y la incógnita del resto de los partidos. Incluso estos mismos estarían a favor de la desaparición de algunos pero no de todos. Sin embargo, la orden presidencial es precisa: desaparecerlos todos.

El dictamen refiere que los recursos que resulten de la extinción de los fideicomisos serán utilizados para la atención de los efectos económicos y de salud de la pandemia así como asegurar los programas sociales.

De ahí, se reconocen al menos tres problemas graves: nunca hubo los 400 mil millones de pesos para enfrentar el Covid19 como dijo en el Presidente, el gobierno se ha quedado sin dinero para sostener sus programas sociales –por lo que su condición constitucional en realidad está sujeta a la disponibilidad presupuestal-, y lo peor: López Obrador ha decidido sacrificar actividades sustantivas antes que echar mano de los recursos destinados a sus proyectos de infraestructura.

¿Tiene sentido sacrificar la ciencia y la investigación antes que Dos Bocas, Santa Lucía y el Tren Maya? El dictamen que se discutirá esta mañana prevé la desaparición de todos los fondos y apoyos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), entre ellos, los destinados a las entidades federativas, así como con las instituciones del ámbito académico y científico, las organizaciones de la sociedad civil y las empresas privadas que integran el sistema científico-tecnológico de México.

También se suprimirán los fondos de 26 centros públicos de investigación, entre ellos por ejemplo, el CIDE, Instituto Mora, el Cinvestav y hasta el Inecol aquí en Xalapa. Con la desaparición de estos fideicomisos y fondos destinados a ciencia y tecnología, los principales afectados serán academias, científicos y estudiantes de centros de investigación.

La guillotina no respetará ni siquiera los compromisos internacionales adquiridos por México en materia de medio ambiente y la agenda 20/30. Desaparecerán los apenas 108 millones de pesos del fondo de cambio climático y los 574 del fondo de ayuda, asistencia y reparación integral; también se echará mano del Fondo Metropolitano –lo que había permitido la inversión para el desarrollo de las ciudades-, y el fondo de regiones de producción minera y la cooperación energética de Centroamérica.

Tal vez una de las paradojas más absurdas de la propuesta morenista es la eliminación del Fondo de Apoyo para las MiPymes y emprendedores por casi 2 mil millones de pesos. Si el argumento es un presupuesto que rescate la economía, se está dando un tiro al corazón de la economía, sacrificando a las empresas que generan más de 90 por ciento de los empleos en México.

Desaparecen también los 224 millones de pesos del Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine) es un fideicomiso federal para la producción, postproducción, distribución y exhibición de largometrajes mediante la inversión de capital de riesgo y/o la prestación de créditos. El Fidecine busca brindar un sistema de apoyos financieros y de inversión para los productores, los distribuidores, los comercializadores y los exhibidores de películas mexicanas.

Se van también los 213 millones del Fondo de Apoyo a los deportistas de Alto Rendimiento –sólo un milagro nos permitirá volver a ver una medalla olímpica en los próximos años- y el Fondo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas que nació como parte de la Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.

La cereza en el pastel son dos fideicomisos estratégicos: el Fondo de Desastres Naturales (6 mil 861 millones de pesos) operado a través del Sistema Nacional de Protección Civil para apoyar a las entidades federativas para la atención y recuperación de los efectos que produzca un fenómeno natural, responsabilidad que ahora cubrirá la SEGOB con su presupuesto sin ningún mecanismo.

 Y por último, el Fondo de la Financiera Rural, un golpe a productores por más de 12 mil millones de pesos, lo que pone en jaque la reactivación del campo. En efecto, los grandes industriales no tendrán problemas para subsistir, el problema es para los pequeños productores.

En realidad, el Presidente obtendrá pocos dividendos. López Obrador decidió sacrificar su popularidad para salvar su supervivencia.

 Las del estribo…

  1. Hasta ahora, sólo Jesús Vázquez González, Presidente de “Todos por Veracruz” se ha pronunciado en contra de la reforma electoral que el morenismo pretende aprobar este jueves. En la sesión del OPLE dijo que el gobierno busca debilitar al OPLE y al TEV en beneficio de sus candidatos. Para cuando el resto de los partidos políticos reaccionen será demasiado tarde. Para sobrevivir, los partidos han aceptado desaparecer ¡qué paradoja!
  2. La resolución del IVAI de oponerse a que el Congreso transparente comprobantes de estudios de un diputado es una vergüenza que sólo confirma a qué los enviaron: a cobrar y a rascar el arenero. La información no pone en riesgo a nadie, acaso evidencia la ignorancia del legislador y quienes oficiosamente lo protegen.