En el primer semestre del año, en Veracruz 3,961 jóvenes entre 15 y 19 años han sido madres, de las cuales 168 son menores de 10 a 14 años, de acuerdo a los datos de abiertos de la Secretaría de Salud.
Si bien las cifras de embarazo juvenil van en disminución en los últimos años. Del 2018 al julio de este año, van 47,461 jóvenes que han sido madres, de ellas más de 2 mil son niñas entre 10 y 14 años.
Los datos revelan que Veracruz ocupa los primeros lugares de embarazo a edad temprana del país.
David Meléndez Secretario Técnico del Comité Promotor por una Maternidad Segura en México, considera que más allá de las campañas de información es necesario proveer métodos anticonceptivos para las jóvenes en edad reproductiva y darles acceso a ellos.
La Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA), tiene como objetivo reducir al 50% la tasa de fecundidad de las adolescentes entre 15 a 19 años, para el año 2030
“ Es un tema preocupante porque no es un asunto de campañas mediáticas sin proveer metidos anticonceptivos y la pandemia representa un reto, porque durante la pandemia los servicios de salud sexuales y reproductivos se han reducido”, señala.
Advierte que el embarazo temprano tiene implicaciones directas con el proyecto de vida de las niñas y mujeres y repercute en la economía del país.
La organización internacional IPAS, señala en su investigación: violencia sexual y embarazo infantil en México que el riesgo de morbilidad asociada a las complicaciones relacionadas con el embarazo, el parto o el puerperio es dos veces mayor entre mujeres de 15 y 19, años que entre aquellas que se embarazan después de los 20 años.
Meléndez agrega que el embarazo temprano tiene implicaciones directas en el PIB, “ además de que las mujeres no concretan su proyecto de vidas, en términos económicos, el país pierde porque esa persona será alguien que no dará ingresos fiscales ni será económicamente productiva”, dijo.
El estudio de IPAS, señala que también hay complicaciones de orden psicosocial como: rezago educativo, desigual acceso a oportunidades de desarrollo, barreras para obtener un empleo que implique
mayor formación académica y experiencia, así como necesidad de apoyos gubernamentales, muerte prematura, entre los principales.
Entre las razones más frecuentes por las que las mujeres abandonan la escuela se encuentran: en tercer lugar, haberse unido; y, en cuarto lugar, haber tenido un(a) hijo(a). Se sabe también que son ellas quienes tienen un riesgo mayor de enfrentar depresión posparto
en comparación con las adultas y se ha descrito una asociación entre mayor inmadurez psicosocial y menores herramientas de crianza, así como expectativas menos realistas sobre la conducta infantil .
David Meléndez alertó que estos los casos de jóvenes de 15 años a 19 años embarazadas representan un problema grave, pero los embarazos registrados de niñas de 9 a 14 años son una vergüenza para el sistema salud del país.
Advierte que la estadística oficial de la Secretaría de Salud revela que el 50% de los embarazos en menores de 14 años llegan en el primer trimestre a clínicas y hospitales en su primera cita de control natal.
“En lugar de que el sistema de salud alerte sobre la posibilidad de un delito de violencia sexual y ofrecer la Interrupción Legal del Embarazo, está obligándolas a ser madres y les da control de natalidad, es de horror”, dice el activista.
Asegura que el actual código penal de V permite la ILE en los casos de riesgo de salud de la madre, o violencia sexual, pero el sistema de salud niega esta posibilidad a las niñas y jóvenes.
AVC/Flavia Morales
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