“Es un Día de luto nacional, más

de 76 mil muertos”

Gatell

Ahora que la Unidad de Inteligencia Financiera congeló las cuentas bancarias del ex gobernador priista José Reyes Baeza, los nombres de los xalapeños Elizabeth Morales García, ex alcaldesa de Xalapa, ex presidenta del CDE del PRI y ex delegada del ISSSTE, así como el de Renato Alarcón Guevara, también ex presidente del CDE del PRI, ex delegado del ISSSTE y hoy presidente de la “Fundación Colosio”, se filtran de inmediato toda vez que su relación con Reyez Baeza es por todos conocida. Y se les relaciona de inmediato porque para participar en una operación de fraude financiero como de la que es supuesto responsable el político Chihuahuense, se necesita de colaboradores muy cercanos y de confianza, como son los paisanos antes mencionados.

Ayer el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, dijo en Twitter que el caso del congelamiento de cuentas de Reyes Baeza “versa sobre el presunto desvío de 129 mdp del ISSSTE en el marco de la denominada estafa maestra, entre otras irregularidades financieras”.

Por ello, adelantó que se presentará la denuncia correspondiente ante la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción. Reyes Baeza fue gobernador de Chihuahua de 2004 a 2010 y de diciembre de 2015 hasta el 2018 se desempeñó como director general del ISSSTE.

En los últimos días se le ha ligado con las protestas por el agua en Chihuahua.

Es muy penoso pero en cada asunto de este tipo no falta un veracruzano involucrado. Ni a Elizabeth ni a Renato los han mencionado aún pero la estafa maestra se va a llevar a muchos políticos priistas.

¡Que los quemen con leña verde!

¿Habrá en este país un mexicano, que no sea pariente de los ex presidentes Salinas, Zedillo, Fox, Calderón o Peña, que se oponga a que sean sometidos a la acción de la justicia por los abusos y delitos que cometieron durante su mandato?… Claro que no, el país se ha sumido en la violencia y el hambre desde que estos “políticos” asumieron el cargo de dirigencia más importante de México.

El descontento por sus tropelías y corruptelas se generalizó tanto que hasta se convirtió en movimiento social pacifico. Fue el político tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, quien capitalizó este malestar y encabezó los esfuerzos de los mexicanos para llevar a las urnas la inconformidad, depositando toda su confianza en el hoy presidente porque, según sus promesas, acabaría con los corruptos, les quitaría lo que habían robado y los negocios que hicieron al amparo del poder, para regresar a las arcas públicas esos fondos que serían utilizados a favor de los mexicanos, en la reconstrucción del país.

Según nos dijo AMLO, la violencia se terminaría porque lo primero que haría era regresar a los cuarteles a los militares que, en mala hora, Felipe Calderón los sacó a las calles para darles responsabilidades de policías y los puso a combatir la delincuencia cuando su misión es otra que tiene que ver con cuidar que nadie atente contra la soberanía nacional, y participar en tareas de auxilio, cuando algún desastre se presente, como lo venían haciendo hasta antes de volverse perseguidores de narcotraficantes o de miembros de la delincuencia organizada, delincuencia con la que hoy conviven.

Pero ¿porqué el presidente López Obrador no ha cumplido con su obligación de instaurar un estado de derecho, es decir castigar a los que desde el poder hundieron al país y lo dejaron en manos de la delincuencia; porqué tener que montar un teatro a lo largo y ancho del país para consultar al pueblo si quiere o no, que se enjuicie a los ex presidentes?. Y lo más sospechoso ¿porqué tratar de llevar este asunto hasta el día de las elecciones?.

Lo que creemos que pasa es que López Obrador se ha obsesionado tanto con el poder, que sigue metido en la mecánica de manipular la conciencia de los mexicanos en contra de la clase política que detentó el poder en los últimos cinco sexenios, y  ahora, ante la ausencia de una agenda de trabajo importante, se distrae viendo como hacer para que los mexicanos sigan entusiasmados con la venganza, con odiar y odiar más a los ex presidentes, como si no fuera suficiente con lo que los detestamos.

Ya vio que no fue tan atractivo su ensayo de consulta, que le faltaron la mitad, el cincuenta por ciento de las firmas que necesitaba para pedir, a nombre del pueblo, que se enjuicie a los pillos, esa es una pésima señal, tuvo que pedirlo él y a ver si su planteamiento lo autoriza la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Pero además sabemos que robaron, sentimos en carne propia la presencia de la delincuencia organizada solapada por ellos, o en complicidad con ellos, pero a decir verdad no sabemos hasta dónde la autoridad pueda llegar en eso de someterlos a la acción de la justicia por supuestos delitos cometidos, porque se requieren pruebas. Muchos de los delitos que cometieron Salinas, Zedillo, Fox y Calderón ya han prescrito y para otros difícilmente van a encontrar pruebas que respalden un proceso. Obviamente si el presidente López Obrador tiene suficiente voluntad política para enjuiciarlos, con eso es suficiente, van pa dentro sin necesidad de montajes de consultas ni nada, por eso es el presidente.

Se vive con más miedo en Veracruz

Veracruz es uno de los estados donde se percibe más temor por la delincuencia, un estado en donde nueve de cada diez habitantes se sienten inseguros, viven con miedo, y esto va en aumento. Lo anterior de acuerdo con los resultados del vigésimo séptimo levantamiento de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), que en este año incrementó el miedo de la población por las nulas acciones de sus autoridades para brindarles seguridad.

Según la ENSU realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) hasta el primer trimestre del 2020, 73.4 por ciento de los habitantes en México consideraban un riesgo vivir en su ciudad, además, el 66.5 por ciento prevé una desmejora en las condiciones de seguridad dentro de los próximos 12 meses. Dicha encuesta da a conocer que en los estados donde los ciudadanos sienten mayor inseguridad en su ciudad son: Veracruz, Estado de México, Michoacán, Zacatecas, Guerrero, Ciudad de México y Tabasco. Los índices precisan que en el estado de Veracruz 9 de cada 10 habitantes se sienten muy inseguros.

En la ENSU, el INEGI reportó que los espacios públicos donde más insegura se siente la gente son los cajeros automáticos (80.8 por ciento), en el transporte público (73.5 por ciento), los bancos (67.4 por ciento), las calles que habita (64.7 por ciento) y los mercados (57.5 por ciento). Cabe señalar que la percepción de inseguridad en Veracruz siguió siendo mayor en el caso de las mujeres con 78 por ciento, mientras que en hombres fue de un 67.2 por ciento.

REGRESAMOS EL LUNES

Por razones de salud APUNTES regresa, si así nos lo permiten, a partir del lunes 21 del presente, pasen bien estos festejos patrios y cuídense mucho.