Morelos es uno de los estados más violentos del país; tiene en el ex futbolista Cuauhtémoc Blanco al gobernador peor calificado de México –aun así aspira a ser Presidente de la República-, y sin embargo, las encuestas muestran que Morena podría ganar por amplia ventaja las elecciones del próximo año.
No es fácil explicar lo que pasa en el estado de Morelos. Y no es fácil porque se trata de un surrealismo kafkiano -por su carácter absurdo, angustioso e incomprensible- en el que la sociedad parece encontrar satisfacción en su propia tragedia. Morelos se ha convertido en el modelo de la incapacidad, la violencia y corrupción del cuatroteísmo, con la eufórica complacencia de los morelenses.
Hace una semana exactamente, horas después del Segundo Informe de Gobierno en el que el Presidente López Obrador escupía en la cara de las víctimas que en México ya no hay desapariciones ni masacres, ocho personas perdieron la vida y 14 resultaron lesionadas, luego de que un comando atacara un velorio, en una colonia popular de Cuernavaca.
La incidencia de secuestros y feminicidios marcan una tendencia creciente de varios años atrás. Los asesinatos se cometen a cualquier hora, en cualquier lugar, incluso frente al palacio de gobierno. En mayo de 2019, a las puertas de la sede del gobierno y frente a funcionarios de la administración estatal, un asesino solitario victimó a quemarropa a dos personas e hirió a dos más, en un episodio de la violencia urbana que se vive en la capital morelense.
Actualmente, Morelos es azotado por una lucha entre grupos criminales locales que se han aliado con grandes cárteles para controlar la venta de droga, la extorsión y el secuestro, según reportes de inteligencia. Se trata del grupo de «Los Maya», que en alianza con La Familia Michoacana mantiene una pugna contra el grupo en ascenso de «Los Colombianos», que han llegado a un pacto con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
En los primeros cuatro meses del año se registraron 282 homicidios en esa entidad, cada mes con más casos que el anterior. Tan sólo en los meses de abril y mayo, se sucedieron al menos en 23 hechos violentos como narcomantas, cabezas humanas dejadas en lugares públicos o ataques contra policías municipales, dejando 31 víctimas mortales.
Según las autoridades, este incremento de la violencia en Morelos es consecuencia de las alianzas entre grupos criminales pactadas hace un mes aproximadamente, en medio de la contingencia por Covid19.
Pero a diferencia de lo que excusa el Presidente López Obrador y otros mandatarios como el de Veracruz, no se trata de una herencia maldita del priismo. En Morelos el PRI no gobierna desde hace dos décadas; y luego de dos administraciones continuas de origen panista, la izquierda perredista llegó a gobernar en 2012 de la mano de uno de sus notables: Graco Ramírez.
Cuauhtémoc Blanco, quien siendo presidente municipal de Cuernavaca (2016-2018) mantuvo una agria disputa con el Gobernador Graco Ramírez, llegó al gobierno con las siglas del PES pero cobijado por López Obrador y Morena. El ex futbolista no hizo mucho para ganar, sólo capitalizar el enojo y hartazgo de los morelenses para alzarse con una victoria por más de 38 puntos de ventaja. Ni el Presidente ganó con esa holgura.
Pero hoy la realidad es absolutamente diferente. De acuerdo con el Ranking de Gobernadores de México elaborado por Consulta Mitofsky (julio de 2020), se confirmó que Blanco es el gobernador peor evaluado. El mandatario estatal de Encuentro Social en alianza con Morena, obtuvo la calificación más baja al alcanzar sólo el 15.3 de aceptación a su gobierno.
En la encuesta se mencionó que el 83.8 por ciento de las personas está en desacuerdo con su gestión durante este periodo; el resto prefirió no opinar.
Cuauhtémoc Blanco ha ocupado el último lugar en esta encuesta desde febrero de este año.
No obstante la desastrosa administración estatal y la violencia que se vive en la capital del estado, a nueve meses de la elección, la última encuesta de TResearch otorga a Morena una preferencia electoral de 28 puntos para la elección de presidente municipal de Cuernavaca del próximo año, frente a los 16.9 puntos que tiene el PAN y un lejano tercer lugar del PRI. Incluso, el 16.1 por ciento de los morelenses optaría por un candidato independiente.
Sobra decir que a falta de candidatos, la única explicación posible es la aceptación que aun mantiene el Presidente de la República. De mantenerse estas tendencias, el próximo año el resto del país podría repetir lo que hoy pasa en Morelos: la deificación del verdugo, en medio del luto y la tragedia.
Las del estribo…
- El Congreso del Estado valora proceder legalmente contra jueces federales de Veracruz por no respetar jurisprudencias que avalan el retiro forzoso de Magistrados que superan los 70 años. Más allá de las consecuencias que podría tener el desacato, será muy interesante conocer la deliberación de la Corte en este asunto.
- Este martes vence el plazo para el registro de candidatos a la Presidencia nacional de Morena. Hasta ahora hay ¡15 aspirantes a la Presidencia del partido y 18 para la Secretaría General! Ayer el INE insaculó a las tres casas encuestadoras que consultarán a la militancia y en los próximos se decidirá si otras cinco encuestadoras podrían participar para una tercera encuesta. Todo está listo para que los liberales se vuelvan a hacer pedazos.