Son tres y lo ven en distintos momentos de la semana, a veces se juntan para platicar de lo que ocurre en el mundo y en sus respectivos países. Dos de ellos son “de casa”, es decir, de España, y el otro, de Sudamérica, particularmente de Argentina. “Enrique ya no está tan confiando del pacto con AMLO”, me dicen.

Son amigos de Peña en terreno ibérico, y me cuentan que de “cuatro o cinco días para acá”, el exPresidente ha dejado de confiar tan ciegamente en la palabra de López Obrador, en aquel acuerdo de caballeros cerrado el pasado 3 de julio de 2018 en Palacio Nacional.

De acuerdo a lo que me detallan, el mexiquense nunca había dudado del pacto con AMLO hasta que leyó la denuncia de hechos de Lozoya, esa misma que se filtró a la opinión pública la semana pasada. “Las constantes menciones de su nombre y de Luis Videgaray no le han dado buena espina a Enrique”.

Me confían que los hechos de los últimos días cambiaron el semblante de Peña Nieto. Si bien es cierto hasta principios de la semana pasada se sentía confiado, (derivado de que AMLO le agradeció no evitar su victoria en las urnas), posterior a los dichos de Lozoya y el video de Pío López Obrador, el panorama le genera cierta inquietud.

Son los amigos del exPresidente quienes me afirman que su actitud ha cambiado. “Enrique dice que Lozoya está mintiendo mucho, y que prácticamente todo lo que colocó en su denuncia son inventos para salvarse de la cárcel, pero que en buena medida, Emilio actuó solo, defraudando la confianza de casi todos sus compañeros”.

Todavía como candidato ganador, AMLO le afirmó a EPN que “si las cosas se ponían muy rudas en algún momento durante el sexenio, iría por cualquiera de su equipo, menos por él”, sin embargo, la forma en que el Presidente abordó el tema en sus últimas conferencias “mañaneras”, lo han inquietado un poco, de ahí que continúe valorando expresarse o no a través de sus redes sociales.

No obstante, Peña dice, (según sus amigos), que el peor escenario consistiría en enviar su declaración por escrito a la Fiscalía, hasta ahí, no más. “Y si en algún momento quisieran ir por él con otras intenciones, se vería obligado a decir, (y probar), algunas cosas que no convendrían a quienes despachan en Palacio Nacional”. ¿De qué se tratará? Ya veremos.

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