Ayer nos amanecimos con la noticia de que la economía del país retrocedió -18.9% en el segundo trimestre del año –tan sólo el derrumbe del sector industrial fue del 26%-, la peor caída en la historia; por la noche, supimos que con 46 mil muertos “oficiales”, México pasó a ocupar el tercer lugar mundial en el número de decesos a causa del Covid19, sólo detrás de Estados Unidos y Brasil.
Mientras, un gobierno sin rumbo y obnubilado está ocupado en convertir a un delincuente en víctima –buscando que la población dirija su frustración al pasado y no al presente- y en preparar una ceremonia del Grito de la Independencia como un culto a la personalidad en medio de la tragedia. La noche del 15 de septiembre bien podría celebrarse un memorial para tantas víctimas de la enfermedad y la violencia.
Fue un jueves negro. México enfrenta la peor crisis sanitaria y económica de su historia. El gobierno no tiene respuesta para ninguna de las dos. En el primer caso, los hospitales están rebasados, el personal médico abandonado y la pandemia en franca expansión; mientras, en lo segundo, con las deudas acumuladas de Pemex y CFE, el gobierno se ha quedado sin dinero. El discurso de que no se rescatarán a las empresas y millonarios del pasado sólo es excusa para disimular lo evidente: la quiebra financiera del gobierno.
La novela de Emilio Lozoya tiene un trasfondo que conoceremos muy pronto. El gobierno no pretende actuar con justicia –en tal sentido le hubiera dado el mismo trato que a Rosario Robles a quien se encarceló por una supuesta licencia de manejo falsa-, sino preparar el terreno para justificar el colapso inevitable de Pemex.
Esta semana, Petróleos Mexicanos informó que en el primer semestre de este 2020 ha tenido pérdidas netas de 606 mil millones de pesos. En su reporte oficial, Pemex señala que durante los primeros seis meses del año se perdieron 562 mil millones de pesos y en el segundo semestre “sólo” se perdieron 44 mil millones. Esta cantidad alcanzaría para pagar al menos un centenar de veces el costo del “insultante y opulento” avión presidencial.
Así, aunque Lozoya confiese que en realidad se robaron la morralla –lo que en efecto, equivale a miles de millones de pesos-, López Obrador tendrá la justificación perfecta para explicar la peor administración de Pemex de todos los tiempos. Seguramente más honrado que Lozoya, el actual director Octavio Romero Oropeza ha hecho más daño a la empresa que cualquiera de sus directores anteriores.
La noticia de la caída más pronunciada de la economía nacional en su historia, no tomó por sorpresa a nadie, ni siquiera al Presidente, luego de tres meses de una parálisis creciente de la actividad productiva. Y aunque López Obrador dice que ya hemos pasado lo peor –en cuanto a la pandemia y la economía-, lo cierto es que la situación es cada vez más difícil.
Imposible sustraernos del catastrofismo. México no había tenido una caída económica similar del PIB en más de un siglo; es al menos dos veces más profunda que la de Estados Unidos y podría generar la peor recesión de su historia.
Y aunque el gobierno se refugia en la percepción de que todo es culpa de la pandemia, los cierto es que mientras las medidas de sana distancia empezaron apenas hace cuatro meses, justo cuando la economía ya había acumulado once meses consecutivos a la baja. Es decir, el Covid 19 puso en terapia intensiva a una economía con enfermedad crónica.
Todavía no nos recuperábamos del golpe brutal de las noticias económicas, cuando por la noche el Subsecretario López-Gatell confirmó que el país alcanzó los 46 mil muertos, convirtiéndose en el tercero mundial con el mayor número de decesos, desplazando al Reino Unido. Sin embargo, las cifras reales estarían, como lo dijo el propio funcionario, por encima de las 100 mil muertes cuando más de la mitad del país sigue en alerta máxima.
Al Presidente suelen incomodar las comparaciones odiosas en el tema del Covid19, pero resulta que entre los 14 países más poblados, México es el tercer lugar en muertes por la pandemia; en esta lista por supuesto no figuran países como Francia, España o Italia. Además, con el nuevo número de decesos, en cuatro meses hay más decesos por Covid19 que todas las muertes violentas registradas durante 2019.
Optimistas incorregibles, los mexicanos nos regocijamos con la noticia de que México se sumará al protocolo de desarrollo de una vacuna contra el Covid-19 de la farmacéutica Sanofi-Pasteur en su tercera fase. Es decir, nos convertiremos en conejillos de indias, ante la necesidad de llevar manos en caso de que la vacuna resulte exitosa.
Por ello resulta asombroso que en medio de la tragedia, el Presidente insista en hablar sólo de la rifa del avión, de la forma en que celebrará la independencia y de las confesiones de Emilio Lozoya.
Las del estribo…
1. La 4T ha llenado de trabajo a la SCJN y los tribunales federales. Desde ampliaciones de mandato como en BC, amparos por percepciones salariales, hasta la desaparición de guarderías, los tribunales se han tenido que multiplicar para enderezar jorobados. Ahora toca el turno al Congreso del Estado de Veracruz que decidió desafiar a la justicia federal, desatendiendo los amparos concedidos a dos magistrados que buscan permanecer en el cargo. Es la victoria del PRI populista sobre el PRI tecnócrata.
2. Joaquín “El Chapo” Guzmán parece no aceptar que sigue corriendo sobre un campo minado. Los diputados de la corriente yunista aprobaron ayer la ilegal elección de los 6 nuevos magistrados, poniendo en evidencia la debilidad de la dirigencia estatal. Mientras Morena hace todo lo posible para hundir a Morena, los partidos de oposición siguen aferrados en su rescate.