A finales de mayo, cuando se informó de la llegada de médicos cubanos al país –y una parte de ellos al estado de Veracruz-, los médicos locales acusaron que la contratación de sus homólogos isleños no era más que un acto de discriminación y menosprecio a las capacidades de la medicina en México, y en particular en Veracruz. Otra de las razones del enfado lo fue el abismal trato diferenciado que recibían unos y otros en la batalla contra el Covid19.
Entonces publiqué: “mientras que los cubanos son transportados en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana, reciben una paga muy por encima del personal médico local, gozan de servicios de seguridad, hospedaje y alimentación de primer nivel, los veracruzanos se las tienen que arreglar para que les paguen –muchos de ellos han sido contratados como eventuales-, conseguir su propio alojamiento ante la imposibilidad de regresar a sus casas, e incluso comprar su propio equipo de protección como se ha documentado durante meses.”
Asociaciones de médicos en México criticaron la contratación de personal sanitario cubano al acusar que no tienen competencias requeridas, no tienen funciones debidamente especificadas y su intervención “no ha representado un beneficio para el país”.
En efecto, el gobierno de México mostró un malinchismo insultante contra nuestros médicos mexicanos, fortaleciendo el mito de que los doctores cubanos son mejores que los de otros países, una propaganda reiterada en países de todo el mundo que han formalizado acuerdos de ayuda médica con La Habana.
En el caso de nuestro país, los médicos cubanos estuvieron por un espacio de dos meses. A cambio de eso, el cuestionado Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) ha pagado un total de 6 millones 255 mil 792 dólares para la contratación de 585 médicos y enfermeros cubanos que atendieron a pacientes de Covid en la Ciudad de México y otras entidades de la república, así como para capacitación y otras actividades.
En números redondos, la “ayuda humanitaria” del gobierno cubano costó al país aproximadamente $140 millones de pesos, a razón de 234 mil pesos por médico, equivalente a un ingreso mensual de 115 mil pesos. Algo absolutamente imaginable para cualquier especialista mexicano. En el caso de Veracruz, tampoco se hizo público cuando pagó el gobierno estatal al Insabi por estos servicios.
Por supuesto que esto no es culpa de los médicos cubanos -la mayoría de ellos ni siquiera saben a qué país serán enviados como parte de los acuerdos de su gobierno-. Tampoco se trata de un privilegio pues la mayor parte de su sueldo va a parar a las arcas de su país, quien ha visto en la diplomacia médica un salvavidas a su economía.
Para los médicos mexicanos resultará una nueva afrenta que intelectuales mexicanos –siguiendo la ola que se ha generado en todo el mundo- hayan enviado una carta para proponer a los galenos cubanos como candidatos al máximo galardón que otorga la academia sueca y el más prestigioso a nivel mundial. La propuesta la firman 55 figuras de la política y la intelectualidad de México, entre ellos John Ackerman, Paco Ignacio Taibo II, Lorenzo Meyer, Elena Poniatowska, Bertha Luján, Asa Cristina Laurel, Héctor Díaz Polanco y Pedro Salmerón.
Pero ni siquiera fue una idea original. Más de un centenar de organizaciones de 20 países acompañan el lanzamiento de una plataforma digital en Francia para pedir la entrega del premio Nobel de la Paz a las brigadas médicas cubanas que enfrentan la Covid-19 por el mundo. Personalidades como Noam Chomsky, Alice Walker, Eve Ensler junto con organizaciones del mundo promueven nominar a la Brigada Médica Internacional Cubana Henry Reeve para recibir el Premio Nobel de la Paz 2021.
Esta ayuda ya no puede ser ocultada por los grandes medios de comunicación, porque ‘pese al infame bloqueo impuesto por Estados Unidos, que dura más de 50 años, Cuba solidaria envía su ejército de batas blancas por todo el planeta para enfrentar la pandemia’, señala la plataforma en su convocatoria. Sin embargo, la opinión de los médicos dista mucho de la iniciativa lanzada por los gobiernos e intelectuales que buscan la reivindicación del régimen cubano.
La experiencia de la presencia de médicos cubanos en Veracruz no fue la mejor. Según testimonios, no se trataba de especialistas sino de médicos que están en proceso de formación o que sólo venían a hacer recomendaciones en materia de política pública –como informó la SRE-, pero que nunca estuvieron en la primera línea de atención de pacientes con Covid.
En México han fallecido más de 300 médicos atendiendo a pacientes de Covid19; muchos lo hicieron en medio del abandono oficial, sin medidas de protección adecuadas y con la esperanza de lograr su basificación con un sueldo digno. Mientras, los médicos cubanos se preparan a recibir el Premio Nobel por su sacrificio.
Un premio que al menos a México le habrá costado 6 millones de dólares.
Las del estribo…
- Tiene razón el gobernador cuando asegura que los juzgados se han convertido en puertas giratorias para los criminales. Pero no sólo se trata de jueces proclives a la corrupción, sino también de policías que violan el debido proceso durante la detención y fiscales que integran la investigación de manera deficiente. El sistema de justicia ha colapsado por todos sus operadores.
- Increíble. Elementos de la Fuerza Civil se metieron a robar una papelería en Sayula de Alemán. Lo hicieron en grupo, en horario de servicio, con uniformes, armamento y patrullas. No lo hacen por necesidad, lo hacen porque se saben impunes. ¿No merecía acaso un mensaje del Secretario de Seguridad Pública en lugar de un boletín que nada informa?