José Manuel Posada de la Concha, profesor de la Facultad de Física de la Universidad Veracruzana (UV), en colaboración con profesionales en comunicación de la ciencia realizaron un estudio para saber cómo se informa la gente y bajo qué criterios toman decisiones con respecto a la pandemia por el Covid-19.
El equipo de trabajo está conformado por José Manuel Posada, de la UV; Daniela Tarhuni Navarro, de la Universidad Nacional Autónoma de México-Yucatán; José Luis Hernández-Stefanoni, del Centro de Investigación Científica de Yucatán, A.C.; Ana Claudia Nepote González, de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Unidad Morelia, y Milagros Várguez Ramírez, directora del Planetario de Cancún.
Los especialistas mencionan que esta pandemia será uno de los grandes eventos históricos que definirán el inicio del siglo XXI, cuyas características se asemejan más a la pandemia por influenza de 1918-1920, por sus repercusiones y alcances médico-sanitarios, a la modificación de los estilos de vida de la mayoría de la población del mundo, y al desplome de la economía.
La pandemia no solamente ha expuesto el sistema sanitario de cada país y su economía, sino también a sus dirigentes y políticos, y la idiosincrasia de las poblaciones.
En México no se emprendieron acciones de control y protocolos sanitarios sino hasta tiempo después de la detección de los primeros casos importados, y la población no aprendió de lo que se vivió “en tiempo real” en diferentes regiones del mundo.
“México presenta escenarios completamente diferentes a los otros países –en términos de población, vulnerabilidad en salud y en economía– como para comparar sus escenarios con los nuestros.
”En nuestro país no fue posible mantener a buena parte de la población en cuarentena, y aunque no se había alcanzado ningún pico de contagios, desde el 30 de mayo comenzó el escenario de ‘nueva normalidad’, en ésta dependemos de la educación, compromiso y cultura científica de cada ciudadano para el control de la pandemia. Al día de hoy la situación no es alentadora, esperemos las siguientes semanas para tener datos precisos sobre la evolución de los casos”, indicó José Manuel Posada.
Fue así como a inicios de la cuarentena un grupo de profesionales de la comunicación de la ciencia se reunieron virtualmente, a fin de intercambiar ideas generales sobre lo sucedido en el país, particularmente para conocer cuál sería la percepción de la población sobre la pandemia.
“Específicamente queríamos saber cómo se informaba la gente, bajo qué criterios tomaba decisiones, qué recomendaciones sanitarias acataba, cómo estaba modificando su forma de vivir y de convivir, entre otras cosas, por lo que realizamos un estudio durante la fase 2”, dijo Posada de la Concha.
Posteriormente, se llevó a cabo un segundo estudio al final de la fase 3 para comparar las diferencias de percepción con el primero. A pesar del sesgo que implica realizar estudios estadísticos de manera virtual, donde la población de la muestra pertenece a un grupo con acceso permanente a medios digitales y con cierto nivel escolar, se obtuvieron algunos resultados a destacar en esta etapa de “nueva normalidad” y advertir sobre ciertas situaciones.
Entre los resultados obtenidos de los encuestados detalló que entre principios de abril y finales de mayo aumentó de 34.7 a 85 por ciento el uso de cubrebocas cuando salían a la vía pública.
Sin embargo, disminuyó de 97.1 a 78.8 el porcentaje de lavado frecuente de manos; de manera similar, no saludar a nadie ni tener contacto físico disminuyó de 91.3 a 82.3 por ciento.
“Esto nos sitúa ante un potencial riesgo de contagio si descuidamos estos aspectos, suponemos que este cambio se debe a que las campañas de prevención oficiales y las redes sociales se centraron en la importancia del uso de cubrebocas y en mantener una distancia prudente entre las personas.”
Debe enfatizarse en el lavado de manos con jabón para evitar contagios, o en su defecto el uso del gel antibacterial con 70 por ciento de alcohol o más.
Otro resultado es que se registró un aumento de cinco puntos porcentuales de sensaciones negativas en la percepción de información.
“Mantenerse informado no necesariamente conlleva a un mejor estado de ánimo, porque genera sensaciones negativas en más personas.”
Un tercer resultado es que en ambas encuestas se perciben sentimientos de ansiedad (alrededor del 50 por ciento), frustración y miedo (41 por ciento); mientras que fortaleza y determinación rondan el 20 por ciento.
“Estos resultados reflejan el miedo a una situación desconocida y la incertidumbre que provoca esta pandemia, ya sea por los cambios de rutinas diarias alteradas, las presiones económicas y la etapa de aislamiento social.”
En esta nueva etapa de la pandemia, los mensajes oficiales han puesto en el centro de la atención la responsabilidad individual y el autocuidado para evitar contagios, por lo que estos tres puntos en los que hacemos énfasis buscan brindar elementos que nos ayuden a no bajar la guardia en el tiempo por venir pues conviviremos con un riesgo de contagio latente.
Por último, advirtió que los trastornos de salud mental se agudizarán globalmente, por lo que urge –en muchos sentidos– que existan programas oficiales de atención psicológica.
Ambos estudios pueden ser consultados en la página del proyecto https://percepcioncovid19mexico.wordpress.com/, así como en el perfil de Facebook del investigador José Manuel Posada.
UV/Paola Cortés