Uno de los primeros municipios veracruzanos en instrumentar medidas para prevenir casos de Coronavirus es Tamiahua, ubicado en la zona norte de Veracruz, la Huasteca Baja.
Desde mediados de marzo, la alcaldesa Citlali Medellín (PVEM) anunció una serie de medidas que buscaban evitar los contagios. Entre las acciones destacaba el cierre al acceso de vehículos a este municipio, conocido por su acceso al mar y sobre todo por su extraordinaria gastronomía.
Las medidas implementadas fueron polémicas porque implicaban la decisión de aislarse, a pesar de que una parte de la población del lugar depende de la derrama que dejan los visitantes.
Antes del cierre del acceso a vehículos procedentes de otras entidades, Tamiahua cerró sus playas, canceló las fiestas como el tradicional carnaval; e instaló un retén con personal médico y de seguridad.
El argumento de la alcaldesa tiene que ver con la falta de un hospital para atender a los posibles enfermos. La gente de Tamiahua, ante un problema grave de salud, debe ser trasladada a Tuxpan.
Este fue el primer municipio en tomar medidas que en su momento fueron consideradas extremas. Por supuesto, hubo algunas críticas a las autoridades locales, pero habría que decir que el tiempo les dio la razón: la pandemia se volvió incontrolable no sólo en Veracruz, sino en todo el país. Así lo muestran los más de 356 mil casos y 40 mil muertes en todo el país.
En Veracruz, hasta el corte del pasado martes, había 17 mil 400 contagios 2 mil 300 defunciones.
En cambio, Tamiahua se ha mantenido como uno de los municipios veracruzanos que registran menos enfermos: el municipio tiene 4 casos confirmados y dos defunciones, aunque se trata de personas que realizan sus actividades laborales en Tuxpan.
La tasa de contagios que registra es inferior a uno por cada diez mil habitantes; nada que ver con lugares como Veracruz, Coatzacoalcos, Córdoba, Xalapa, Poza Rica, Minatitlán, Orizaba, Boca del Río y Tuxpan; sin embargo, también habría que decir que el hecho de contar con una sola entrada y poca movilidad terminó por favorecer al municipio gobernado por Citlali Medellín.
La alcaldesa, por cierto, anunció a los medios que en ese municipio se mantiene la ley seca y que el Ayuntamiento iniciará dos acciones para controlar el problema sanitario: las pruebas rápidas para detectar el virus y los rastreos epidemiológicos.
La edil lamentó que el gobierno local no cuente con recursos suficientes para instalar una cabina de desinfección en cada una de las 71 comunidades, pero enfatiza que todo lo que está en sus manos, en cuanto a las medidas preventivas, se ha vuelto obligatorio: el uso de cubrebocas para la población general y las mascarillas para quienes realizan actividades comerciales.
Muy probablemente si otros alcaldes veracruzanos hubieran tomado a tiempo medidas similares, si la población hubiera acatado las indicaciones de los especialistas, la entidad no tendría los más de 17 mil contagios, ni sería una de las que registran el crecimiento más acelerado en el número de casos.
Como sea, el pequeño municipio de Tamiahua, con todo y sus dificultades económicas, terminó por convertirse en un ejemplo a la hora de instrumentar medidas oportunas para frenar los contagios.
@luisromero85