El viernes por la mañana corrió el rumor de que el secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, era una víctima más del coronavirus. Horas después se confirmó la noticia y se dijo que había sido internado en el Centro de Alta Especialidad de Xalapa, para luego ser trasladado al Sanatorio Español de Veracruz.

¿Y por qué no a un hospital del ISSSTE o del Seguro Social? Uta no, fuchi.

El asunto es que para el sábado almas poco escrupulosas dieron a conocer su “fallecimiento” y colegas a los que les ganó la ansiedad publicaron la noticia sin antes verificarla. La fake news llegó a la bajeza de mostrar la foto de un sujeto más o menos del tonelaje de Eric, cubierto con una sábana y además intubado.

Minutos después el propio Eric escribió en sus redes: “Resulté positivo a COVID-19. Permanezco trabajando a distancia, coordinando desde mi aislamiento las labores de mi encargo y siguiendo las indicaciones de las y los extraordinarios médicos veracruzanos”. Y a renglón seguido agregó: “Por estar atentos a mi evolución médica, gracias”.

Lo que nadie pudo parar fue el trascendido de que era el momento que estaba esperando el gobernador Cuitláhuac García para darle las gracias al nefasto funcionario y ordenar su remoción. Y que ya se había reunido con el diputado federal Rafael Hernández Villalpando para ofrecerle esa chamba.

Esta es la segunda vez que alguien cercano a Villalpando (porque no puede ser nadie más) suelta tamaño borrego. La primera fue en julio del 2019.

No se necesita ser ducho en política para saber que es más fácil que López Obrador y Felipe Calderón se hagan compadres, a que Villalpando ocupe el puesto de Eric, porque para empezar no pertenece a Morena, no es amigo del gobernador y no ha hecho nada en el Congreso de la Unión que no sea cobrar puntualmente su quincena.

En el caso de Eric, lo que desilusionó a sus enemigos (que los tiene por racimos), fue la foto que subió a las redes donde se le ve convaleciendo más risueño que un bebé y a la que le agregó este texto: “Muchas gracias por todos sus mensajes: a mi familia, amigas y amigos; colegas del Gabinete, al gobernador Cuitláhuac García Jiménez por sus buenos deseos. Les cuento que los leo todos. Afortunadamente estamos bien”.

Si en efecto lee todos los mensajes sabrá que hay quienes desean que le caiga un cerro encima. Y de los memes sobre esa foto ni hablar.

El rechazo, desprecio y hasta odio que le tienen gran parte de los veracruzanos (que se comprende pero no se justifica), es directamente proporcional a su vulgaridad, altanería y prepotencia como persona y funcionario público.

Soberbio, acomplejado y falto de inteligencia, Eric se ha peleado con medio mundo y si Veracruz está en la lamentable situación que se encuentra, se debe en gran medida a su incapacidad política.

Si cree en los buenos deseos de sus “colegas” del gabinete y del gobernador, qué mal anda el hombre. Nada los haría más felices que verlo regresar por donde vino.

Y su “afortunadamente estamos bien”, es una desafortunada noticia para los 212 alcaldes veracruzanos que han tenido que lidiar con él prácticamente desde que tomó posesión del cargo. Porque Eric no es de los que concilian, es de los que atropellan.

Una buena noticia será que libre la enfermedad cosa que en lo personal deseo. Y una mejor, que agarre sus chivas y se vaya de esta entidad que no merece tener a un pelafustán de a tiro muy pedestre, como responsable del segundo puesto político más importante de Veracruz.

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