EOrizaba, Ver.- «Soy un sobreviviente del coronavirus, estuve muy enfermo, muy grave, a punto de que me intubaran, pero ahora gracias a Dios estoy bien, el padecer coronavirus no es una sentencia de muerte, pero sería bueno que la gente creyera y se cuidara, porque ahora sé que si existe la enfermedad», reveló un derechohabiente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que estuvo internado por cuatro días por este mal, identificado como Guillermo «N».
El masculino de 53 años de edad y quien además padece de diabetes mellitus, relató que durante su estancia en el Hospital General Regional número 1 del IMSS vio agonizar y morir a varias personas por ese padecimiento y ahora que ya está recuperado y observa a través de las redes sociales, como la ciudadanía de Orizaba y la región no acatan las indicaciones de la Secretaría de Salud, lo único que les dice, es que sí existe la enfermedad.
«Yo inicie con síntomas muy fuertes desde el 17 de junio y para el día sábado 20 de junio me fui al Hospital del IMSS, pero debido a que el médico me dijo que llevaba una oxigenación muy baja de 83, además iba con temperatura 39, dolor de garganta y dolencia en todo el cuerpo, inmediatamente me quedé internado en urgencias y ahí me pusieron suero, medicamentos y oxígeno».
Agregó que su preocupación era muy grande por él y su familia porque no sabía si volvería a salir del hospital vivo, ya que iba muy grave, “por momentos no podía respirar, me ahogaba, me faltaba el aire y cuando despertaba yo veía muchos enfermos, yo recuerdo que tres personas murieron ahí, ya eran mayores de edad, son impresiones muy grandes, ver cómo los metían en bolsas y al mismo tiempo continuaban llegando enfermos algunos graves otros menos”.
Yo continúe ahí hasta el día domingo y como no mejoraba tuvieron que subirme al quinto piso como eso de las siete de la noche y me pusieron en la cama 502 y ya no recuerdo nada porque me dormí por los medicamentos y el oxígeno.
Recuerdo que el día lunes, un hombre ya grande de la tercera edad, llegó intubado y como a la hora y media se murió, pero lamentablemente su desesperación lo mató.
«Desde que llegó, llegó amarrado, pero durante el cambio de turno el señor de la cama 503 logró arrancarse el tubo de oxigenación, todos teníamos oxígeno solo nos mirábamos y no podíamos hablar, solo nos mirábamos y veíamos como el señor se ahogaba y no podía respirar, y aunque llegaron los enfermeros para intentar reanimarlo le dio un paro respiratorio y ahí se murió».
A esta persona –continuó- la metieron en una bolsa con cierre y se la llevaron, de ahí sanitizaron la cama con un líquido, así como el piso y todos los aparatos.
“El miedo cada hora era más grande, yo ni siquiera había visto a mi familia completa, y no sabía si volvería a verlos, el miedo me consumía.
“Al otro día cuando ya era martes 23 llegó otro señor igual de edad y muy enfermo, intentaron meterle un catéter por el tórax del lado derecho y ahí se murió, desocuparon la cama y le hicieron el mismo procedimiento”.
Y para completar el miedo, ese día tembló fuerte, “todos los médicos, enfermeras y enfermeros salieron corriendo y todos los pacientes nos quedamos en las camas que parecían mecedora, lo único que pensé fue que si el edificio empezaba a caer, me iba a quitar el oxígeno y me iba a meter debajo de la cama, afortunadamente todo paso y gracias a Dios todos sobrevivimos.
“Al siguiente día ya había mejorado y fui dado de alta y tan sólo en esa mañana ya se habían muerto dos personas más.
«Ahora sí creo que existe el Covid-19, a mí nadie me va a platicar de que si existe o no, yo vi a la gente morirse de esa enfermedad y invito a la gente a que se cuide, por qué lo que yo viví, no se lo deseo a nadie».
AVC
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