Orizaba, Ver.- La Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Veracruzana (UV), región Orizaba-Córdoba, inició las actividades de las Jornadas Ambientales 2020, en modalidad virtual, con la conferencia inaugural “Meteorología, corrosión atmosférica y sitios arqueológicos”, por Jonathan D. Kahl, de la Universidad de Wisconsin, Milwaukee, Estados Unidos.
El evento académico concluirá el próximo viernes 17 de julio y es organizado por la Vicerrectoría Orizaba-Córdoba; la Catedra UNESCO sobre Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad Ambiental del Desarrollo; la Dirección General de Relaciones Internacionales (DGRI), y el cuerpo académico (CA) Gestión y Control de la Contaminación Ambiental.
Elena Rustrián Portilla, responsable del CA, comentó que en esta ocasión las jornadas serán en modalidad webinar y tienen como objetivo invitar a los estudiantes a reflexionar sobre temas del área de ingeniería ambiental.
La inauguración estuvo a cargo del vicerrector José Eduardo Martínez Canales, quien dijo que estas jornadas son relevantes para la comunidad universitaria debido a que se abordan temáticas pertinentes, además de que contribuyen a la formación de los estudiantes y actualización de los académicos.
Las conferencias se llevan a cabo a las 17:00 horas a través de la plataforma Zoom y Facebook Live, donde se pueden encontrar como UV Ingeniería Ambiental-Orizaba
Lluvia ácida
Jonathan D. Kahl dijo que desde hace algún tiempo ha trabajado el tema de la lluvia ácida y sus efectos en los sitios arqueológicos, con un grupo de investigadores del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En nuestro país, específicamente en el Golfo de México, hay un importante asentamiento de la industria petrolera, lo que ha traído consigo la construcción de un impresionante campo de plataformas que puede verse desde el espacio, además de refinerías, transporte y fábricas relacionadas con el petróleo.
Esto ha derivado una importante cantidad de emisiones de dióxido de azufre, que impactan directamente a Campeche, así como a áreas cercanas de Tabasco y Veracruz. Dichas emisiones son procesadas por la atmósfera, la cual dispersa y transporta estos contaminantes, y uno de estos procesos es la lluvia ácida.
Mencionó que en Veracruz, y en la mayoría del país, se presenta un fenómeno en particular: la mayoría de los vientos son del este, por lo que normalmente el aire se mueve de este a oeste.
Hace algún tiempo, junto con los investigadores de la UNAM, desarrolló un modelo para la detección de las trayectorias del viento por día, para un periodo de cinco años. Uno de los datos arrojados es que para Veracruz en julio de los próximos cinco años, todos los vientos serán de este a oeste, mismos que llegarán hasta el sitio arqueológico El Tajín.
Cabe destacar que en el lado este del Golfo de México se ubica el parque más contaminado de dióxido de azufre, de tal manera que las emisiones de las plataformas e industrias petroleras liberarán contaminantes que llegan y llegarán durante los próximos cinco años a la costa de Veracruz.
Con respecto a los efectos de la lluvia ácida en posición atmosférica a los sitios arqueológicos, dijo que puede ser percibida en El Tajín, donde su principal edificación estuvo pintada de colores brillantes y ahora sólo pueden apreciarse unos cuantos colores de pinturas antiguas, esto debido a la corrosión atmosférica por la lluvia ácida.
“A veces el problema es más serio; por ejemplo, en un sitio de Oaxaca, en dos estelas que probablemente en el pasado tenían escritura y colores, ahora no se ve casi nada. En Mitla hay áreas con hermosos colores y gráficos complejos, pero la mayoría se ha perdido; y en Palenque, Chiapas, sucede lo mismo.”
Comentó que este grupo de investigadores de la UNAM tienen importantes proyectos de investigación, uno de ellos es una cámara de simulación de lluvia ácida, en la cual han trabajado de 10 a 15 años. Han obtenido resultados interesantes e importantes: descubrir y determinar las reacciones químicas que específicamente ocurren en las piedras con la lluvia ácida.
“Rogelio Soto, investigador responsable del proyecto, hizo varios estudios hace 10 o 15 años, y encontró que la recesión superficial de la piedra por efecto de la lluvia ácida es de 3.7 milímetros (mm) por 100 años.
”Cinco mm por 100 años no es mucho, las pirámides no van a desaparecer, pero sí las capas de pintura y gráficos, aunque se necesitan 100 años para hacer corrosión y perder estas capas en los sitios arqueológicos. Sería una verdadera pena para México y otros lugares de América Latina.”
Por último, el profesor dijo que el estudio de la lluvia ácida en sitios arqueológicos es muy interesante y complejo, es un área que debe ser más investigada.
UV/Paola Cortés