Contra todos los pronósticos –incluso en contra del intenso cabildeo que hizo durante los últimos días la presidenta del Poder Judicial, Sofía Martínez Huerta-, ayer el Congreso del Estado no sólo negó la ratificación de los cuatro magistrados que concluyen su periodo de diez años, sino que se llevó entre las espuelas a dos más que cumplen con la edad establecida para jubilarse.

Así, quienes operaron la limpia en el Tribunal pusieron en evidencia una vez más la falta de capacidad, liderazgo y autoridad de su Presidenta quien tenía al menos dos compromisos entre quienes ayer fueron descartados por el Congreso para seguir en el cargo y se tendrán que ir al concluir el mes: con quien la protegió durante su larga estancia como secretaria de sala y con quien la propuso para magistrada Presidenta. Se los tumbaron.

Mientras abogados litigantes y ciudadanos denunciaban la parálisis del Tribunal –lo que sacó a flote el nulo avance en el sistema de justicia digital-, un buen número de magistrados peleaban por su vida. En realidad desde hace algunas semanas se sabía de la renuncia voluntaria a su ratificación de los magistrados Fernando Charlestón, Edel Álvarez y Gladys Pérez Maldonado, sin embargo, Víctor Manuel César Rincón tenía la promesa de ser ratificado, hasta que reventó el escándalo de su cédula profesional.

Edel Álvarez habría acordado una transición pacífica tras dejar la Presidenta, permitiendo que concluyera su periodo no sin contratiempos y revanchas; en los casos de Fernando Charleston y Gladys Pérez Maldonado fueron blanco de la persecución del Consejo de la Judicatura –el brazo armado de la Presidenta- y exhibidos en medios de comunicación. Entendieron que su ratificación era imposible.

Hasta el último momento fueron denostados. Según los anexos de la Junta de Coordinación Política Fernando Charlestón, Gladys Pérez Maldonado, y Víctor Manuel César Rincón no garantizaban la impartición de justicia completa, pronta, expedita e imparcial, por lo que no se les ratificó por cinco años más. En el caso de César Rincón el Consejo de la Judicatura determinó que era viable su ratificación –simularon pasar por alto el tema de la cédula profesional-, pero los legisladores determinaron removerlo del cargo.

Y aunque los magistrados Marco Antonio Lezama Moo y Roberto Dorantes Romero ya cumplieron 70 años –edad límite para el cargo- y estaban en condiciones de ser jubilados, no estaban en el roster del paquete enviado al Congreso. Sin embargo, las pugnas internas provocaron que también fueran arrojados del paraíso judicial, echando por tierra otro de los compromisos de la Presidenta Martínez Huerta.

Ha sido un duro golpe para la Presidenta y su grupo de magistrados. Desde Palacio de Gobierno asestaron un golpe de autoridad. El escándalo nacional de César Rincón lo volvió insostenible a pesar de la vieja historia personal que tiene con la magistrada Presidenta -quien fue por muchos años secretaria de la Cuarta Sala Civil donde Víctor Manuel era magistrado-, además de su estrecha relación con el magistrado en retiro Dionisio Gutiérrez, cuya relación sentimental con Sofía Martínez Huerta es una historia harto conocida en el Tribunal.

El poder que intentaban imponer los ex magistrados Gutiérrez y Manzanilla a través de la ratificación de Víctor Manuel y la magistrada presidenta se quedaron sólo en buenas intenciones. Ahora habrá baraja nueva, en un Tribunal donde el resto de los magistrados y personal han confirmado que la presidenta Martínez Huerta no tiene autoridad alguna sobre quienes la impusieron en el cargo.

Las historias personales han empezado a salir a la luz pública; las exigencias de que se termine con el amiguismo y la imposición de magistrados sin el perfil, también. Sin embargo, todo se queda en el ámbito del Poder Judicial porque con la nueva generación de magistrados que habrán de ser designados en la sesión del Congreso el próximo 23 de julio, habrá un nuevo reacomodo de fuerzas y corrientes internas.

Por el momento, la crisis institucional que se venía venir por la ratificación de Víctor Manuel César Rincón fue sofocada. Pero los conflictos internos apenas empiezan; hay quien a sotto voce aseguran que las cosas no se van a quedar así.

A siete meses de su nombramiento, la Presidencia del Tribunal navega a la deriva, presa de los propios intereses que la impusieron.

Las del estribo…

1. Desde ayer por la noche, las redes sociales hierven con las fotografías del Presidente en un vuelo comercial rumbo a Estados Unidos. Sus simpatizantes lo comparan con la ostentación de Peña Nieto, pero olvidan que este gobierno ha mandado vuelos especiales para traer a Evo Morales y las cenizas de José José. Viajar en vuelo comercial sólo es escenografía de la tragicomedia de la austeridad.
2. En su informe de actividades, el Gobernador presumió que muchas mujeres hoy encabezan las principales instituciones del estado. Tal vez olvidó el triste paso por su gobierno de Leslie Garibo –quien investigó su nepotismo comparando sólo credenciales de elector- y Guadalupe Argüelles, luego de que su hijo fue detenido en un vehículo oficial con posesión de drogas. No se trata de géneros, se trata de capacidad y honestidad, esa de la que tanto pregonan.