Pedro Pérez Herrero, profesor-investigador de la Universidad de Alcalá, en España, dijo que el Covid-19 no es la causa de los problemas, sino que indica la caída y el fracaso del modelo de la modernidad y el progreso; por lo tanto, los historiadores tienen que crear otro relato historiográfico para entender lo que sucede en el mundo.
El historiador español, formado en El Colegio de México, dictó la conferencia “El oficio del historiador en el siglo XXI”, el pasado 30 de junio a través de la plataforma virtual Zoom. Fue organizada por el Doctorado en Historia y Estudios Regionales del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S), y por el Seminario de Estudios Contemporáneos de la Región Sur-Sureste de la Facultad de Historia, ambos de la Universidad Veracruzana (UV).
Debido al Covid-19 el mundo ha quedado paralizado, en los medios de comunicación y redes sociales se ven imágenes que parecen ser una película distópica, pero es la realidad que ha generado un pánico generalizado, y esto tiene relación en cómo se han construido los relatos historiográficos.
Pedro Pérez mencionó que hasta el 30 de junio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportaba el fallecimiento de 502 mil personas, cifra que para la historia es muy poca, considerando que en la Segunda Guerra Mundial –básicamente en el continente europeo– fueron 60 millones los muertos, y en la Primera Guerra Mundial fueron 22 millones.
Además, mencionó que hay otra pandemia brutal y terrorífica, de la que se conoce la vacuna y se sabe mediar: el hambre, que afecta a 821 millones de habitantes en el planeta.
“El problema del Covid-19 es que ha afectado democráticamente a todos; ha afectado a las capas más ricas de la sociedad y se han alarmado. El hambre afecta a los pobres, pero ellos no cuentan, pero esta enfermedad afecta a los pudientes que se alarman porque se trata de un virus que no se ha controlado, esto ha provocado que se pare el mundo y han empezado a suceder transformaciones.”
Al frenarse la economía mundial, explicó, se generarán más muertos que por el Covid-19: muertos de hambre, enfrentamientos, tensiones, sublevaciones, así que el problema apenas inició y no es sanitario, “hemos parado el motor del buque y el buque se hunde.
”Lo que nos dice la pandemia es que los ciudadanos del mundo hemos dejado de confiar en la ciencia, porque no ha sido capaz de encontrar una vacuna a tiempo; estamos desconcertados porque la idea de modernidad, de progreso y de ciencia como salvadora han fracasado, ya no sirven.”
Además, hay otro elemento negativo: pensábamos que el Estado y las instituciones protegerían a las personas, y resulta que hay una escalada de pánico masivo.
Advirtió que todo lo que se vive a nivel social y económico no es efecto ni consecuencia de la pandemia, sino del modelo de la modernidad y del progreso, un modelo que fue construido en el siglo XIX y que hoy llega a su fin.
“El gran drama que tenemos ahora es que nos hemos quedado sin futuro, nos han robado el futuro. La sensación de vacío no es únicamente de un virus sino que nos han robado el futuro, no sabemos qué será de nosotros en los próximos años, no sabemos si habrá vacuna, no sabemos nada.
”Los historiadores nos hemos inventado el pasado para legitimar el presente en función de un futuro, pero como el proyecto de futuro se nos ha caído, ahora nos damos cuenta que esa historia ya no sirve, y la pregunta es ¿qué hacemos?”
En este caso, destacó, los historiadores tienen que volver a plantear qué modelo se quiere y hacia dónde se quiere llegar, pero no saben qué relatar porque se desconoce el futuro que se quiere alcanzar; entonces primero tiene que construirse un futuro y para ello se tienen dos escenarios: homogeneizar el mundo e historiografías individualizadas.
“El mundo necesita un nuevo futuro y para ello necesitamos nuevos historiadores, el trabajo de los estudiantes de Historia y contar una nueva historia, porque la misma historia nos lleva al mismo lugar en donde estoy.”
UV/Paola Cortés