Aranzazu Arias Rojas, egresada del programa educativo (PE) en Química Clínica de la Facultad de Bioanálisis de la Universidad Veracruzana (UV), región Veracruz, está por iniciar un doctorado en el Instituto Max Planck de Biología de Infecciones en Berlín, Alemania.
En la espera de llegar a aquella región del mundo, compartió con Universo acerca de su formación profesional, fascinación por la investigación en inmunología y la labor que, junto con colegas, desarrolla en aras de impulsar el estudio de la ciencia en el país.
Originaria de Orizaba y con 26 años de edad, recuerda que desde siempre le pareció interesante saber cómo funcionaban las cosas y, como cualquier niña, fue muy curiosa, pero en la preparatoria entendió que las preguntas relativas a las ciencias biológicas eran las que más le interesaban.
“Cuando estaba por elegir mi carrera ya tenía un poco más claro que quería tener una formación experimental, después revisé el plan de estudios de Química Clínica (de la UV) y me sentí atraída por materias como Genética, Biología Molecular, Microbiología y Bioquímica; aunque en este punto sabía que quería dedicarme a la investigación aún no era muy claro para mí qué pregunta biológica era la que quería responder.”
Desde antes de ingresar a la UV, Aranzazu estuvo familiarizada con la institución pues durante la preparatoria participó en la Olimpiada del Conocimiento de Biología y para ello tomó clases en esta casa de estudios.
Pero hay aspectos específicos que destacó: “En particular, la Facultad de Bioanálisis, (región) Veracruz, tiene un capital científico e intelectual muy vasto en todas las áreas del conocimiento y creo que justamente esto fue lo que me ayudó a definir, en principio, las preguntas que me interesaba resolver en la biología”.
Aunado a ello, “la Facultad siempre nos proveía de educación experimental”, dijo, y recordó que todos los días sus compañeros de clase y ella se planteaban dos preguntas al inicio de las prácticas de laboratorio y dos horas después tenían la respuesta de algunas y simultáneamente surgían otras 10, lo cual le parecía “interesantísimo”.
Además, le gustaba sentirse constantemente retada por las preguntas de los profesores, quienes, dicho está de paso, “siempre favorecieron un ambiente enriquecedor e integrador” para su desarrollo.
Aranzazu también destacó la colaboración académica de su Facultad con laboratorios de investigación internos y externos, así como con otras entidades, como el Instituto de Investigaciones Médico Biológicas de la propia UV, incluso varios investigadores adscritos a éste son profesores en aquélla; esto le permitió hacer estancias de investigación simultáneas a su formación.
Ella se describe como una entusiasta por la investigación en inmunología: “Saber cómo un individuo puede volverse inmune ante segundas infecciones, por qué algunas personas desarrollamos alergias y otras no, son preguntas fascinantes y que a menudo se minimizan desde el punto de vista de muchas disciplinas”.
Narró también que en tercer semestre del PE conoció a la académica Adriana Sumoza-Toledo, quien recién llegaba de la Universidad de Hawái. Actualmente ella es, entre otras científicas también mexicanas, su “mayor influencia”.
“Tomé dos clases de inmunología con la doctora Adriana y después ella me permitió hacer una estancia corta de cuatro meses en su laboratorio. Posteriormente, realicé mi tesis de licenciatura bajo su codirección y la dirección de la doctora Paula Licona-Limón, en el Instituto de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México.”
Hasta este punto, Aranzazu estaba únicamente interesada en cómo nuestras células contrarrestaban las infecciones, pero fue casi al finalizar su tesis de licenciatura cuando comenzó a interesarse en cómo tales funciones habían evolucionado; la pregunta la llevó al laboratorio de Karina Acevedo-Whitehouse, en la Universidad Autónoma de Querétaro.
“Estoy interesada en saber cómo las interacciones entre agentes infecciosos con el sistema inmune del hospedero derivan en disfunciones asociadas con la edad y a largo plazo conducen a acortar la vida útil de un individuo”, explicó gustosa.
Para ella, el ingresar al Instituto Max Planck de Biología de Infecciones en Berlín es resultado de lo que le ha impulsado desde niña: la curiosidad. Pero señaló algo más: “La dedicación es clave para lograr tus objetivos, no sólo en ciencia sino en general”.
Explicó que “la ciencia es vista como algo muy por encima de nosotros, algo con lo que no estamos en contacto y por lo tanto no podemos acceder a ella, pero no hay nada más lejano de la realidad, desde que nacemos estamos en contacto con la ciencia y no sólo me refiero a los desarrollos tecnológicos, sino también a descubrimientos que en un principio fueron estudios para el desarrollo de conocimiento y que en el futuro tuvieron una aplicación”.
Public Journal Club
Aranzazu también habló del proyecto Public Journal Club, producto de este tiempo de espera de la reapertura de las fronteras, en el que participan ella y otros colegas que iniciarán sus posgrados en el extranjero.
El proyecto tiene la finalidad de mantenerles actualizados de las publicaciones más recientes en materia de inmunología. A la idea original se añadió la de invitar a los autores de las publicaciones que discutían.
“Al principio parecía una idea un tanto imposible, pero hoy en día en el Public Journal Club hemos tenido nueve invitados, uno cada semana y asistentes de todo el mundo”, celebró.
Aranzazu aprovechó la ocasión para invitar a la comunidad UV a ser parte de este espacio, pues es un puente de comunicación con científicos que en la actualidad revolucionan el campo de la inmunología.
Si bien se trata de una iniciativa mexicana, dijo, es más notoria la asistencia de público extranjero, por ello su interés en la participación de colegas del país y, más específicamente, de la UV.
Incluso, dado el panorama de asistencia, decidieron crear sesiones adicionales que no son para discutir el artículo, sino para ayudar a la comprensión del mismo y así favorecer la discusión.
La entrevistada consideró que el Public Journal Club es una plataforma que permite llevar la ciencia a estudiantes de todo el mundo. Es más, para ella es un espacio que convirtió una debilidad –el estar encerrados por más de 90 días– en una completa ventaja.
“Permite a los potenciales jóvenes investigadores estar en contacto con las personas que, como mencioné antes, están revolucionando el campo de la inmunología, sin etiquetas de procedencia, sin presiones a menudo asociadas por figuras de autoridad y sobre todo en un espacio joven.”
Para ser parte del Public Journal Club, saber qué científico participará o más información al respecto, consulte sus redes sociales: https://publicjournalclub.github.io/, Twitter: @publicjournalc, Instagram: @publicjournalclub, Facebook: Public Journal Club y YouTube: Public Journalclub.
UV/Karina de la Paz Reyes