Los queloides son crecimientos excesivos del tejido fibroso de una cicatriz que tienen apariencia lisa, brillante, dura, la piel está ligeramente rosada u oscurecida y por lo general, se forman en una zona lesionada o sobre las cicatrices quirúrgicas.
De acuerdo con el Manual de Merck de Información Médica General, el tiempo en el que aparecen es al cabo de unos meses, pero llegan a crecer hasta cerca de cinco centímetros por encima de la superficie cutánea afectada, incluidas las cortaduras o el acné.
Asimismo, las zonas en las que aparecen con mayor frecuencia son: los hombros, el pecho, la espalda y la cara, pueden causar comezón o ser sensibles al tacto, pero no duelen.
Por lo anterior, el especialista utiliza cirugía o un láser para eliminarlos. También se puede intentar aplanarlos inyectándoles unos medicamentos llamados corticosteroides.
Sin embargo, debido a que estos aparecen en cicatrices, a menudo crecen de nuevo y con un mayor tamaño. Por esa razón, algunos medicamentos nuevos que ralentizan el sistema inmunológico pueden ayudar a evitar que los queloides vuelvan a aparecer.
También existen técnicas menos invasivas que ayudan a impedir su reaparición, por ejemplo, el uso de parches especiales o de prendas de compresión que ejercen presión sobre los queloides.
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