En estos tiempos de pandemia por el Covid-19 también es necesario reír y no sólo irse por los caminos de la tristeza y el sufrimiento, planteó el productor de la Organización Teatral de la Universidad Veracruzana (Orteuv), David Ike.
El actor y comediante, quien desde hace alrededor 10 años es integrante de la Orteuv, concedió una entrevista a Universo minutos antes de iniciar un ensayo teatral, el pasado fin de semana. Ambas actividades (la entrevista y el ensayo) fueron virtuales y las citó como claro ejemplo de la llamada nueva normalidad a la que es necesario adaptarse.
Ante tal escenario, trabajan en proyectos que les permitan interactuar con el público a través del streaming (retransmisión en directo) y adelantó que en venideras fechas habrá novedades de la Orteuv en ese sentido, por lo cual pidió a la comunidad asidua al teatro estar pendientes.
¿A qué le teme un productor teatral en cuarentena?
La primera palabra que me viene a la mente es vacío. Eso es algo a lo que particularmente me enfrento: el temor al vacío.
Como productor, tal cual mi necesidad es ésa: producir, generar cosas. Hacer que esto sea funcional y parte de mi necesidad, desde que inicié en este proceso de productor –y particularmente con la Orteuv– ha sido resolver situaciones que se enfrentan, apoyar a los actores, estar presente para que su trabajo sea más sencillo –en cuestiones técnicas, prácticas (tras bambalinas).
Pero este distanciamiento que genera la pandemia evita que yo pueda hacer eso.
Además, estamos hablando de una compañía que, aunque todos somos población de riesgo, particularmente la Orteuv es de alto riesgo. Entonces, no hay forma de que yo esté en contacto con ellos.
Este vacío que se siente de no poder generar productos, de no poder estar ahí y apoyar. Ahora tenemos ensayos virtuales, nos contactamos en línea, pero la distancia me impide resolver las situaciones de cada uno en su casa.
¿Qué arista de esta pandemia le gustaría llevar a la escena teatral?
En particular, creo que hay muchos puntos de vista que me gustaría abordar, porque los veo de forma directa, principalmente lo social y lo emocional.
Creo que hay una afección, a nivel emocional, en el grueso de la población y que no se le presta tanta atención. La parte psicológica es importante, pero eso es acá (y se toca la cabeza) y qué pasa con lo que sucede aquí adentro (y se toca el pecho, a la altura del corazón).
¿Qué se está generando personal y socialmente? No sólo es cómo mis emociones me afectan a mí, sino cómo mis emociones afectan a mis relaciones personales (para los que sí estamos conviviendo con otras personas en este encierro).
¿Qué desafío plantea la pandemia a una compañía de teatro universitaria?
El principal es encontrar los recursos para seguir en contacto, entre nosotros primero, y con nuestro público. ¿Cómo lo haremos? ¿Qué herramientas tenemos? ¿Cómo las vamos a utilizar? No es algo a lo que estemos acostumbrados ni que sea de fácil acceso a un grueso de la población de la Orteuv.
Genera intriga, duda, temor bajo el planteamiento: ¿realmente el mensaje llega igual que cuando tengo de frente a la persona? ¡No vivo la reacción del público! ¡No la siento cuando lo hago por este medio!
¿El teatro volverá a ser el mismo una vez superada la pandemia?
No, porque el teatro nunca es el mismo. Particularmente, esto hará un cambio ¡claro!
Sin importar cuántas veces hagamos Rosalba y los Llaveros –una de nuestras obras del repertorio–, siempre cambia un elemento actoral, escenográfico o uno mismo –cambias como espectador una vez que la ves.
Afortunadamente, el teatro nunca es el mismo y no volverá a serlo. Tendremos, obviamente, factores que afectan a que no lo sea, pero es importante que no lo sea. Es vital que el teatro nunca sea el mismo.
¿Algo más que le interese dejar en la mesa de reflexión de la comunidad UV?
Como mexicano primero, y como comediante que también soy: aprendamos a disfrutar esto y verlo desde una perspectiva cómica. Es lo que nos ha ayudado a salir adelante. Somos una sociedad que se caracteriza a nivel mundial por la posibilidad de reírse casi de cualquier cosa.
Por el bien de nosotros y de la comunidad en general, necesitamos aprender a disfrutarlo, a reír, mientras más pronto lo hagamos, mejor.
¿Aprender a reírnos del coronavirus (SARS-CoV 2)?
De todo. Del coronavirus, del estar encerrados, de la depresión que nos genera el estar encerrados. Hay que reírnos de todo eso, no hay un solo tema que no sea importante abordarlo desde el punto de vista cómico.
¿Por qué reírnos?
¿Y por qué no? Es evidente que todo lo demás es lo fácil: llorar, sufrir por lo que está pasando. ¿Por qué no mejor hacer lo otro? Disfrutar de este momento, de lo que está sucediendo y de lo que tenemos que enfrentar día con día.
UV/Karina de la Paz Reyes