La polémica reforma electoral propuesta por Morena no tuvo otro propósito que maniatar a los partidos políticos a través de la reducción de sus prerrogativas e intentar controlar al órgano electoral desapareciendo sus consejos municipales. En efecto, ni la revocación de mandato ni la reelección de autoridades municipales son asuntos que tengan relevancia en este momento, a unos meses del inicio del proceso electoral 2021.

Ambos son procesos lejanos. La revocación de mandato sólo será posible hasta el año 2022, luego de que se incluya en las Constitución veracruzana y se cumpla el tercer año de gobierno de la actual administración; la reelección de presidentes municipales, síndicos y regidores sólo aplicará hasta 2024, cuando concluyan sus periodos los ediles electos para un periodo de tres años, y no los actuales, que lo ejercerán por cuatro años.

La revocación de mandato fue intencionalmente excluida de la reforma aprobada el 12 de mayo pasado, actualizando sólo la regulación de la consulta popular. Si bien a nivel federal ambas figuras son materia del mismo decreto presidencial del 20 de diciembre, en Veracruz prefirieron dejarlo para después, al amparo de que el sexto transitorio les otorga un plazo de 18 meses para armonizar la Constitución local, mismo que vence hasta junio de 2021.

Postergar su aprobación no salvará al gobernador Cuitláhuac García de someterse a la consulta de revocación de su mandato a mediados de 2022, una vez que se cumpla su tercer año de ejercicio constitucional, como marca la Constitución. Así que nunca hubo blindaje y tampoco desapareció la figura como lo llegó a decir el propio mandatario estatal, a quien se la volvieron a pasar de humo.

Lo que sí se legisló es la disminución del periodo de gobierno municipal de 4 a 3 años y la posibilidad de reelección inmediata. En este caso, al igual que la consulta popular, sólo se trató de armonizar la Constitución federal, sin embargo, las actuales autoridades se tendrán que ir a casa una vez que concluyan el periodo para el que fueron electas.

Esa es una de las razones por la que los cabildos no tienen ninguna prisa en aprobar la reforma electoral morenista. No les representa ningún beneficio; por el contrario, muchos corren el riesgo de perder sus candidaturas a otros cargos de elección, en caso de desatender las instrucciones de sus dirigencias estatales y nacionales.

Muchos alcaldes están entre la espada y la pared: entre las amenazas de Morena y sus representantes en el Congreso –la revisión de la Cuenta Pública, principalmente-; y la advertencia de sus dirigencias partidarias, quienes no sólo les negarían sus aspiraciones, sino que incluso podrían expulsarlos como sucedió con los diputados locales que votaron a favor de la reforma. Y en Morena no hay sábana para tanta gente.

La reforma política de 2014 permitió que los senadores, diputados federales, diputados locales, alcaldes, regidores y síndicos puedan ser reelectos hasta por un periodo de 12 años. No fue una ambición local, como han dicho algunos. De hecho, varios de los actuales diputados locales están cumpliendo su segundo periodo parlamentario. Entonces, ¿por qué los ediles no pueden hacerlo a pesar de que la Constitución local ya aprobó la reelección?

En principio, son dos razones específicas: si bien el Congreso aprobó el 12 de mayo pasado la figura de la reelección, la reforma constitucional no ha sido ratificada por más de la mitad de los Ayuntamientos, por lo que aún no es norma vigente. La segunda es un candado de la propia Carta Magna al señalar que “los presidentes municipales, regidores y síndicos podrán hacerlo (reelegirse) por un periodo adicional, siempre y cuando las encomiendas no sean mayores a tres años.”

En el caso de Veracruz, las actuales autoridades municipales fueron electas para un periodo de cuatro años, por lo que están automáticamente descartadas, como ya lo fundamentó el Tribunal Electoral del Estado de Veracruz (TEEV), luego de que algunos ediles habrían interpuesto recursos para saber si podían aspirar a la reelección.

También el OPLE había descartado la posibilidad de la reelección a menos que realizara la reforma correspondiente. Esta ya se hizo en la polémica sesión del 12 de mayo, sin embargo, sólo aplicará para el año 2024 para ediles que lo hayan sido sólo por tres años. A pesar de la desastrosa administración de muchos presidentes municipales, guardaban una remota esperanza de permanecer en el cargo por un segundo periodo.

En conclusión, una vez que se disipó la polvareda, quedó claro que la reforma sólo fue para quitarles el dinero a los partidos políticos, sin aclarar el destino que tendrá, y al mismo tiempo condicionar la capacidad de operación del órgano electoral.

Las del estribo…

  1. Sucedió lo imposible. Según el INEGI, el Gobierno de Cuitláhuac García salió más corrupto que el de… ¡Javier Duarte! De acuerdo al número de víctimas de corrupción, Veracruz registró en 2019 un incremento del 24.9% en la tasa de prevalencia de corrupción con respecto a 2017. ¿Y así los quieren mandar a medir la riqueza?
  2. El fin del periodo de aislamiento está cada vez más lejano. El miércoles el país rompió récord de fallecimientos, siendo el segundo lugar en todo el mundo, sólo atrás de EU. El ciclo escolar ha terminado y planean postergar el siguiente; La UV también da por concluido el semestre. Estamos por vivir una tragedia.