La niñez mexicana enfrentará retos en su formación como consecuencia de la pandemia del Covid-19 y de las medidas de protección como el distanciamiento social que han suspendido las actividades en los centros escolares, explicó Anabel Velásquez Durán, directora del Proyecto Medición Independiente de Aprendizajes (MIA), en el que colaboran la Universidad Veracruzana (UV) y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS). 

La investigadora comentó que, además del impacto en la formación escolar de los niños, modificado por las medidas de distanciamiento físico y el cierre de las escuelas como acciones de contingencia, es posible que enfrenten procesos de duelo, estrés y una pérdida de aprendizaje. 

“Dichos elementos estarán presentes en los próximos meses y es un reto muy grande, no sólo para las escuelas y los organismos oficiales sino para todos aquellos entes que nos dedicamos a la educación”, afirmó. 

En tal escenario, el Proyecto MIA implementa estrategias para que no se pierdan los conocimientos adquiridos en lectura y matemáticas, como un reforzamiento y una contribución para recuperar lo que se pierda en el tiempo que dure la contingencia. 

Por otro lado, consideró que será necesario desarrollar estrategias para mitigar las cuestiones socioemocionales que se han presentado, para fortalecer la motivación al aprendizaje y para tratar de promover la cotidianeidad e interacción social que se perderá durante el distanciamiento social. 

Las principales repercusiones en la economía y en la educación van a ser muy grandes y afectarán de manera desproporcionada a los menos favorecidos” remarcó. 

Creo que el producto de esta doble crisis, porque no se puede tomar de manera separada, es una serie de efectos negativos y adversos para la niñez y la adolescencia de México y del mundo”, observó. 

Un efecto esperado de esta doble crisis son los procesos de duelo, dado que todos podemos enfrentar pérdidas que se van presentando a lo largo de la contingencia. 

Desde luego puede haber un aumento del estrés que se caracteriza por ese sentimiento o pensamiento de amenaza respecto a que los elementos que tiene un niño no son suficientes para satisfacer las exigencias que se le presentan”, detalló. 

En la misma medida, añadió que “esta crisis involucra un confinamiento en los hogares, lo que incrementa, además, la violencia intrafamiliar, un punto que no podemos dejar de lado”. 

Otro efecto de la pandemia es la pérdida de los aprendizajes que generalmente, y de acuerdo con la literatura, se asocia a las vacaciones de verano y es donde se registra una caída en el aprovechamiento escolar. 

Velázquez Durán recordó que en esta pérdida intervienen los procesos de estrés infantil y la brecha digitalque consideró fundamental para entender un contexto nacional en el que aproximadamente un 34 por ciento de los mexicanos con seis años o más no se consideran usuarios de Internet; dicha situación aumenta de manera notable, registrando hasta un 80 por ciento en las zonas rurales de Veracruz. 

“Para los niños que tengan acceso a Internet esta pérdida va a ser menor porque tienen la posibilidad de acceder a materiales, pero qué falta, pues obviamente la infraestructura, porque hay niños que no tienen acceso a ella”, puntualizó. 

Otro elemento a considerar es la frecuencia con que ocurre una falta de planeación en el proceso de educación a distancia, “me refiero a la celeridad con la que se tuvo que dar respuesta en esta situación y que puede generar materiales que no están probados, pero que ya están a disposición de los alumnos. 

La investigadora recordó que están disponibles diversos recursos educativos para los padres de familia durante esta contingencia dentro del sitio web del Proyecto MIA.

UV/David Sandoval

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