Juan Carlos López Acosta, académico del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la Universidad Veracruzana (UV), afirmó que la eliminación de fauna silvestre puede traer como consecuencia directa el incremento de patógenos de importancia humana, al momento de impartir la conferencia virtual
“Antropoceno y el Covid-19. ¿Un nuevo orden mundial para la biodiversidad?”.
Este evento que se desarrolló el 12 de mayo a través de la plataforma Cisco Webex, ocurrió en el marco de las Tardes de Ciencia organizadas por la Dirección General de Investigaciones de la UV.
López Acosta mencionó que el planeta es un mosaico de diferentes tipos de ambientes que se encuentran en cada uno de los continentes, en los que la acción humana es evidente ya que sólo conservan algunos remanentes de vegetación primaria.
Comentó que actualmente la Tierra se encuentra en el Antropoceno, era geológica totalmente caracterizada por el impacto humano sobre los procesos químicos, bioquímicos, biológicos y la organización a la biodiversidad en el planeta.
“Valorizar que nos encontramos en una nueva era nos ayudará a lidiar con los problemas que ésta trae consigo”, aseguró.
El también investigador explicó que pese a que el humano no es el único animal que transforma el hábitat, ya que otras especies como castores, hormigas e incluso lombrices también lo hacen, el hombre lleva a cabo esta acción en una medida mucho mayor.
Detalló que dentro de esta transformación del entorno, eliminar a la fauna guarda una proporción directa con el incremento de patógenos, ya que los grandes herbívoros mantienen la presencia de depredadores medianos, que a su vez controlan poblaciones de roedores, lo que ocasiona bajos niveles de infestación.
Añadió que, en contraparte, eliminar a los grandes herbívoros ocasiona que los depredadores medianos escaseen y que las poblaciones de roedores crezcan, y con ellos los parásitos y patógenos que traen consigo.
“En las ratas habitan pulgas que tienen bacterias como Anaplasma, Theileriosis, Theileria Coxiella, Hepatozoon y Yersinia Pestis, esta última causante de la peste bubónica, enfermedad que dejó millones de muertos en Europa en el siglo XIV”, relató.
Mencionó que, a su vez, el tráfico de fauna trae consigo la presencia de muchos patógenos y virus que atacan al ser humano, y que un ejemplo de esto se puede ver en el Mercado de Sonora de la Ciudad de México, en el que especies silvestres que están a la venta entran en contacto con animales domésticos, lo que es una fuente potencial de transmisión de enfermedades.
El catedrático enfatizó que las características del ser humano como especie lo hacen muy vulnerable a los virus, porque depreda hábitats naturales que contienen amenazas biológicas, y la gran interconexión entre individuos las puede propagar rápidamente.
Enfatizó que el mundo no puede ser igual al terminar la pandemia de Covid-19, ya que no se debe continuar con la extracción de recursos naturales de la misma forma que se hacía hasta hoy y mucho menos con la depredación desmedida de vida silvestre.
Enunció que se debe revalorizar el capital natural y ponerlo por encima del económico, además de darle a los servicios ambientales un valor mayor que a los bienes financieros.
“En el mundo globalizado actual las amenazas contenidas por la naturaleza no tienen fronteras, y liberarlas nos afecta a todos”, concluyó.
UV/Hugo Hermida