El 10 de mayo es una fecha icónica en nuestro país, las serenatas, regalos y flores que adornan este día, lo han convertido en una de las festividades más representativas de nuestra cultura popular, la cual tiene como propósito rendir un merecido homenaje a las madres.

De acuerdo con información de la Secretaría de Cultura, el festejo surgió en 1922, por iniciativa del entonces secretario de educación pública, José Vasconcelos, así como del periodista Rafael Alducín, fundador del periódico Excélsior, la celebración fue impulsada según consta en los archivos del citado diario, con la finalidad de “rendir un homenaje de amor y ternura”.

De esta manera, desde hace noventa y ocho años, el diez de mayo se instauró como día festivo en honor a todas las mujeres que se han convertido en madres y que con su esmero, constancia, paciencia y amor han sabido educar a sus hijos.

Desde entonces se organizan innumerables festivales tanto en centros educativos como laborales, en áreas públicas y privadas, así como reuniones familiares como reconocimiento a quienes nos han dado la vida.

Es común que los mexicanos desde pequeños participemos con orgullo en actividades artísticas que tienen como propósito homenajear a mamá en su día, convirtiendo esta fecha en una de las muchas tradiciones de nuestro país.

Sin embargo, más allá de la instauración de un día específico como homenaje a las madres, el reconocimiento debe ser diario, pues la maternidad es un desafío lleno de amor que no termina nunca; la educación de los hijos es un proceso de aprendizaje mutuo que dura toda la vida, cuya mayor recompensa es la satisfacción de formar personas nobles, honestas y trabajadoras.

Este año, el mejor detalle que podemos tener con ellas es cuidándolas, siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias para evitar exponerlas al contagio del Covid-19, pues lamentablemente en las últimas semanas los casos han ido en aumento, por lo que no acatar las recomendaciones del personal de salud puede traer consecuencias adversas para todos.

Sin duda, los festejos en esta ocasión serán diferentes, pero no por ello menos importantes, la difícil situación que atravesamos no es impedimento para hacerles saber nuestro amor, gratitud, reconocimiento y admiración, quienes no tenemos la oportunidad de darles un abrazo en nuestro hogar, podemos acortar distancias a través de las herramientas que nos brinda la tecnología.

Desde este espacio, aprovecho la oportunidad para reconocer a la gran mujer que me dio la vida y felicitar a todas las mujeres que tenemos la fortuna de ser madres, así como para rememorar a las mamás que ya no se encuentran con nosotros físicamente, cuyo recuerdo vive en nuestros corazones.

Hoy más que nunca, es momento de demostrar nuestro amor, empatía y solidaridad, cuidando unos de otros, acatando las recomendaciones en materia de salud, para que, cuando la pandemia termine, podamos abrazarnos con más fuerza.