Chingao, maestro… ¡Cuántas borracheras con tus rolas!… –Chopenjawer triste
Por la mañana las noticias financieras fueron funestas: contracción de la economía, pérdida del 1.6% del Producto Interno Bruto y las cifras de Petróleos Mexicanos en su primer trimestre.
Pero el Presidente dice con ese tono optimista en su conferencia mañanera: qué bueno que no fue peor… ¡N’mbre, qué chido!
Por la mañana nos decían eso que llaman boletines oficiales del clima que por fin nos daban descanso los infernales calores, porque entraba un frente frío a la entidad veracruzana con sus respectivas lluvias. Por la tarde, el sol se fue a dormir temprano y entonces lo grisáceo de lo nublado es lo que pintó el cielo; luego, unas gotas; una llovizna ligera.
Por la tarde llega el último paquete pendiente de Amazon, medio retrasado, porque ahorita ya no se sienten tan fuerte los calores: es un ventilador quesque hecho de plástico reciclado/ecológico, pero que además está ideal para practicantes de la fiaca como su servidor: tiene control remoto, el cenit de la hueva.
–Mta madre, ya valió mi pizza– pensaba por la tarde cuando se soltaban las lluvias espontáneas.
Pero no: Tláloc hizo paro y detuvo tantito para que llegara el repartidor con la Suprema.
Por la noche, en la zona de Xalapa y Coatepec, se soltaría el aguacero. Ora sí, el que no se encerró temprano y andaba por la calle, le debe haber tocado una mojada perra, porque el agua moja como el Coronavirus se contagia (filosofía del afromaestro Confucinio).
Con temor a sonar muy letra mamerta de Maná, pero creo que el cielo estuvo llorando y llorando mucho. Se fue el Caifán mayor y la neta no pensé que todo México (o la mayoría) se acordara de él. No hubo truenos, sólo agua, mucha agua. Lágrimas de una oscura noche (otra de Confucinio) que hacían el estruendo en la lámina del techo blanco y no dejaba escuchar ni la tele, ni a la Siri, ni siquiera los quejidos de la susodicha que le cayó el periodo justo en el Día del Niño.
Sí, no faltaron los payasitos de internet que quisieron mostrarse «diferentes» diciendo que nunca habían escuchado de él y que no sabían quién era, pero, con todo respeto: no mamen, todo mundo sabe quién era Óscar Chávez y hasta en el Twitter llegó a ser primer lugar en TT.
Y es que en cualquier borrachera todo mundo termina escuchando esas rolas de dolor: José Alfredo, Chente, o cumbias perronas del Rigo o ChicoChé, pero también no faltan las rolas con los vozarrones de Chavela Vargas o Chávez.
«Hasta Siempre», la rola infaltable para la chairiza que se cree (o nos creímos) comunistas, cubanos y revolucionarios…
«Aquí se queda la clara
La entrañable transparencia
De tu querida presencia
Comandante Ché Guevara…»
O la de «Por ti», que hasta en rondallas se toca…
«Por ti el mar es la locura del cielo,
por ti el llanto es una llaga de celo,
por ti el dolor es el sol sin la flor,
el infierno es amor tan eterno,
el infierno es amor.
Por ti, por ti, por ti…»
O aquella oda a la mota, que es la onda, sobre todo cuando se escucha con arpa jarocha y toda la cosa…
«Marihuana
Ya no puedo ni levantar la cabeza
Con los ojos rete colorados
Y la boca reseca reseca…»
O la rola con la que celebramos que terminamos de leer «100 Años de Soledad» con mucho esfuerzo porque teníamos que a veces volver páginas atrás para volver a agarrar el hilo…
«Los cien años de Macondo, sueñan,
Sueñan en el aire
Y los años de Gabriel, trompeta,
Trompetas lo anuncia
Encadenado a Macondo sueña don José Arcadio
Y ante él la vida pasa siendo remolinos de recuerdo…»
Por la noche refresca bastante el pueblo cafetalero. Cesa de a poquito la lluvia y ya se oyen volúmenes de otras cosas: perros ladrando a lo lejos, tráfico en la calle principal, la tele del vecino que veía un programa del sangroncito del Derbez. Es otro día de encierro en cuarentena, pero con algunas variaciones chidas: llegó visita de Xalapa con chelas, el mentado ventilador para huevones, la jefa me mandó una foto de esas que no sabes que existían, y pos un par de salidas a menos de 50 metros para acordarnos cómo era la calle antes de la pandemia.
Pero ya no tenemos a Óscar Chávez. Chingao. Ahí te voy con Jack, hígado.
NOTA PARA PEGAR EN EL REFRI: El abogado Jorge Reyes Peralta vuelve a poner el dedo en la llaga: la cancelación definitiva de la Notaría Pública número 10 a cargo de Leopoldo Domínguez Armengual fue por orden del SAT y es por operaciones ilícitas que nunca reportó y que podrían ser lo que abran la Caja de Pandora para otras investigaciones a futuro próximo. En este sentido, en entrevista radiofónica, el conocido abogado (cuya denuncia de tortura tiene en jaque al exfiscal prófugo Jorge Winckler) también recordó que Domínguez Armengual es uno de los personajes más cercanos al exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares, de quien fue su secretario de Turismo en el bienio pasado y también llegó hacerlo director de Notarías en la entidad, cuando Yunes fue secretario de Gobierno en el Chirinato. Hay otras voces que también coinciden con Reyes Peralta en ese sentido: lo de Polo Domínguez puede iniciar mucho.
OTRA NOTA: Ha trascendido que el exfiscal Winckler (alias «El Verduritas») también anda envuelto en otro tipo de problemas legales, tanto en el ámbito civil y mercantil, pues desde su despacho de abogado, habría embaucado a docenas o tal vez cientos de personas que requirieron sus servicios. Como se recordará, el exfiscal salió huyendo de Veracruz y ni siquiera devolvió la llave de su oficina, ni cumplió con la entrega-recepción, lo cual está penado por la Ley General de Responsabilidades de los Servidores Públicos.
LA ÚLTIMA PORQUE YA TOCA BAÑO: Muchos ven como nota periodística relevante que el narco ande entregando despensas como si fuese un DIF, pero parece que no ven más allá de lo evidente: ¿quién en su chingado sano juicio se negaría a recibir algo de un grupo de personas armadas? Ni modo que le haga uno al valiente… Hay otros grupos que sin armamento, reparten, que tampoco es para aplaudirse, pues es obvio que lo que buscan son crear bases sociales y pues con eso de que casi-casi tienen perdón presidencial, pues en una de esas ya se están portando bien y hasta se andan redimiendo.