La oposición no debe cantar victoria. Sin embargo, en menos de dos semanas, el Congreso federal empieza a convertirse en un dique para el Presidente. En medio de la pandemia, López Obrador no ha tenido éxito, al menos hasta hoy, en dos reformas claves para la viabilidad de su proyecto: la anticipación de la revocación de mandato en el 2021 y ahora poner a su disposición el presupuesto federal bajo el supuesto de enfrentar una emergencia económica o sanitaria.

Ayer, los grupos parlamentarios de oposición en la Comisión Permanente (PAN, PRI, PRD y MC) acordaron no apoyar la celebración de un periodo extraordinario de sesiones el próximo martes para avalar la iniciativa presidencial que busca que el Ejecutivo Federal pueda modificar el Presupuesto de Egresos de la Federación ante la declaración de una emergencia económica o sanitaria.

En el Senado, el Presidente de la Jucopo, Ricardo Monreal (Morena) tampoco se comprometió a convocar a un periodo extraordinario ante la firme negativa de la oposición. El tema sirve de paso a las aspiraciones presidenciales del ex gobernador de Zacatecas, quien desde antes de la pandemia, guarda “Susana distancia” con el mandatario.

Según versa en la iniciativa, en caso de que “durante el ejercicio fiscal se presenten emergencias económicas en el país, la Secretaría podrá reorientar recursos asignados en el Presupuesto de Egresos para destinarlos a mantener la ejecución de los proyectos y acciones prioritarios de la Administración Pública Federal y fomentar la actividad económica del país, atender emergencias de salud y programas en beneficio de la sociedad.”

A decir de líderes políticos y juristas, la reforma no es necesaria porque la propia Constitución, Ley Federal de Presupuesto y la Ley de Ingresos ya establecen mecanismos para atender contingencias y hacer adecuaciones presupuestales. Incluso. En realidad se trata de quitar al Congreso la facultad exclusiva de aprobar y modificar el presupuesto, por mucho que Morena diga lo contrario.

Además, la iniciativa es tan deficiente que el propio grupo parlamentario de Morena ha anunciado cambios a la improvisada intención presidencial. Estos cambios serían para llenar las enormes lagunas respecto a las condiciones que deben prevalecer para declarar una “emergencia económica o sanitaria”, cuál sería la duración de este caso de excepción y hacia donde deben dirigirse los recursos de los que el Presidente dispondrá libremente. Nada de eso está en la iniciativa presidencial.

Ayer, en un debate convocado por la periodista Carmen Aristegui, el coordinador de Morena en San Lázaro Mario Delgado y el diputado federal veracruzano, Héctor Yunes Landa, se enfrascaron en una discusión que tendría como corolario la negativa de los partidos políticos apenas unas horas más tarde.

Mario Delgado insistió en que no se quitan facultades al Congreso, sino que por el contrario se establecen mecanismos de mayor fiscalización y control por parte de los diputados. Sin embargo, claridoso como es, Héctor Yunes exhibió que eso no está en la iniciativa y que son los huecos que Morena no sabe como disimular para proteger al Presidente.

En realidad, como dijo Héctor Yunes, el Presidente busca reformar la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria para tener manga ancha y absoluta discrecionalidad para financiar una manada de elefantes blancos como Dos Bocas, el Tren Maya y Santa Lucía. El Presidente sabe que su mayoría en el Congreso está en riesgo, y que después del 2021 tendría un margen de maniobra muy estrecho para sus proyectos.

En todo este embrollo ha quedado en evidencia que el gobierno se ha quedado sin dinero, a pesar de la enorme bolsa que ha generado con los recursos destinados por para atender la pandemia, del fondo de contingencia aprobado por el Congreso, la extinción de los fideicomisos públicos, el subejercicio del gasto público de 2019 y los recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, no obstante los médicos del país están muriendo por falta de apoyo y equipos para atender la pandemia, que en conjunto suman más de un billón de pesos.

Si todo esto fuera cierto, entonces ¿porqué en medio de la fase tres de la pandemia, el gobierno federal ha tenido la desafortunada ocurrencia de que sea la sociedad civil y las empresas las que donen equipo médico para aliviar la crisis en los hospitales?, si han dicho hasta el cansancio que lo que sobra es el dinero.

El tema de la reforma a la ley de presupuesto –e incluso la revocación de mandato- no está muerto. Se necesitan pocos votos para sacarlo adelante en la Comisión Permanente y luego en un periodo extraordinario. Habrá que esperar cuántos resisten el cañonazo de la 4T para salvar al Presidente.

Las del estribo…

  1. La iniciativa del gobierno federal “Juntos por la Salud” para llevar equipo médico a los hospitales públicos es un acto de verdadero cinismo. El gobierno no debe andar haciendo colectas ciudadanas sino abastecer de manera suficiente y oportuna a los hospitales del país que están atendiendo al Covid-19. Nuevamente, prevalecen ocurrencias que están costando la vida de muchas personas.
  2. Confirmada la sesión de apertura del Congreso local este sábado 2 de mayo a las 11 horas. Los diputados autorizarán al Gobernador del estado la cesión temporal de 2 gimnasios en Xalapa a favor del IMSS para atender a pacientes de Covid-19. Además, Morena propondrá la reducción del financiamiento público a partidos y que los periodos de gobierno de los Ayuntamientos vuelvan a ser de 3 años, con posibilidad de reelección. ¡Chulada!