La tarde del lunes, el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell –hoy convertido en latin lover de las redes sociales- confesaba con resignación que en México no hay suficientes médicos para atender a la población en condiciones normales y menos para enfrentar la pandemia por coronavirus 2019; el país enfrenta un déficit y que tiene los niveles más bajos de la OCDE en la proporción de médicos y enfermeras por cada 100 mil habitantes.
Por supuesto que la grave situación que vive el sistema de salud en México es crónica. Durante décadas, a los gobiernos poco les interesó preparar a más médicos que pudieran atender una población de más de 120 millones de habitantes, la mayoría en condiciones de pobreza, con una precaria salud resultado de sus costumbres y hábitos de alimentación.
El déficit de médicos fue una herencia maldita, es cierto; sin embargo, el gobierno se ha encargado de que el padecimiento crónico se vuelva pandemia, literalmente. El Covid19 ha desnudado las malas decisiones que también se han tomado en la actual administración federal. Van algunos datos.
El año pasado –el primero del gobierno de López Obrador- 47 mil médicos generales presentaron el Examen Nacional de Aspirantes a Residencias Médicas (ENARM), sin embargo, sólo 8 mil 500 plazas fueron otorgadas para realizar la residencia en diferentes especialidades e instituciones del país, lo que representa un rechazo de alrededor 80 por ciento. Un porcentaje muy similar al de las universidades públicas.
En los últimos 10 años el número de aspirantes del examen aumentó de 21 mil 386 a 40 mil 081 interesados, sin embargo el número de plazas sólo creció mil lugares más. Y quienes hacen el milagro de obtener un lugar, reciben un pago a veces más bajo que el de las personas que se dedican al trabajo doméstico. Esa es la razón por la que miles de estudiantes de medicina terminan en el subempleo, mientras los hospitales se saturan de enfermos.
Hace un año exactamente, miles de médicos residentes salieron a las calles a demandar el pago de sus salarios que el gobierno les había retenido. Dependiendo de la institución y de la especialidad, los residentes prestan sus servicios profesionales en jornadas que van de las 8 a las 36 horas y su sueldo oscila entre 8 mil y los 14 mil pesos mensuales. Eso fue en este gobierno, es decir, en nada cambió el panorama para los médicos mexicanos.
Además, con la desaparición del Seguro Popular, se calcula que unos 6 mil quinientos médicos, enfermeras y personal administrativo en todo el país fueron echados a la calle, y aunque el Presidente aseguró que serían recontratados no sucedió así. El Insabi empezó a operar con menos recursos y servicios.
De hecho, el pasado 2 de abril, el Gobernador Cuitláhuac García publicó el Decreto por el que desaparece el Seguro Popular como sistema de seguridad social. En el documento se establece que el personal que laboraba para el Seguro Popular no será recontratado por el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi). Al menos no por el gobierno de Veracruz.
Así, mientras en otros países están regresando a los médicos jubilados para atender la demanda; aquí se despidió a cientos de galenos que hace algunas semanas seguían activos, que ya están probados y pertenecían al sector salud desde muchos años. Ahora será la emergencia sanitaria y no la voluntad del gobierno federal la que les devuelva el trabajo.
El gobierno federal ya anunció que antes de que en dos semanas más, cuando se calcula inicie el pico de la pandemia, habrá contratado a unos 6 mil 600 médicos y 12 mil 300 enfermeras que hacen falta para atender la emergencia sanitaria, es decir, van a recontratar a los que corrieron. Hasta este lunes, ya se habían inscrito 19 mil 373 médicos y enfermeras para incorporarse al programa emergente para enfrentar la pandemia.
En un acto de verdadero cinismo, el director del IMSS, Zoe Robledo, hizo un llamado “patriótico y solidario” a los médicos y enfermeras que habrán de incorporarse a las labores en estas dos semanas. Pero no hay que cantar victoria, el heroísmo patriótico pudiera durarle a los médicos apenas un suspiro, y en cuanto pase la emergencia, nuevamente el gobierno prescindirá de ellos
Robledo confirmó que esta contratación será sólo por un periodo de seis meses, y los profesionales de la salud contarán con salarios competitivos, seguridad social, capacitación sectorial, además de un incentivo adicional para los médicos generales que presentarán examen de residencias médicas en septiembre, puesto que se les dará mayor puntaje en esta prueba. Pero como dijimos, sólo 2 de cada diez aspirantes conseguirán una plaza.
Se calcula que México tiene un déficit de al menos 200 mil médicos, lo que hace que vivamos una terrible paradoja: el país está urgido de médicos y una buena parte de ellos está desempleado. Es lo que le faltó decir a López-Gatell.
Las del estribo…
- Carlos Urzúa sigue siendo una piedra en el zapato de la 4T. El ex Secretario de Hacienda, con la información privilegiada que tiene, es de los menos optimistas del futuro económico del país. Podríamos tener una caída de hasta el 20% de aquí a junio, esperando recuperarnos al final del año. Confirmó lo que todos sabíamos: sí se adquirió deuda pública por 400 mil millones de pesos y la caída al final del año rondará el 8%.
- Gran revuelo causó la carta que el ex gobernador de Veracruz, Dante Delgado, envió al Presidente López Obrador. Tiene muchas lecturas entre líneas, como el reproche a Alfonso Romo de traicionar al sector empresarial al que pertenece. Romo y AMLO se conocieron por Dante. Hay otras frases que deben rescatarse ante un mandatario ciego y sordo, porque de mudo no tiene nada. Mañana la comentaremos…