Este domingo Andrés Manuel López Obrador dará su “Informe de Gobierno” que es algo así como el prólogo de lo que será el informe, informe, informe, que nos chutaremos el 1 de septiembre. Pero para su contrariedad no será en el Zócalo repleto de acarreados, sino en el patio central de Palacio Nacional y sin más compañía que 30 periodistas acreditados.

Como es muy predecible, casi todos sabemos que una parte de ese Informe lo ocupará en descalificar a la oposición, a la prensa fifí, a los conservadores y a los empresarios. Luego hablará de las medidas (todas fantasiosas), que tomará su gobierno contra el coronavirus. Dirá por ejemplo que México está preparado para enfrentar la pandemia cuando basta con que nos asomemos a cualquier hospital del IMSS o del ISSSTE para darnos cuenta que eso no es verdad.

Una mención aparte será para el pueblo: “Que es mucho pueblo y es mucha cultura la del pueblo de México como para no poder enfrentar esta adversidad. El pueblo es mucha pieza, el pueblo de México es extraordinario y es indudable la grandeza de México” según dijo ayer jueves.

Y por último y a regañadientes, tendrá que ofrecer un paquete de medidas de emergencia al sector productivo, no sólo a los grandes empresarios (ladrones de cuello blanco como los ha llamado hasta la saciedad), sino a los 6 millones de pequeños y micro empresarios que dan empleo a un promedio de 19 millones de trabajadores. Estos trabajadores representan el 57 por ciento de la planta productiva de este país y si no reciben incentivos se hundirán, pero también se hundirá el presidente.

El problema es que Andrés Manuel no dimensiona la catástrofe por venir. Aparte de que sistemáticamente se ha negado a apoyar a los empresarios, quiere que éstos apoyen a los trabajadores.

Este miércoles les dijo que “por su propio bien” no deben despedir a ningún trabajador ya que de lo contrario los exhibirá en una lista negra, “y van a quedar muy mal si en una emergencia actuaron de manera egoísta”.

Si esa lista es derecha y pareja, en el lugar preponderante deberá aparecer el nombre del propio Andrés Manuel que en los primeros meses de su gobierno ordenó el despido de 120 mil burócratas “para adelgazar la nómina” y simplemente los corrió. Sólo el 7 por ciento ha recibido la indemnización correspondiente y los demás, literal, están en el más vil desamparo.

México es el único país del mundo, el único, que no apoya a sus científicos, médicos y enfermeras. Y va un ejemplo:

Mientras Estados Unidos destinó 1,800 millones de dólares para apoyarlos, en México les quitaron millones de pesos del presupuesto y tienen que andar mendingando hasta los tapabocas y el gel antibacterial.

La crisis en nuestro país por la falta de medicamentos está resultando histórica y criminal en la 4T. Nunca que se sepa, ninguno de los gobiernos que antecedieron al de López Obrador (de Ávila Camacho a Peña Nieto) dejaron sin medicamentos a los mexicanos.

¿Qué podemos esperar este domingo de un sujeto que desmanteló uno de los aeropuertos más grandes y viables del mundo, que echó para abajo las Estancias Infantiles y cortó de tajo el Seguro Popular para instalar un Insabi que nadie sabe bien a bien qué carambas es eso?

Difícil respuesta para semejante pregunta.

En lo personal espero que Andrés Manuel se comporte como un estadista.

La pandemia del coronavirus que según él es “una crisis pasajera” nos va poner a prueba a todos, pero puede arrasar con él y su 4T, si sigue con sus ocurrencias y dislates.

Veremos pues con qué sandeces nos sale este domingo el señor presidente.

Se aplaude medida de empresarios xalapeños

Son decenas las empresas pequeñas, medianas e incluso empresas nacionales, que han cerrado temporalmente sus negocios en Xalapa como prevención contra el coronavirus. A pesar de que no todas podrán pagar a sus empleados el tiempo que permanezcan cerradas, hay empresarios que sí están haciendo ese esfuerzo.

Uno de ellos es David Velasco Chedraui, ex alcalde de Xalapa, que cerró temporalmente su empresa, pero sin despedir a ninguno de sus 180 trabajadores que seguirán recibiendo sus emolumentos para continuar sosteniendo a igual número de familias.

Si tomamos como base que una familia promedio se compone de papá, mamá y tres hijos, son casi mil las personas beneficiadas con la medida tomada por David Velasco que por supuesto se aplaude.

“Despedir a un trabajador representa un fuerte golpe no sólo para él sino para su familia en una economía que de por sí está bastante golpeada. Por eso es que nosotros decidimos mandarlos a sus casas atendiendo las medidas sanitarias, pero se les pagará como si estuvieran trabajando” dijo David.

En este sentido, los empresarios esperan apoyos sobre todo en materia fiscal. Y es de esperarse que la respuesta de los gobiernos federal y estatal sea positiva, no sólo por el bien de la economía xalapeña, sino de la economía nacional.

bernardogup@nullhotmail.com