Producto de su megalomanía, el Presidente López Obrador suele confundir la terquedad con una virtud. “Soy muy terco; habrá Tren Maya”; “Me pueden tachar de terco pero no de incongruente”; “no quieran jugar a las vencidas porque soy muy terco”, dijo alguna vez a la huachicoleros. Lo repite una y otra vez.

En efecto, gracias a esa terquedad, logró alcanzar la Presidencia. Pero su mayor “virtud” se ha convertido en una lápida para su gobierno y para el país entero, que gravitan en torno a un personaje que construye una realidad alterna y no acepta la información que le proporcionan sus propios colaboradores, si esta no es de su agrado. “Tengo otros datos”, será otro de los epitafios de su administración.

En otras circunstancias, la terquedad del Presidente no pasaría de ser mera anécdota. Pero llevada como el motor de su toma de decisiones en medio de la emergencia sanitaria del Covid-19 le puede costar al país miles de vidas, millones de empleos, el quiebre de miles de empresas y cientos de millones de dólares en pérdidas. Todo porque él tiene datos distintos a los de su propio gobierno.

Hasta ahora, las dos vertientes de la pandemia han sido sus implicaciones médicas y económicas. En este sentido, el Presidente ha desestimado una y otra vez los argumentos de los miembros de su gabinete encargados de esas tareas. No se trata de sus opositores, adversarios y el conservadurismo, sino de quienes en teoría lo proveen en privado de la información que él niega en público.

A diferencia de casi todos los presidentes del mundo, López Obrador ha delegado la tarea de atender la emergencia sanitaria al Subsecretario Hugo López-Gatell. El papel del Presidente ha sido desatender las recomendaciones de su vocero, y al mismo tiempo, desestimar en público mucha de la información que presenta. ¿Puede el Presidente tener más información que el encargado de atender la pandemia?

López Obrador no cree que la pandemia sea real, no cree que hagan falta médicos, camas y ventiladores, y tampoco cree que la gente desatienda el llamado a observar la cuarentena y el aislamiento voluntario. Esta mañana

Durante su conferencia mañanera de este viernes, el Presidente desmintió a su vocero Hugo López-Gattel, quien lamentó que sólo el 30 por ciento de las personas se mantienen en sus casas ante la pandemia de coronavirus. “Yo tengo otros datos” dijo por enésima vez.

Fiel a su estilo de descalificar todo lo que no le parece, espetó: «¿El dijo cuánto? Sí porque yo tengo otro dato, bastante, mucho, la mayoría de los mexicanos se quedan en casa». Ante esto dijo que «a lo mejor también hacemos una revisión y podamos hablar con más elementos». Pues aseguró que él sí ve que «millones están recluidos, retirados, guardados, cuidándose en casa. Quiero ver qué información hay sobre esto». ¿Insinúa que López-Gatell no tiene elementos suficientes?

La crisis humanitaria que hoy vive Guayaquil fue precisamente porque la gente desoyó el llamado al aislamiento en sus casas. Hoy las calles están llenas de cadáveres.

Pero no fue el único. Hace un par de días, el presidente también rechazó la proyección de crecimiento económico que la Secretaría de Hacienda (SHCP) tazó en una contracción de 3.9% del Producto Interno Bruto para el presente año, luego de que dio a conocer los Precriterios Generales de Política Económica para 2021, incluyendo ya algunos aspectos de impacto económico ante la pandemia por coronavirus.

Es la segunda vez que lo hace. Ya desde el año pasado, el mandatario había rechazado la proyección de la Secretaría de Hacienda, a cargo de Arturo Herrera, respondiendo tanto a los precriterios como a los pronósticos de calificadoras internacionales con la frase “ahora tampoco coincido”. Para desgracia de todos, los datos de la recesión de confirmaron.

Hasta ahora, todos los pronósticos elaborados por su ex secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, se han cumplido irremediablemente. Sobre esta base, el nuevo Secretario de Hacienda planteó un escenario conservador de un decrecimiento del -3.9%, cuando las calificadoras y la banca internacional hacen pronósticos superiores al6 por ciento.

México tendrá que enfrentar una crisis profunda y de largo plazo a causa de la terquedad del Presidente. No escucha ni a su Subsecretario de Salud ni a su Secretario de Hacienda para tomar las previsiones que hacen falta. Su distorsión de la realidad alimenta un optimismo sin fundamento.

Vamos al precipicio. La realidad lo ha demostrado una y otra vez, no por el deseo de sus adversarios, sino porque la realidad es más terca que el propio Presidente.

Las del estribo…

  1. Hasta ahora, la única víctima fatal a causa del Covid19 que han aceptado las autoridades de salud del estado es el conocido tlacotalpeño Pedro Norberto Lili Reyes, quien participó en la reciente feria de la paella en aquel municipio. Otro de los asistentes fue el Secretario de Gobierno, Eric Cisneros, quien la noche del jueves presentaba fiebre, según algunos medios y redes sociales. ¿Ahora sí tomarán en serio la pandemia?
  2. La distribución masiva de las pensiones de programas sociales es un acto criminal del gobierno federal. De confirmarse la muerte de una persona en Cerro Azul durante la concentración de cientos de personas, se tendrá que investigar por la Fiscalía. Las consecuencias de la irresponsabilidad y negligencia las veremos muy pronto.