Rogelio Franco Castán, ex dirigente del PRD en Veracruz, ex diputado local, ex secretario de Gobierno durante los dos años de la administración de Miguel Ángel Yunes, se asume como perseguido y señal que es objeto de una campaña de desprestigio por parte de “personajes del ambiente gubernamental”.
El político que lograra la segunda posición más importante en el organigrama del gobierno yunista gracias a prestar el membrete del PRD para la campaña de 2016 a la gubernatura de Veracruz, decidió ventilar de forma pública un asunto estrictamente privado, como lo es su relación de pareja.
Ese tema, el de la vida sentimental de Franco, a nadie debe importar; ni siquiera viene al caso si son ciertas las reiteradas acusaciones por violencia contra su ex pareja, cuyo nombre no viene al caso.
Lo que llama la atención de la carta abierta difundida por el líder perredista es la parte que tiene que ver con el tema político, dado que sostiene que “personajes del ambiente gubernamental” se aprovechan del tema, de las acusaciones que pesan en su contra, para desprestigiarle, “convirtiendo un asunto sentimental en un tema de tipo penal”.
Dice Franco que los ataques en su contra obedecen a un intento por borrar “a toda oposición que pueda poner en jaque sus futuros en la función pública, pues para ellos es importante sacarme del camino por ser un precisamente un opositor de este mal gobierno”. ¿Será?
El ex funcionario, muy cercano al ex gobernador Miguel Ángel Yunes, lanzó un petardo contra el gobernador, el secretario de Gobierno y la Fiscal de Veracruz, a quienes responsabilizó por lo que considera una campaña de difamación.
Lo que deja entrever Rogelio Franco es que existe una o más denuncias penales en su contra y que teme que las autoridades procedan; es decir, que den curso a las acusaciones, como lo harían con cualquier persona que sea denunciada.
Habría que comentar, de inicio, que Franco decidió recurrir a un argumento sumamente endeble para referirse a los motivos de esa supuesta campaña de desprestigio en su contra.
Dice que el Gobierno de Veracruz está detrás del uso político de los señalamientos que ha hecho públicos su ex pareja.
Sin embargo, cualquiera, al remitirse a datos tan duros como los resultados electorales de 2016 y 2018, puede darse cuenta de que el PRD y el ex secretario de Gobierno de la Administración Yunes están muy lejos de ser considerados opositores de peso a Morena.
En el proceso más reciente, por ejemplo, de los casi un millón 300 mil votos que obtuvo Miguel Ángel Yunes Márquez, el PRD sólo aportó 138 mil.
Otro dato: el asunto doméstico no es el único por el que se debería preocupar el perredista. En la nueva revisión a la cuenta pública de 2018, el Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz consigna un presunto daño patrimonial por más de 5 millones de pesos, por lo que le podrían fincar responsabilidades. Eso, más lo que se acumule.
Rogelio Franco sabe perfectamente que tanto de los señalamientos que derivan de su vida privada como de los que tienen que ver con su desempeño en el servicio público podría no salir bien librado; y por ello argumenta que es un actor político incómodo para el actual gobierno veracruzano; lo cierto es que como cualquiera, tendrá que responder a las acusaciones que pesan en su contra. @luisromero85