El martes 18 de febrero la directora del DIF estatal, Verónica Aguilera Tapia, supo que había caído de la gracia del Gobernador Cuitláhuac García, cuando éste se apersonó en el propio DIF en compañía de Corina García Moyano, y la instaló como directora administrativa en sustitución de Héctor Ruz Santamaría; con lo que le amarró las manos a la mujer para que no siguiera disponiendo a su antojo del presupuesto.

El Gobernador llegó entre tres y media y cuatro de la tarde cuando Verónica se había ido a comer, y para cuando la funcionaria regresó se encontró con que Corina era la nueva directora administrativa.

Al darse cuenta que no la habían llamado para que atestiguara el nombramiento, debió entender que su ciclo en el DIF había terminado y que no le quedaba de otra que renunciar. Pero aguantó diez días y el pasado sábado escribió en su cuenta de Twitter: “El día de ayer, presenté mi renuncia al cargo para poder atender asuntos personales. Me siento muy honrada de haber presidido tan noble institución”. Y se fue.

La bronca es que al parecer dejó un estercolero de corrupción y malos manejos; entre ellos un subejercicio de más de 730 millones de pesos y un presunto desvío por más de 400 millones. Es decir, un fenomenal fraude por 1,130 millones de pesos que hacen palidecer los 200 millones que presuntamente se escamoteó Karime Macías.

¿Quién es Verónica Aguilera? ¿De dónde salió y por qué llegó a la dirección del DIF sin tener título universitario y mucho menos el perfil para el cargo?

Esta mujer era panista y mandó al diablo a su partido cuando Miguel Ángel Yunes le dio prioridad a María Josefina Gamboa para que repitiera como diputada local. Y si llegó a la dirección del DIF fue gracias a los buenos oficios de los ex panistas Oscar Lara Hernández y el diputado federal Ricardo Exsome Zapata, que aportaron recursos a la campaña de Cuitláhuac. El pago por estos servicios fue el nombramiento de Verónica.

Pero Verito llegó como chivo en cristalería al DIF, corriendo a personal de primera para poner en su lugar a una caterva de maleantes que se dedicaron a comprar voluntades en Veracruz, porque su jefa quería ser candidata de Morena a la alcaldía de ese municipio.

Los malos manejos de los dineros del DIF llegaron a oídos del gobernador. Y la gota que derramó el vaso fue lo del subejercicio de más de 730 millones de pesos que estaban destinados a desayunos escolares para miles de niños veracruzanos, amén del supuesto desvío de recursos superior a los 400 millones.

A lo anterior hay que agregar que Aguilera Tapia es señalada de hacer licitaciones directas que favorecieron a sus cuates; de duplicar funciones y hasta de contratar a un veterinario para el área de adopciones. Todo esto al margen de la Junta de Gobierno a quien debía rendirle cuentas.

Con semejantes señalamientos ¿se va a ir así nomás como así la señora?

Al parecer no. Corina García Moyano tiene órdenes de documentar las trácalas tanto de Héctor Fernando Ruz Santamaría (un sujeto que apenas en enero fue inhabilitado tres años por irregularidades cometidas en la SIOP durante el bienio de Miguel Ángel Yunes) como de Verónica Aguilera.

Con todo, una duda me asalta: si se encuentran elementos para procesarla ¿la llevarán ante un juez? O la van a dejar que corra, como a Karime.

PD.

En lugar de Verónica Aguilera llegó a la titularidad del DIF Rebeca Quintanar Barceló, que se desempeñaba como Coordinadora de Promoción de Valores Cívicos y Culturales de la Secretaría de Gobernación. Es decir, gente de Eric Cisneros.

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