Al menos 16 entidades recolectan PET para darle un segundo uso, de ellas, el Estado de México encabeza la lista con 60 mil 294 toneladas al año, seguido de la Ciudad de México con 27 mil 171 y Chihuahua con 15 mil 454, de acuerdo con un informe de Greenpeace.
Sin embargo, 57 por ciento de las 425 mil toneladas recuperadas en todo el país, se utilizan para comercializar en el mercado nacional y sólo 120 mil toneladas se reciclan.
No obstante, los nuevos estándares de energías renovables en el país, llevaron a diversos jóvenes a plantearse iniciativas sustentables, tal como el poblano Valentín Gálvez, quien desarrolló un invento que convierte las botellas de plástico en biodiesel.
Su máquina puede producir 400 litros de combustible por hora, y tras ocho horas de trabajo continúo puede llegar a abastecer hasta a 40 unidades de transporte público.
“Cuando sometemos el PET por medio de la temperatura rompemos sus enlaces moleculares y obtenemos un gas que al condensarse se transforma en un nuevo compuesto que puede ser utilizado como diésel o gasolina”, señaló.
Gálvez Salas detalló que la máquina que inventó está en proceso de patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, produce biodiesel a partir de una mezcla de aceite, alcohol, metanol y sosa cáustica.
Posteriormente, sube y baja a un tanque de almacenamiento, y se calienta en un horno con temperaturas de 100 hasta 150 grados.
Tras calentar, la sustancia sube nuevamente a un mezclador para caer en un tanque de reposo, se separa el biodiesel y se obtiene el resultado final.
Actualmente, la empresa de la que es cofundador cuenta con tres productos: biodiesel, biodiesel premium y aditivo para diésel, que aumenta hasta 20 por ciento el rendimiento de los motores, limpia el tanque, quita el carbón adherido.
Mientras que la máquina tiene un costo promedio de 350 mil a 500 mil pesos.
Destacó que el proyecto fue un trabajo conjunto que se creó en la escuela, por lo que invitó a los jóvenes a ser creativos y buscar opciones sustentables para mejorar el planeta.
El Heraldo