La historia de la pequeña Fátima, quien fue recogida afuera de su centro escolar por su victimaria, ha abierto un encendido debate sobre el papel que juegan las escuelas y los maestros en la seguridad de los estudiantes. Lo mismo en la ciudad de México –donde sucedió la tragedia- como en el estado de Veracruz, las autoridades educativas han salido a evadir su responsabilidad señalando a los mismos culpables de siempre: los maestros.

La semana pasada, el secretario de Educación de Veracruz, Zenyazen Escobar, advirtió que los docentes podrían incurrir en una responsabilidad penal o sería motivo de cese en caso de que no atender adecuadamente el proceso de salida y la entrega de los estudiantes a sus familiares. En una declaración a modo sólo para el lucimiento personal, no explicó cuáles serían los delitos sobre una actividad no está regulada. Ni siquiera él sabe la frontera de responsabilidad de la autoridad, de los maestros y de los padres de familia.

Dijo que en los próximos días se daría a conocer el protocolo con las medidas de seguridad que deben tener para con sus alumnos, lo que confirma que éste no existe y que sólo se elaborará al calor de la tragedia de Fátima.

Así, antes que conciliar con padres de familias y maestros, el titular de la SEV decidió repartir culpas y no aceptar que la institución nunca se había ocupado de un viejo problema que ha venido acarreado otros vicios: bullying, acoso, violencia escolar, venta de drogas afuera de las escuelas, entre muchos otros. Si no fuera por la pequeña Fátima, nadie hablaría del tema.

Los maestros empiezan a cansarse –muchos ya lo están- de ser los responsables directos de todas las fallas del sistema educativo: si los niños no entienden lo que leen, si tienen sobrepeso, si ejercen o padecen bullying, todo es culpa de los maestros, problemas en los que padres de familia y autoridades no tienen responsabilidad alguna sobre su educación, alimentación y valores.

Por supuesto la reacción de los maestros no se ha hecho esperar. Aquí algunos de los testimonios que maestros han compartidos en redes sociales, ante la nueva embestida de doble moral de las autoridades educativas.

“Las autoridades educativas de Veracruz ante la preocupación de los padres de familia de que sus hijos estén seguros en las escuelas, han hecho una serie de declaraciones desinformadas y sacadas de la manga. En primer lugar NO existe un protocolo específico y puntual en nuestro estado acerca del procedimiento a seguir ante casos de niños abandonados en las escuelas; si llega a crearse e implementarse, deben capacitar al personal de DIF, SSP y de las diferentes procuradurías de las acciones a seguir.”

“Es muy irresponsable “amenazar” al personal de las escuelas con cesarnos cuando la principal responsabilidad de la seguridad de los niños es de los padres; la escuela es responsable durante el horario escolar, pero no nos podemos volver pilmamas y niñeras de los niños ni volver guarderías a las instituciones. Deberían implementar leyes como en otros países donde sí un alumno no asiste de manera reiterada o los “olvidan” frecuentemente en las escuelas, los servicios sociales del estado intervienen: multan o en casos graves les quitan la patria potestad a esos padres.”

“Lo ocurrido viene a mover muchas conciencias y ojalá cada quien asuma su responsabilidad y no se vuelva una cacería de maestros.” Pero no todo es responsabilidad de las autoridades. Hay otras voces:

“Es muy curioso pero sobre todo triste, ver como la mayor parte de la sociedad apunta a la escuela como culpable cuando hay algún acontecimiento trágico, pero cuando la escuela pide su apoyo a esa sociedad para evitarlos nadie asume la responsabilidad que le corresponde. Los padres firman un reglamento escolar donde se les informan horarios, firman pero no lo respetan”.

“La sociedad mexicana espera que la escuela mexicana cambie el país para bien, cuando ellos mismos están, al parecer, en contra de todo lo que hace la escuela y los maestros.” Irrefutable.

Sometidos por un sindicalismo charro que canceló toda posibilidad de ascenso y desarrollo –aunque a cambio siempre concedió impunidad laboral-, los maestros de Veracruz deben enfrentarse ahora a una autoridad que les da trato de adversarios. No hay sindicato que los defienda. Buscan fincar responsabilidad a docentes cuando la propia SEV ha dejado de cumplir muchas de las obligaciones que les corresponde, entre ellas, la integridad y la vida de los maestros que trabajan en zonas de alto riesgo.

Hay maestros que pueden ser secuestrados o extorsionados y no pasa nada. Pero que se cuiden de que suceda en lamentable hecho en sus escuelas porque entonces podrían ir a la cárcel, algo que no ha sucedido ni en el caso de la pequeña Fátima.

Los excesos también se pagan en las urnas.

Las del estribo…

  1. El Presidente le exige a Cuitláhuac que le pague. Al parecer, las consideraciones presidenciales hacia Veracruz empiezan a sufrir de un frente frío: las visitas se reducen y ahora le exige públicamente que pague al ISSSTE las cuotas obrero-patronales que ha retenido y no ha entregado; ¿de dónde sacará el gobierno estatal 12 mil millones de pesos, es decir el 10% de su presupuesto? Y luego se preguntan por qué arrecian los rumores sobre su relevo.
  2. Incondicional del Presidente, no es casualidad la respuesta de Ricardo Ahued sobre sus posibilidades de ser candidato en el 2021. Ningún cargo estaría a la altura del que hoy ocupa como Senador con licencia. Todo se reduce a que AMLO no estará en la boleta y necesitan a alguien que arrastre a los desconocidos candidatos de Morena. Así, podríamos ver a don Ricardo haciendo campaña en el estado para diputado plurinominal –y futuro líder en el Congreso local- llevando en ancas al chiquitaje morenista.