Muy probablemente el proceso 2020-2021 será de los más complejos de la historia, dado que se renovarán 15 gubernaturas, 500 curules en la Cámara de Diputados -300 por mayoría relativa y 200 por representación proporcional, congresos locales y también alcaldías en Coahuila, Quintana Roo, Tamaulipas, Ciudad de México, Chiapas, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Oaxaca, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
En el comité estatal del PRI de Veracruz se prevé que antes de que concluya el año, en octubre o noviembre, los aspirantes a las presidencias municipales deben estar perfilados para la contienda local electoral de 2021.
Es prácticamente la misma agenda que manejan todos los partidos políticos, que están en el proceso de búsqueda de cuadros.
En el PAN, por ejemplo, el comité estatal que encabeza Joaquín Guzmán Avilés, realiza la identificación de los probables aspirantes internos, siempre y cuando éstos garanticen un nivel competitivo. En algunos casos, el blanquiazul podría recurrir a figuras externas que prometan triunfos.
Para la selección de sus candidatos, Acción Nacional podría recurrir a cualquiera de los dos métodos que ha explorado ya en convocatorias pasadas: la consulta a sus militantes y la designación por parte de la Comisión Estatal. Este último recurso estaría reservado para figuras que garanticen el triunfo, sin importar si estén o no afiliados.
En ese caso se encuentra, por ejemplo, el municipio de Xalapa, donde no hay un aspirante interno que parezca suficientemente competitivo como para representar la primera victoria del blanquiazul en una contienda municipal.
En la capital del estado ha ganado en muchas ocasiones el PRI, las más recientes con Américo Zúñiga, Elizabeth Morales, David Velasco y Ricardo Ahued; el PRD también ha sido gobierno con Rafael Hernández Villalpando; al igual que Convergencia por la Democracia –hoy Movimiento Ciudadano– con Reynaldo Escobar; actualmente lo es Morena con Hipólito Rodríguez; pero Acción Nacional, nunca.
Precisamente por ese antecedente, Xalapa es uno de los mayores retos panistas en Veracruz. El problema es que entre sus cuadros no cuenta con uno con peso, fortaleza y arraigo social; sus posibles cartas podrían incluso ganar una diputación, pero se quedarían cortos en la elección de la presidencia municipal.
Omar Miranda, diputado local, ha sido regidor del Ayuntamiento y ha ocupado todas las carteras del comité estatal; es muy conocido por la militancia y podría repetir en la diputación, pero de eso a ganar una contienda municipal hay una enorme diferencia.
El otro aspirante interno del PAN es el legislador local Sergio Hernández, identificado como pieza incondicional del grupo Yunes-Mancha.
Sergio Hernández ha sido dos veces diputado; la primera llegó sin jugarla, como plurinominal; en la segunda, 2018, fue candidato por mayoría representativa y perdió la elección; aún así, llegó al cargo gracias a las bondades de un sistema político que contempla la figura de la representación proporcional; es decir, tiene dos diputaciones pero cuando fue candidato no probó absolutamente nada.
Como candidato de PAN-PRD-MC a la diputación por el distrito XI, Sergio Hernández apenas superó los 41 mil votos; la ganadora, Ana Miriam Ferráez, le sacó una ventaja de 16 mil. Si únicamente se contaran los votos de su partido, el PAN, habría conseguido menos de 26 mil (datos del OPLE).
Precisamente por esa falta de fuerza, el PAN podría en Xalapa recurrir a un candidato digamos externo; sin embargo, desde el comité municipal del partido, donde el dirigente Martín Espinoza tiene un vínculo familiar con Sergio Hernández, han manejado la necesidad de una consulta a la militancia para seleccionar al candidato.
En el poco probable caso de que el partido decida ir por esa figura, la consulta, aumentarían las posibilidades del diputado Hernández para ser candidato, pero el partido estaría cavando su tumba.
@luisromero85