La ligereza que usa el secretario de Gobierno Eric Cisneros Burgos para criminalizar a los periodistas es digna de una denuncia de tipo penal, para que pruebe sus dichos y comience a entender que la prensa juega un papel muy importante en el desarrollo de una comunidad, municipio, estado o país; que existen periodistas serios, respetables, con los que como funcionario está obligado a tratar y atender. Pero no, recientemente tasó a los periodistas como socios de la delincuencia organizada, aprovechando la presencia de siete que estuvieron reporteando para sus medios los hechos violentos de Isla, en los que fueron golpeados y agredidos por elementos de la policía del estado. El agrónomo Cisneros lanzó esta grave acusación: “A los periodistas que estuvieron en el lugar de los hechos (Ciudad Isla), los reclutaron miembros de la delincuencia organizada para que difundieran lo que ahí estaba pasando”. Con ello dio a entender que los periodistas tienen relación de negocios con los delincuentes, que les pagan para que difundan lo que los malandros les piden, y no es así, a menos que Eric Cisneros, a quien acusan de haber traído al estado a un comando de 80 sicarios para usarlos cuando “sea necesario”, pruebe que su dicho es cierto. La animadversión hacia los representantes de los medios de comunicación de parte de este señor, que en mala hora sorprendió la buena fe del gobernador Cuitláhuac García Jiménez para que lo dejara al frente de la segunda posición más importante del poder Ejecutivo, se hizo notar desde su llegada a la entidad, procedente de Baja California, de donde al parecer es originario. Cisneros se llenó de soberbia cuando se dio cuenta que podía colocar en cargos de primer nivel a sus amigos e incondicionales. La Fiscalía, el Orfis, órganos autónomos, sintieron la presión de Cisneros cuando éste impuso a quien más le convenía al frente de esos cargos y luego les mandó una manada de recomendados que llegaron a desplazar a trabajadores con mucha antigüedad, quienes fueron corridos para satisfacer las ambiciones insaciables de poder del señor Secretario. Tiene a su disposición la Editora del Gobierno del Estado, donde le maquilan lo que quiera por cuenta del erario estatal; tiene su propio canal de televisión, pues a RTV mandó a su sobrino Víctor Hugo Cisneros Hernández, y tiene además una dirección de asuntos municipales, que debiera estar dedicada a las relaciones del gobierno con todos los municipios pero se dedica a la elaboración de una revista de súper lujo en la cual únicamente se publican entrevistas con el Secretario de Gobierno… La indignación que hay en el gremio periodístico ante estos lamentables hechos ha trascendido las barreras del estado y se ha convertido en tema nacional e internacional… Una más que le endosa Eric Cisneros al gobernador Cuitláhuac García, en su tarea de acrecentar la mala imagen del gobernante con tal de sucederlo en el cargo el primero de diciembre… Ojala se le cebe, como dice el gobernador.